Pasó la época de mi presencia en Amanecer Deportivo y esto ya es un nuevo amanecer. Año 2004 aproximadamente. Don "Paolo"  habla insistentemente por Radio La Red y por la televisión (Nuestra es la Tarde o algo parecido) de honradez, de honestidad, de ética y de principios morales, sociales y consuetudinarios. Habla de todo ello y hasta promociona cursillos para hablar siempre de lo mismo. Pero mira por dónde nos surge un problema con KFC de Quito: un pollo en mal estado de descomposición que puede producir graves daños en la salud de los ecuatorianos, las ecuatorianas y los turistas que estén por este país del alma mía (después, por supuesto, de España). Les decimos que vamos a denunciarles y ellos nos amenazan, como para darnos miedo y retiremos la hipotética denuncia que deja de ser hipotética y quiere convertirse en realidad, diciéndonos que ellos, los del KFC (Kentucky Friend Chiken) son todopoderosos (como si fueran Dios) y mientras no nos ve nadie nos ofrecen una suculenta recompensa (ya que saben que no son Dios) para olvidar el asunto.
Nosotros (Ella apoyada siempre por mí que estoy anotando todo en mi Memoria) decimos que nada de nada. Nada. No seremos Premio Nadal de Literatura pero no nos importa. Hemos dicho que no aceptamos nada de guardar silencio ante lo evidente y tenemos, como evidencia, muestras del pollo descompuesto que son analizadas en un laboratorio y guardadas debidamente para que nadie las choricee. Y, lo que son las cosas de este mundo y qué pequeño que es este mundo a veces, resulta que el Doctor Don "Paolo" (el que tanto habla de honradez, el que tanto habla de honestidad, el que tanto habla de ética y de principios morales, sociales y consuetudinarios y que ésto último significa la fuerza de la costumbre que se convierte en ley por arte de birlibirloque o porque todos lo hacen y todos callan que también es eso) es nominado como juez para dar la razón a quien la tiene o a quien no la tiene según sea el cheque, en dólares contantes y sonantes, de cada uno. Pero resulta que nosotros no le ofrecemos ningún cheque y los del Kentucky Friend Chicken de Quito (KFC) sí le ofrecen un cheque acompañado de ua invitación a comer pollo con papas fritas y un gran vaso de cola y, claro está, la prueba la han choriceado del laboratorio para que no quede vestigio alguno. ¿Quién fue el que choriceó el trozo de pollo en estado de descomposición de tantos pollos que hay que producen tantas cagaleras increíbles pero ciertas entre la población ecuatoriana y los turistas que vienen a la República de Ecuador?
Tenemos otro pedazo de pollo que nadie ha podido choricear porque lo hemos guardado en la nevera de nuestra casa y con ese pedazo de pollo descompuesto mi chavalilla llega al despacho del Doctor en Jurisprudencia y a ver si tenemos un poco más de prudencia Don "Paolo" que, de repente, se hace el disimulado y dice que no la conoce a ella ni sabe quién soy yo. ¿No sabe quién soy yo cuando me ha tenido varios meses trabjando gratis para su Amanecer Deportivo con mi Catalejo Mundial al cuál tanto ha elogiado siempre? ¿Tiene amnesia coyuntural Don "Paolo"? La coyuntura es llevar a la práctica lo que predica sobre eso de tener honradez, tener honestidad, tener ética y tener buenas costumbres consuetudinarias.
¿Quién está diciendo la verdad y quiénes están diciendo mentiras? El caso es que mi "amigo" el Doctor en Jurisprudencia, Don "Paolo", que es montenegrino pero no del país de Montenegro sino que es Montenegro de la República de Ecuador, prefiere lavarse las manos. ¿Acaso las tiene ahora más sucias de lo normal? El visible cheque del KFC es como la famosa prueba del algodón que aprendí viendo la tele en España: no engaña. Y el cheque del KFC resulta que está sobre la mesa, bien alambiqueada por cierto, del docto Doctor Don "Paolo". "Zal" si puedes "Dumbide" de esta.  Decide, de manera altruista y generosa, lavarse las manos olvidando la gloriosa época épica del Catalejo Mundial.
¡Adiós a tantos discursos radiofónicos y tantos cursillos periodísticos sobre lo que es la honradez, sobre lo que es la honestidad, sobre lo que es la ética y sobre lo que son las buenas costumbres y  todo este pifostio condumático (porque se condume más que vergúenza el descaro de falsear hasta todo lo posible pero mira por dónde le hemos pillado en claro fuera de juego ya que le gusta tanto el fútbol) para este Don "Paolo" que todos sabemos que es simplemente Pablo. Él quizás lo haya olvidado, tan ocupado está con su famoso programa radiofónico que le hace levantarse a las 5 de la madrugada (porque es muy cumplidor y servicial con quienes le compran con cheques de cierta cantidad de dólares porque si no fuese por eso ni se despertaría hasta pasado el mediodía) y en sus no menos apariciones en el canal televisivo para decir que la tarde es de ellos. O sea, que para nosotros solos nos queda el consuelo de unos mintuos de la noche ya avanzada... y vaya que estamos de enhorabuena que nos dejan unos minutos de la noche ya avanzada.
¡Con Diesel te has topado "amigo" Pablo! ¡Con Diesel y una chavalilla guapísima que es su propia esposa, Pablo Pablete Pablito! Y dale gracias a Dios de que yo no sea José María García porque en ese caso te pondría de vuelta y media... así que me doy la media vuelta y le digo: "hasta siempre Pablo a ver si te aprovecha mucho el pollo del KFC que menudo pollo estás tú hecho".
Y nosotros, los que tanto estamos buscando una oportunidad que nos niegan los de siempre (o sea, los que no tienen titulación de periodistas como ocurre tal vez con Don "Paolo") ahora guardamos silencio... pero el canto de las chicharras, al atardecer, cuando la calor aprieta de verdad, lo repite sin cesar: "En este mundo de vendidos / con más cara que un morueco / se hacen siempre un hueco / en algunos de sus nidos". Abur, Don "Paolo" y no se moleste en volver a invitarme a que le haga una visita porque usted está siempre muy ocupado en engañar a sus oyentes hablándoles de lo que es la honestidad, lo que es la honradez, lo que es la ética y, por sobre todas las cosas, lo que es eso de lo consuetudinario que consiste en, por costumbre y la costumbre hace ley según ello, de dejarse comprar por el que les ofrece el cheque de mayor importe y, sobre todo, cuando la otra parte -en este caso los que tenemos la verdad- no le ofrecen ninguna clase de cheque. Y colorín colorado este cuento de la honradez, la honestidad, la ética, las buenas costumbres y el pisfostio de lo consuetudinario se ha ido a hacer gárgaras de mi Memoria. Por eso, para que no se me olvide, lo dejo por escrito en mi Diario.