- ¡Que se levante el acusado!
 
James Williams Smith se levantó pesadamente. Sabía que era culpable y por eso él mismo se había confesado culpable.
 
- ¡La ciudad de Nueva York declara al ciudadano James Williams Smith inocente de la acusación de haber asesinado a la señora Sarah de Connelly!
 
- ¡Protesto, señor juez! ¡No es posible que me declaren inocente porque, como ya he confesado, yo maté a dicha señora!
 
- ¡Le ruego al ciudadano James William Smith que se abstenga de hacer revueltas en este sagrado recinto judicial! ¡Ha sido usted declarado inocente y tenemos todas las pruebas de que usted es inocente!
 
- ¡Pero si ya le he dicho con mis propias declaraciones de culpabilidad de que a la señora Sarah de Connelly la maté y la enterré en el jardín de mi vecino, John Fitzgerald Connelly, debido a que este susodicho John Fitzgerald Connelly me engañaba con mi propia esposa la señora Sarah de Smith!
 
- ¡Todos sabemos que es imposible! ¡Usted estuvo, aquella mañana del día 4 de julio del presente año de 1963, día del crimen, impartiendo una conferencia en Sacramento, al Este de California!
 
- No es cierto...
 
- ¿Es cierto o no es cierto que usted es el ciudadano James Williams Smith de San José?
 
- Sí es cierto, pero soy el asesino de la señora Sarah de Connelly por motivos de venganza contra mi vecino John Fitzgerald Connelly porque este me engañaba con mi esposa la señora Sarah de Smith.
 
- ¡Usted miente para salvar la vida de su vecino John Fitzgerald Connelly, pero ha sido demostrado que el día del crimen, en la mañana del día 4 de julio del presente año de 1963, miles de personas han certificado que le estuvieron viendo de manera presencial en la conferencia que usted dio en Sacramento. Es imposible que en una misma mañana, a las 10 en punto, estuviera usted dando una  conferencia en Sacramento de California y al mismo tiempo, a la misma hora, estuviera matando a la esposa de su vecino en Nueva York. ¡¡No vuelva a confesarse culpable porque no va a engañar a nadie!! ¡¡Esta Corte le absuelve de todos los cargos de culpabilidad y le hace culpable al señor John Fitgerald Connelly de haber asesinado a su propia esposa la señora de Connelly. Nueva York entiende su altruismo desinteresado y que quiera cargar con la culpa deseando morir en lugar de su vecino pero le declara inocente!!
 
- ¡¡Repito una vez más que yo soy el culpable y no mi vecino!!
 
- ¡¡Si vuelve a llevar la contraria a lo que ha fallado este Tribunal Popular tendrá usted que abandonar inmediatamente la Sala con el veredicto inapelable de inocente!!
 
Meses después, con fecha de 22 de noviembre de 1963, John Fitzgerald Connelly fue ejecutado en la silla eléctrica, mientras que John Williams Smith de San José de California, seguía dando conferencias en Sacramento de California y su sosias John Williams Smith, de San José de Costa Rica, antes ciudadano de Nueva York y que era el verdadero culpable de aquel crimen, se había hecho mormón y vivía en la ciudad de Salt Lake City, considerado inocente a pesar de haber demostrado que él era el culpable y sabiendo que era el culpable.
Nota Aclaratoria: La señora de Connelly y la señora de Smith eran la misma persona.