El refrendo
Publicado en Mar 14, 2012
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Estamos todos reunidos en casa. Son las 8 de la nuit y el abuelo ha cerrado todas las puertas y se ha guardado las llaves. Noche democrática en casa. Ha dicho: Aquí no se mueve ni Dios hasta que lleguemos a un acuerdo y votemos tantas veces como sea necesario. ¿Hasta el amanecer abuelo? le pregunto yo mientras los demás se mantienen en silencio.  
-Hasta el amanecer.
Entonces me dirijo  mi hermano en voz baja: ¿Te has tomado la píldora para la epilepsia? Asiente con la cabeza. "Que no te dé un ataque por culpa del abuelo y sus costumbres..." Mi hermano niega con la cabeza y yo ya estoy más tranquila. Ya podemos discutir para llegar a un acuerdo. "Cuando quieras abuelo". Papá alza la mano y dice: "Un momento. Voy a la otra salita para ver el combate de boxeo. Vosotros podeis empezar sin mí"
-Ya sabemos todos de tus hábitos democráticos, facha, más que facha. -le espeta el abuelo muy contrariado.
-Me paso la democracia por donde ya sabes. -responde papá y luego me sonrie:
-Tranquila Anita, no pasa nada.
-No os discutáis!! -exclamo
-Esto es lo que tenemos que hacer: Discutir. -alega el abuelo.
-No será conmigo. En 5 minutos comienza el combate. -responde papá. 
Entonces es cuando también se levanta de su sillón la pobre mamá. Mira atemorizada al  
abuelo (que es su padre) y dice casi suplicando: "Voy con él. Me sabe mal que se esté solo en la otra punta de la casa, el pobre".
Pasan 2 horas. 
El abuelo nos ha llenado la cabeza de datos a mi hermano y a mí. Yo padezco por mi hermano pues cuando lo marean tanto le afecta a su enfermedad. Le susurro: "¿Te encuentras bien?". "Si", me responde él. "Y cállate que no me entero de lo que nos cuenta éste". Suspiro.
Al cabo de un momento insisto: "¿De verdad te encuentras bien?" Ajá, es su respuesta. El abuelo nos dice que cuanto más le interrumpamos más tarde nos iremos a dormir. "Disculpa abuelo. Sigue con tus explicaciones", me excuso yo. Y así lo hace. Tiene un buen discurso, se enrolla la mar de bien aunque yo no entienda ni pajotera idea de lo que nos habla. Y me parece que mi hermano tampoco. Además, le cuesta el mantener los ojos abiertos. Son las 3 de la madrugada. El abuelo se detiene en seco y su rostro se encoleriza como si fuera Barrabás. Unos gemidos que me avergüenzan y procedentes de la otra sala llegan hasta nosotros. Mi hermano y yo nos sonrojamos y escondemos ls miradas. El abuelo nos dice: "No os avergoncéis. Son vuestros padres que están cardando".
-Ya lo sabemos abuelo! No es necesario que nos lo digas... -me atrevo a responderle.
-Tu madre siempre fue una cabra loca -aclara él. -por eso estamos discutiendo aquí si es procedente dejar la casa en sus manos. Porque vuestro padre es un lerdo. Él no os ha proporciondo ningún valor. Para él solo existe una cosa, ya sabéis.
-Entonces, ¿Votamos? -tercia mi hermano.
-Para votar chaval hay que tener antes las cosas muy claras. Muy razondas.
-Ya las tengo claras. -dice mi hermano y yo le miro casi con admiración al verlo tan sereno a aquellas horas indecentes.
-¿Estás seguro? -Está claro que abuelo duda de nosotros.
-Muy seguro. -se reafirma José.
-No sé si hemos debatido suficientemente la cuestión y los posibles desencadenantes que conlleve en caso de llevarla adelante. -murmura el abuelo.
-No te preocupes por nosotros, estaremos bien. -le digo.
El abuelo mueve a un lado y otro la cabeza. Y exclama con voz rota por la amargura: "Al fin y al cabo ésta es mi casa, la hice construir en mi juventud. Vuestra abuela y yo nos sacrif...
-Ya lo sabemos abuelo. -le corta mi hermano con voz altanera. -Pero ahora es nuestra. Como tú dices, ya has vivido muchos años en ella. Ahora te mandaremos a un asilo y disfrutaremos nosotros de ella, decidiendo que cosas se deben hacer.
-¿Ah si? -repone el abuelo sumamente entristecido.
-Si. ¿No ves que ha pasado esto mismo en todas las casas de la calle? 
-Pero yo no ocupo casi espacio... -aduce en voz baja. Entonces intervengo yo para apoyar a mi hermano: -Pero nos jodes. ¿No lo entiendes? Te has hecho viejo. Solo tienes achaques. Tenemos que llevarte al hospital cada dos por tres con tu maldito corazón. Tenemos que velarte, regresarte a casa, darte las pastillas... Esto no puede ser abuelo, esto no puede ser. No seas tan egoísta!!
El me mira con una expresión de desesperanza completa. Luego dice: "Coged las llaves. Las metí en el orinal. Pero está vacío y limpio. No temáis".
-Te llevaremos mañana. -digo. -Deberías empezar a arreglarte y hacer tu hatillo, porque pronto va a amanecer. Aféitate y cámbiate los calzoncillos.
-Yo te llevaré con la furgoneta -añade mi hermano. -El abuelo, cabizabajo, no responde. Sólo cuando paso por su lado tira de mi falda y me dice: "Puse el tema a votación porque confiaba en ti. En que tú me apoyarías".
-Lo siento abuelo. -acerté a decir. -Pero para mí también eres una carga. Lo eres para todos nosotros.
Luego me dirigí a la sala donde estaban mis padres, bien vestiditos y modositos. Papá me miró y preguntó:
-¿Qué? ¿Ya habeis solventado el tema?
-Si. Ya se lo hemos dicho papá. No era tan difícil.
-No. Pero es engorroso decirle esto a un padre! -comentó mamá, que luego suspiró con alivio.
En éstas, también entró en la sala mi hermano que les dijo:
-Ya hemos hecho el trabajo sucio como nos pedisteis, pero...
-¿Pero qué? hijo mío!! -se alarmó mamá.
-Nada... Que igual hubiera sido mejor estar vosotros presentes para tener claro lo que os pasará dentro de unos años. 
Miré sorprendida a mi hermano y le recriminé: "¿Por qué les dices esto?"
-Porque lo merecen. -respondió con gran rotundidad. Yo miré a mis padres con pena. Pobrecitos!! Les quedaban 20 años.
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Foto del autor Juego de 4: Andrea
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Descripción

Historia

Palabras Clave: cinismo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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Germinal

He leído tus narraciones una a una, que están conectadas a forma de capítulos de una novela. Están muy poco trabajadas. Podría resultar interesante la trama familiar que se atisba pero todo se encuentra muy descosido, desmañado.
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April 01, 2012
 

Marcelo Sosa Guridi

No me gustó el cuento, más allá de si las ideas vertidas están escritas de forma irónica, como denuncia, o si representan la opinión del autor, creo que retratan una ciudadanía de mierda, y no me gusta esa ciudad. Además pienso que no es la única, que hay otras posibles e igual de reales. Saludos.
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March 16, 2012
 

Roberto

A mi me parecio divertida con un poco de tristeza al final,pero muy cómica.Se paso bien leyendola.Un saludo
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March 15, 2012
 

Laura Torless

Hola Andrea. Buenas vacaciones te has tomado. Un cuento embarullado éste. La problemática de los asilos y losa ncianos si hace meditar pero no todos pensamos lo que reflejas tú. Hay que poner límite a la vejez.
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March 14, 2012
 

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