LA FRMULA
Publicado en Mar 20, 2012
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Si no tiene prisa, le cuento…
 
Cuando llegamos al mausoleo el atardecer seguía congelado en los ojos del cóndor. El hierofante saludó sin mirarnos, revolviendo el agua de la tinaja. ¿Son ustedes los enviados?, preguntó. Y Abigor bajó de su corcel y quebró su cetro. El hierofante dijo: Nos está prohibido morir. El cóndor caminó junto al ramo de tulipanes mientras insistía el hierofante: ¿Son los enviados?
 
Balan pisó las huellas del cóndor. Invisibles por un momento a la mirada del hierofante le escuchamos recomendar: Quemen sus recuerdos mientras la lluvia abofetea. Quiso enumerarnos pero Caacrinolaas ladró, señalándole que éramos demasiados aunque la hoguera encendida con hojas de eléboro negro revelaba once siluetas. Tan pronto anocheció, el florecimiento de las campánulas hizo aletear al cóndor.
 
Descubrimos que el hierofante era un anciano hierográmata porque destrozó la tinaja, gritando: ¿Son los enviados? El amor conmueve con palabras mientras tierra y fuego se reconocen.
 
Ninguno objetó nada para no interrumpir la ceremonia. Diciendo: Ustedes no conocen el más dulce de los frutos, el hierográmata trazó palabras en el aire. Respondí por todos: Nadie nos envió. Aquí están Foreas, conocedor de las virtudes de las plantas. Vinieron Thamur, morador del fuego y Murmur, señor de las trompetas.
 
El hierográmata interrumpió: Las preguntas oscuras se responden con humo de beleño negro. No es mentira. Al final de la ceremonia me entregó la cuarta fórmula del Pequeño Alberto:
 
“Se coge, un viernes de madrugada, antes de salir el sol, la manzana más hermosa de un jardín, y se escribe con la propia sangre en un pedazo de papel su nombre, apellidos y los de la persona amada; se dobla el papel, poniendo dentro tres cabellos de la persona querida y tres de los vuestros; se ata este papel con otro donde se escribe la palabra scheva con vuestra sangre. Se parte la manzana, se extraen las pepitas y se ponen en su lugar los papeles antedichos. Se unen ambas mitades de la manzana y se seca al horno; envuélvase con hojas de laurel y mirto y procúrese, por último, colocarla bajo la almohada de la persona que se ama. Tened la seguridad que al poco tiempo os dará muestras de amor”.
 
Rota la tinaja y con el cóndor volando hacia la montaña, el hierográmata sentenció: Derogo la luz de la luna y las luciérnagas. No es mentira: Conservo la fórmula de puño y letra del hierográmata. Respondí: Soy el enviado. No duermo cuando todos huelen a hoja quemada de eucalipto. Nos aconsejó regresar. Cuando salimos del mausoleo el amanecer sangraba en los ojos del búho.
 
Entonces, ¿las llevará? La fórmula se la obsequio y la docena de manzanas le cuesta $5.000.
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Foto del autor Umberto Senegal
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Descripción

Frmula para obtener el amor de otra persona.

Palabras Clave: Mausoleo tinaja hierofante amor frmula manzana

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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