A veces me confundo. Esos días en que la mujer tiene cambios de humor, dolores, entre otras cosas, que se yo... Me pregunto si me pongo mas depresiva de lo que soy para pensar... ¿O soy así? 
Acostada en mi cama, pienso tantas cosas a la vez... Pero lo que más pienso en este momento es que no quiero hacer daño a la gente que quiero. A veces mi corazón se trata de convertir en piedra, sin sentimientos para no sentir dolor, pero a veces se derrite así como si el magma fuera acercándose, y quizás esa lava sea el amor.
Quiero mucho a mis abuelos, pero les hago daño. Soy muy liberal, de muy mente abierta, en cambio ellos, muy conservadores. Y mis hechos los hacen sufrir. Es por eso que ahora me he ido alejando de ellos, aislándome de a poco. Para que se vayan acostumbrando a la idea de que tendré que volar algún día. 
Admito que he intentado quitarme la vida, porque pienso en el daño que les hago al ser como soy. Pero si me muero, quizás mas daño les haré.
Y es por eso que prefiero irme de la casa... Sé que también les haré daño, pero cuando me sienta sola, me acordaré de lo mucho que me han dado, y lo mucho que se han preocupado de mí. Y cuando ocurra eso, será el momento de ir a visitarlos, para ver como están, y sé que el ambiente será distinto. Habrán sonrisas verdaderas, abrazos verdaderos, y se podría decir una paradoja... La distancia nos hará acercarnos más.
Me acostumbraré, se acostumbrarán.