EN EL RESTAURANTE, LUEGO DEL ALMUERZO
Publicado en Mar 26, 2012
Consideré cambiar de mesa y luego de restaurante. Cinco años sentándome en la misma mesa y la suplicante mirada del gnomo, me hicieron cambiar de idea. Entro al restaurante cuando todos se van. No aguanto comer con alguien a mi lado. Extiendo el periódico sobre la mesa y escribo en mi agenda, sin curiosos alrededor. La primera semana no le presté atención y poco me importó que estuviera sobre la silla o fuera fruto de mi imaginación. La mesera no lo veía, a pesar de sus gestos obscenos cuando se acercaba con los platos. Mientras no hablara podía quedarse ahí. Un decrépito gnomo es menos repulsivo que un ser humano. Se quedaba sobre la mesa, sentado o recostado hasta verme cancelar la cuenta. Algunos días no viene. La porción de comida que le asigno se queda en el lugar de la mesa que eligió para acompañarme. Tenemos mucho para confesarnos aunque ninguno inicia la conversación. “No hablo solo. Esté segura de que no hablo solo”, me disculpé con la intrigada mesera quien no volvió a preguntar al respecto. Todo lo mío, pormenores de mi niñez que le relato con frecuencia recordando emociones y olores que había olvidado detallarle o el tipo de ropa que usaba mi padre, le parece irreal. Lo puntualiza mirándome como si no hubiese nadie a su lado, junto a los platos, introduciendo sus pies en la copa de vino o cubriéndose con las servilletas. Todo lo suyo me parece anodino. Somos semejantes en las miradas. En el color de los ojos y en las lágrimas que nunca nos mostramos. Fue él quien lo dijo. Nos acostumbramos tanto el uno al otro que podemos pasar varias horas jugando con los granos de arroz, simulando resolver el crucigrama o aparentando que escribimos algún párrafo en la agenda. Él, siempre a la espera de que aparezca alguien como yo, un viejo pensionado con quien romper el silencio en que incurrimos a diario. –¿Lo ves? Viene hacia nosotros – advierte el gnomo. –Sí, es él –respondo, mientras Ahasverus viene directo a nuestra mesa.
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Laura Torless
Un saludo, muy atractivos tus textos.