HETAIRA
Publicado en Mar 26, 2012
¿Quién le habló de ella? Supongo que lo empujó la misma curiosidad que ha hecho viajar a tantos. Hay otras más profesionales. Ahí están si desea verlas. Jugosas uvas de Cafarnaum sin misterios ni hechizos. Las anormalidades no son recomendables para jóvenes como usted. Ella llegó a mi negocio un año después del suceso en su aldea. ¿Qué le aconsejo? Esperar varios días para conocerla mejor. Muy hermosa. Eso es lo grave. A nuestros clientes les advertimos antes de entrar. Es lo mínimo que podemos hacer. ¿Sus exigencias? Que no estén ebrios, que se bañen con antelación y sobre todo que no hayan escuchado las extrañas palabras del galileo. Al final, ofrece vino y un pedazo de pan humedecido con su saliva, por si les queda ánimo en algún lugar del alma o vida en cualquier rincón del cuerpo. Usted me da lástima, jovencito. Se ve alegre y lleno de esperanzas. Aunque demoren pocos minutos, salen con profunda tristeza en la mirada. Tanta melancolía de un momento al otro es el primer paso para morirse pronto. No creo que, como la tuvo ella, tengan ustedes la fortuna de encontrar quién los resucite. Haga con su cuerpo y sus monedas lo que le dé la gana. Entrégueme la mitad y páguele a ella con el resto. ¡Qué importa su nombre! Todos saben que la resucitó el nazareno, amigo de la puta de Magdala.
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