ARGUMENTOS CONTUNDENTES
Publicado en Mar 26, 2012
Finalizando su libro sobre lo absurdo de la existencia, en el último capítulo sintió la satisfacción que no había experimentado con obras anteriores. Era su trabajo más riguroso. Empleó varios años para darle la forma que tenía. Toda una tarde corrigiendo ese párrafo decisivo. Tenía hambre. Fue a la cocina. Mientras devoraba una salchicha, disimuló su sonrisa de filósofo al pensar en el contundente peso real de esta en su mano, derrumbando cuantos argumentos sobre la vacuidad planteaba en su libro. No puedo hacer nada al respecto, pensó. Él, primero que todo, era filósofo y sus libros tenían mucha demanda. A sus conferencias asistían centenares de personas. No permitiría que una intrascendente salchicha, la tercera que se comía, pusiera en entredicho su monumental estudio. Por fortuna estaba solo en la cocina.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|