ANIMALES
Publicado en Mar 28, 2012
En la madrugada ladra un perro y otro responde ladrando más fuerte. El enfermo no duerme porque ambos animales hacen ladrar a un tercer perro. Un cuarto y un quinto. El dilema para enumerar a otros perros del barrio lo resuelve el canto de un gallo. En la madrugada un gallo canta cerca del primero de los perros que se silencia por un momento. Otro gallo replica. Todo esto es común en las madrugadas, con enfermos o sin ellos. La anciana que asa arepas no tiene gallos ni perros. Tiene una nieta gorda que se prostituyó y la visita los días lunes.
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