En tu mirada fria se que escondes un amor lejano,
en mi cuerpo yo escondo mi muerte cercana,
no se nota porque la estoy matando lentamente,
con el delicioso vino, con mi mejor sonrisa,
con mi mejor vestido, con las olas del mar,
con el sol de verano, con los aguijones benditos.

Angel, tu invidente amor me ha salvado,
sin saber me vuelves a rescatar,
de estas locas cadenas corrohídas,
del fango terco que no sabe de libertad,
me llevas a la trampa de tu ciego amor;
porque tu amor son como esas cumbres,
que lloré porque ya no las pude escalar.

No me dejes, temo más, tener miedo,
que la muerte que conozco siempre,
más miedo, retornar a la vida sin tí;
he ganado la batalla,a la Venus de Mercurio,
sirviendo y amando con locura.

Ahora aunque nunca veas mi rostro,
estaré para tí,siempre te recordaré...
hasta cuando llegue mi paz total.