Una tarde de invierno miraba desde mi balcón con la vista perdida en la nada… hasta que las risas animadas de un grupo de hermosas y bien vestidas damas de la tercera edad llamo mi atención.
Había llovido fuerte dos horas antes y los huecos en la calle estaban rebosantes de agua lluvia; el trafico era fluido, además se acercaba la hora pico en una de las avenidas mas concurridas de la ciudad.
Las cuatro elegantes damas de cabellos blancos, parecían muy animadas en su conversación, festejaban tal vez su triunfo en una tarde de bingo… que se yo!
Disfrutaban de una caminata en la avenida que bordeaba el océano; el mar parecía la imagen de una fotografía postal, tal vez en cuatro o cinco tonos del azul marino.
 
A lo lejos se observa como se acerca luego del cambio de luz del semáforo, largas filas de autos, apunto de salir del punto de partida de una carrera. Sorpresivamente se escucha un fuerte quejido, mis ojos regresaron de inmediato al grupo de damas; una de ellas tal vez las alta de todas, parecía se le había atascado un zapato en una grieta de la calle.
 
Como es lógico la señora trato de sacar muy aprisa el pie de la grieta, yo creo que pensó que seria más fácil sacar el pie sin el zapato, pero esto tampoco dio resultado, cada intento resultaba más doloroso y sus quejidos iban en aumento.
 
El grupo de señoras trataban de ayudar a su amiga atascada, pero sus esfuerzos parecían en vano, de la nada un auto a alta velocidad se acerca, ellas demuestran temor, y el desespero por sacar a su compañera aumentaba. Estaban justamente detenidas frente a un gran hueco lleno de agua.
 
El auto inclemente pareció aumentar la velocidad y al pasar por el hueco baño las cuatro señoras… me sentí llena de rabia contra el vehículo y a la vez una urgencia por correr a colaborar a las señoras, corrí por toallas Salí a toda prisa hacia donde estaban.
 
Mientras baja las escaleras pensaba… como es posible que nadie se detenga a ayudarlas!... que mal estamos, ya no nos importa lo que sucede a un par de señoras!!... pero valla sorpresa la mía…
 
Cuando quise llegar a la calles el trafico se había detenido por completo, mucha gente trataba de ayudar a las señoras, a quienes ya cubrían con toallas… fue entonces cuando comprendí… que aun existe en nuestras mentes y corazones las palabra… solidaridad!!