EL NARRADOR Y EL FILOSFO 2
Publicado en Apr 04, 2012
"Oye, Tito", dijo Chuang Tzu a Monterroso, mientras caminaban por una céntrica avenida de Méjico, "debe pesarte demasiado ese dinosaurio". Tito se detuvo y poniéndole una mano sobre el hombro al taoísta chino, respondió: "Querido Tzu, un secreto entre los dos y ojalá nunca llegue a oídos de editores: ese dinosaurio mío a un lado de la cama, tenía la levedad de tu mariposa". "¿Leve mi mariposa? ¿Leve mi mariposa?", repitió Chuang, subiendo el tono de su voz y atrayendo la atención de algunas personas cercanas, "escúchame te revelo otro secreto mayor, Tito: mi mariposa pesa más en el sueño que en mi vigilia. Y desde cuando llegué a esta ciudad, siento que floto cuando camino".
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