Ideas sueltas sin orden, concierto, especulacin funcional...ideas improvisadas; simples ideas.
Publicado en Apr 04, 2012
-Esos días de vaporosa melancolía, de augusta angustia agazapada en las entrañas. Esos días que cada día son más frecuentes e insondables; esos días que mutilan la esperanza y la desazón me corrompe con su autárquico mandato: Esos días de mierda… esa mierda insana y endémica que esparce su virulencia en mí.
-Siempre me ví como un idiota, un locuaz idiota; un idiota de esos, de los comúnes, de los que están esparcidos por la ciudad y que disimulan su idiotez entre mundanos chistes y vanas ocurrencias. Sí, de esos idiotas, esos típicos idiotas que se empecinan en “vivir su vida”; esos idiotas reales a los que cada día uno le estrecha la mano con el convencimiento y con la total hipocresía con que un idiota saluda a otro idiota. De todas maneras, a veces veo un componente más atípico, a mi juicio, de lo que implica y complica a la idiotez: a veces me veo como un idiota no ya tan común. Un idiota que tiene la conciencia exacta de su idiotez y que no por ello pervive para ocultarla con convencionalismos sociales ni burdas representaciones. Entonces termino por describirme a mi mismo como una extraña suerte de idiota común y a la vez “atípificado”, que se desentraña en una compleja telaraña social reconociendo su idiotez y vomitándola en cada ocasión en la que se me hace imperioso establecer públicamente mi idiotez. -Indiferente a realidades que avisoro ajenas. Indiferente en esa diáfana y gélida mañana de otoño, esa mañana de tristezas y lejanía de respuestas. Empecinado en insustanciales caprichos ya todo me resulta irrisorio y enojoso: Siento que todo me sale mal. -Una enajenada sonrisa se asomaba en esa mascarada de emociones. Solo atinaba a sonreír hipócrita, falaz y dolorosamente mientras añoranzas y palpitaciones se desmoronaban en mi fuero interno. Dolor infecto de irreconciliaciones y necesades. Dolor que pretendo vedar bajo una ingenua mueca. Falsedad de no llorar… -Cantarán las impalas sus ninfómanas saetas Y entre reyertas de ocre y cieno me desangraré en frenéticas pulsiones… Volarán silfídes impúdicas tras libar del profano sangreal Y en sus recónditos supiros se sentirá a un letárgico eros. Onanismo sanguinolento que te eriges en mis sueños... -Siempre me pensé feo, horroroso, una mierda…y para colmo de feo siempre terminé por sentirme un vulgar pelotudo. A razón de mi incipiente fealdad nunca pude vincularme con otra persona del sexo opuesto dado que el grado de asco que debo representar solo debe ser superado por el propio asco que me tengo. Y es que imagino que desde mi concepción fui un garrafal error de la naturaleza (o de la carroña que me gestó en su vientre e hizo las veces de mi madre) …ciertamente si vine al mundo fue por un apático intercambio sexual del cuál soy su materializada y hórrida consecuencia; me imagino retorciéndome en ululares espasmódicos y continuos ayes, pugnando por salir del infecto útero: yo, esa concepción amorfa, esa babosa informe que emana en su vaho reptiliano, en su calamidad de azufre y llanto a la irrealidad de las irrealidades: el mundo de los otros…
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