Cada instante, en el que abro mis ojos y contemplo, siento esa leve sensación
de captar algo oculto y totalmente ajeno a lo humano. Fuera de nuestras
creencias o pensamientos lógicos, donde el tiempo es tan sólo una ilusión.
Es algo que está oculto, muy cuidado y protegido por lo misterioso y secreto, algo que no se revela al ojo humano, pero simplemente se siente... dentro de todo un todo y un nada que rige el pulso natural del universo.
Si pensamos bien, estamos vivos por que somos una creación del universo, han pasado millones de años, procesos y eventos muy precisos para que podamos existir y tener una conciencia como la de ahora. Somos hijos de ese misterio silencioso que nos rodea a todos... Y me doy cuenta de que mi conciencia no está abandonada, ya que somos el mismo universo que se contempla a sí mismo día a día, cada instante que vivimos, siendo así los ojos del universo en el que éste es capaz de contemplarse y asombrarse.

Es así, con estas y no otras palabras: Somos el universo mismo, no somos algo aparte de éste, sino que lo somos, somos su conciencia, sus ojos.
Algunas veces sólo me mantengo quieto y tranquilo, esperando a que ese misterio silenciosamente me intente decir algo al oído, es confuso y muy dificil de captar, y cuando logro sintonizarme rápidamente pierdo el contacto, como si fuera algo prohibido, donde no me dejan entrar por ser humano.
El cielo infinito sobre nuestras cabezas, el oleaje del mar, los cálidos atardeceres o el sol radiante por las mañanas... o en cada instante que vivimos está ese misterio silencioso, que tanto anhelo lograr decifrar y comprender plenamente.
¿Por qué venimos aquí?
¿Qué somos realmente?
¿De donde venimos?

Todo eso se me viene a la mente, después de sintonizarme con esa sensación misteriosa y oculta, la cual llamé "El Misterio Silencioso".