VOCES MUERTAS.
Publicado en Apr 14, 2012
Y aún sigues desterrándome, ausencia de palabras
agarrotadas en la nuca del tiempo, nadie ha dicho su culpa, continúa golpeándome como alas desvalidas este silencio de voces muertas, ampárame del lívido decir, del despojado goce del canto espurio, río embravecido que intenta desgastar la empecinada roca, aún te nombro, angustia que agiganta el dolor, me desvestí de horrores , de sintagmas vulgares lúdico canto forzando sones para tu oído ajeno. Y ni aún así logré ese instante pequeño y miserable. Si acaso mi alma desoyera almibaradas notas, suaves armonías de vibratos en el gemido agónico de las sirenas, voces clavándose en las templadas cuerdas de mi voz… acaso si callara, si olvidara este desgarro, este desfile de visiones constantes, este brotar en sangre vocales transparentes, versos desbocados, si perdiera un instante esta frágil locura de escribir al viento, ignorada, sombra desprendida de mi cuerpo agonizante, perdida, casi muerta… si me secara toda hasta blanquear mis huesos, tal vez… llegarías a mí.
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Mónica Silva
Verano Brisas
Umberto Senegal
Tu poema es una melancólica contemplación del río temporal desde la soledad radical, desde ausencias de personas y sentimientos irrecuperables. Monoloquio dolorido de silencios que golpean a otros silencios. Manejas un verso deenvuelto cuya unidad se alcanza mediante el hilo conductor de las ideas y las imágenes, pero en particular del tema, con señales autobiográficas patéticas y directas.
Esa desolada imagen del "río embravecido que intenta desgastar la empecinada roca" me trajo a la memoria una nostálgica canción del griego Demis Roussos, Río salvaje. Tu poema tiene el ritmo sentimental de esa canción, la tristeza evocadora de esa letra donde Demis nos confiesa: "llevo en el pecho una tempestad". Ten la certeza: nadie llega cuando se ha ido. Pero con tu afortunado verso, convocas otros encuentros. Desde mi Quindío, te envío unas perfumadas hojas de eucalipto, secas, para quemar durante las noches de invierno.
María Ester Rinaldi
Gracias, querido amigo, por las hojas de eucalipto, las quemaré en la estufa con unas gotas de esencia y cristales de menta cuando llegue el invierno.
Abrazos.
Marcelo Sosa Guridi
Cuántas veces el poeta se desnuda de esta manera? Cuántas muestra sus miedos y su fragilidad? Es un poema valiente en su declaración de debilidad, es un poema del solo en el mundo, o de quien se cree solo.
Amiga, hay dos extremos en este poema: su cumbre poética y su sino emocional. Pocas veces he visto tal paisaje, apenas en Miguel Hernández (hoy sólo tengo ansias/ de arrancarme de cuajo el corazón) o en César Vallejo (golpes como del odio de Dios) he visto al poeta desnudar su corazón y al mismo tiempo llegar a cumbres semejantes. Otro gran poema, Marité, aunque me duela tanto lo que dice (tanto que prefiero no creerlo).
María Ester Rinaldi
Te dejo un gran abrazo.
daih
hermoso pero muy fuerte mi princesa. Un gran abrazo amiga poeta
María Ester Rinaldi
besotes.
SAMARITANO DEL INFIERNO
María Ester Rinaldi
Gracias, poeta, por tus palabras.
Un abrazo.
LIBARDO BERNAL R.
María Ester Rinaldi