Para: Laura Torless
 
                         
 - ¿Puedo besar tu herida?

 -Tú la hiciste. ¿No te basta?

 - Para amarte mejor. Estoy seguro: para amarte mejor.

 - Pero me duele, me lastima igual que tu acción imprevista.

 - No es tan profunda, obsérvala con cuidado.

- Desde anoche la miro y no sé si voy a resignarme con ella o contigo.

 - No te preocupes, resiste por lo menos la herida. Yo, carezco de importancia, solo soy producto de tu imaginación.

- ¿Deseas hacerme otra?

 - Depende de ti, de la disposición de tu cuerpo, de tus sentimientos, de tu imaginación.

 -¿De mí? ¿Depende de mí, en este momento y así como estoy?

 - Es decir…de los dos.

 - ¿Me amas o es otra de tus diversiones canallas?

 - Quedamos en que en este lugar no pronunciaríamos la palabra amor.

 - ¿Significa algo tu beso en mi herida?

 - No, nada, no significa nada, nada representa ni es símbolo de nada
.
 - Nada para ti, nada para mí. Lo mejor sería despertar, si dormimos; o dormirnos, si estamos despiertos.

 - Lo esencial es la herida, la herida, compréndelo: la herida es lo único esencial en nuestro encuentro.

- Sigo sangrando…

 -Sigues sangrando. Acércate al piano, despacio.

 - Me arrastraré.

 - Es lo mejor para mí, pero no manches la alfombra, por favor. ¡Es tan blanca!

 - ¿Me amaste?

 - Te ocasioné la herida. ¿Qué más deseas?

 - Interpreta el tema de siempre, tuyo y mío. Será prueba de tu amor.

 -¿Cuánto tiempo buscaste una herida como esa?

 - Desde niña. Tenía 9 años cuando soñé algo semejante. Me faltaban el hombre, la canción, el piano y la mano que me hicieran la herida.

- Quédate ahí,  a un lado del piano. Podrías gritar, si quieres.

 - ¿Suplicarte que me hagas otra igual o parecida?

 - No, para acompañarme con tu voz en el tema interpretado.

 - ¿Cuál?

 - El de siempre, el de siempre, el de siempre.

 - Estamos tan solos. Nos borraron el mundo y algo parece estar borrándonos poco a poco…

 - Entonces, con mayor razón besaré tu herida.

 - Sí, y yo la tuya.

 - ¡Por fin la descubriste! Te amo, te amo.