POTICA
Publicado en Apr 18, 2012
Nada más sagrado que la vida, nada más divino para el poeta que la vida. La palabra escrita, en este caso el poema, es uno de los testimonios del hombre que tiene conciencia no sólo de tal sacralidad, sino que por algún motivo es impulsado a cantarse a sí mismo y a cantarle a otros sus vivencias con la vida. El cotidiano encuentro con todas las cosas que esta le proporciona a diario para que disfrute su pasajera existencia. Un verso o una estrofa, una metáfora que transgrede la realidad o la complementa, capaz de divinizar al hombre o de humanizar a Dios, un poema capaz de durar más que un imperio o de perdurar sobre centenares de reyes, un libro o muchos libros, todos ellos escritos bajo diferentes estados de emoción, paridos suave o dolorosamente entre contradictorias circunstancias individuales y sociales, son la elección vital del poeta para hacer preguntas, intentar respuestas o aproximarse más allá de ambas posiciones a la continua, infinita palpitación de vida en el mundo. El poeta es el observador. Observa con sus sentidos y su alma. Observa con su poesía. Si todo poema es un osado esfuerzo para encontrarle respuestas a la vida, hallar las palabras justas para hacer las preguntas, escuchar las musicalidades internas y externas del individuo y la sociedad, del mundo y la existencia, le dan su razón de ser a la poesía, al poeta y a su oficio. ¿Eres poeta? El universo quiere que seas tal como eres, de lo contrario habría creado a otro, te habría dado otra forma de mirar el mundo, de sorprenderte con él. Todo es sorpresa y el hombre que así lo realiza es un auténtico poeta. Con el poema o sin el poema, no hay motivo para decepcionarse: Todo es un acierto que se concreta en que el poeta viva su vida tan apasionado, tan amoroso, consciente y libre, que pueda absorber algo de su eternidad. Un poeta es un ser humano que ha sido premiado con la vida, con su capacidad de tener conciencia de ella y con el talento para expresar sorpresas, aciertos y asombros. Aunque el poeta no alcance las cimas más elevadas ni conozca los misterios mayores, cuanto conoce y realiza desea compartirlo con sus semejantes. La poesía es experiencia de la renovación constante de la vida y el poeta es quien sabe compartir su experiencia sin esperar nada a cambio.
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