Rita crea arquitectura para hacer un mundo sostenible
donde la belleza de un edifico no mediatice su funcionalidad,
Pepe pinta una vez tras otra su alma tan dolida
porque él no quiso nacer... y su madre murió en el intento.
Jaime dona su voz de terciopelo
a las ondas megahercianas para que éstas lleguen con gran nitidez.
Son mis amigos de las Artes, la creatividad,
aquéllos que buscan en lugares donde lo seguro
está prohibido porque el soñar no es un esfuerzo inútil.
Y todos, y yo también unida a ellos, leemos por adicción,
escribimos porque golpea en nuestro interior una voz
que nunca cesa de pronunciar palabras.
Las ideas que inventa la delicada alquimia de nuestro cerebro
transgresor, toman forma bella, perecedera, angustiada y gozosa,
en las mágicas palabras... que se retroalimentan, crecen y paren
vida alterna de todo estilo y condición. Mis amigos de las Artes
poseen el don que les hace grandes e infelices al mismo tiempo.