PAISAJE
Publicado en Apr 22, 2012
Tan desolados estaban el hombre y el árbol en la vastedad del llano, y tan solitarios se sabían en la ílimite extensión de sus soledades, que el hombre enraizó entonces en el sitio por donde caminaba, dándole tiempo al árbol para que se desarraigara y fuera a buscarlo. Y el árbol así lo hizo. Llegó donde estaba el hombre, con sus ramas y sus hojas y comenzando a florecer...
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