Reapareces con tu cara pálida...
me alcanzas la flor marchita que arrancaste ayer,
porqué carajo como el viento soplas en mi cabeza
las telarañas que cubrian tu recuerdo? 
 
Estaba a punto de olvidarte por completo...
estaba al borde del precipicio de papel por el que alguna vez caminarón nuestros sueños
 
Ahora...
¡arráncame la vida con un hondo beso!
¡devuelvemela con la punta de tus dedos!
¡sacame el rosario de los ovarios! y llevame al eterno lago donde corre fuego
Cuentame de los mil demonios que dices llevo dentro
de los malditos pensamientos que no saco de mi pecho
por miedo, por ese estupido y asqueroso miedo de mirarte de nuevo a los ojos
y descubrir que sigues siendo el mismo monstruo que deje hace tiempo...