Madre 2012 (Diario).
Publicado en May 06, 2012
Son las 6'50 de la mañana. Día 6 de mayo de 2012. Día de la Madre en España. Doy un beso a mi Princesa. Escucho el canto lejano de un gallo, el arrullo de las palomas y un concierto de piares de pajarillos. La gata "Bebé" ya me ha saludado dando vueltas a mi alrededor y, después, se le ha unido al saludo la gata "Colorines". Observo la ropa tendida en las cuerdas para secarse cuando salga el sol; la mochila descansa sobre la mesa y aquí están las dos sillas blancas esperando al poeta. Escribo: Es una mañana clara / y asomada al balcón / está la niña de mi corazón / que al amor va y declara: / ¡Qué mundo este de Lara / con su eterna canción! / Nos canta con emoción / y no se detiene ni para. / En la cercana estación / se extiende la sensación / que el tiempo ya nos depara. / ¡Que viva la declaración / de tan dulce comparación / entre el tomillo y la jara.
Subo. Paso entre el Chevrolet Kalos y el automóvil de Pepe y Carmen, canta el gallo en el corral; abro el portalón y salgo de casa. Ante mí de nuevo, una vez más, el Camino de Inchola. Las farolas del alumbrado eléctrico todavía están encendidas. El piar de los pájaros es ya todo un Cántico General y recuerdo a Pablo Neruda... a la derecha dejo unas matas de hojarascas verdosas, veo la casa de Sebastián y las palomas se están arrullando. A mi izquierda están los picos de la Sierra de Carrascoy. Observo el círculo pintado en el suelo y me entretengo en colocar, una vez más, una piedrecita en el centro de la diana; es una costumbre ya muy arraigada en mis procederes antes de caminar. Ladran los perros de la Juanita. Los dos depósitos de firme material de acero forjado son como los dos enhiestos y forzudos guardianes del muro blanco de las tres ventanas y paso mirando a las plantas. Descubro unas florecillas como de algodón y voy pisando unos pequeños parches del camino que son de grava y arena. Algunos días me entretengo en ensayar jugadas de fútbol con las pequeñas piedras pero hoy sólo estoy pensando en mi Princesa... aunque no puedo dejar de rememorar aquellos larguísimos partidos jugados en la Casa de Campo de Madrid y sueño que estoy todavía allí, jugando bajo su atenta mirada y animado por sus voces de aliento y sus aplausos dirigidas a "su campeón". Y sonrío. Pero es necesario seguir adelante... siempre adelante... y en el cielo azul grisáceo hay nubes en forma de nimbos o quizás sean en forma de cirros. No intento pensar en ello, no intento pensar en ninguna diferencia porque ahora me estoy fijando en los primeros limoneros que ya están cargados de frutos. Comienzan las curvas. Voy a ver si me encuentro, al final de éstas, a mis tres amigos: los dos pequeños perritos de color canela y la gran pastora alemana para entretenerme, otros segundos nada más, en acariciarles con suavidad; como se debe acariciar a los amigos y a las amigas si es que sabemos lo que es la amistad. Los pajarillos, que deben ser de muchas especies, empiezan una canción variada pero muy armónica; parecen una orquesta natural dirigida por la mano de Dios... no por la falsa mano que dijo Maradona que le había ayudado a hacer trampas. No. Esta orquestación de pájaros cantores es producto de la verdadera mano de Dios. Maradona quizás no comprenda la enorme diferencia entre hacer trampas o experimentar verdades. Dios no mueve sus manos para estafar a nadie. Dios mueve sus manos para hacer la vida más bella. Esa es la enorme diferencia que existe entre ser Maradona o ser Jesucristo; entre ser como Maradona o ser como Jesucristo. Prefiero, como siempre, ser como Jesucristo. Para ser como Maradona o incluso ser mejor que Maradona sólo se necesita dar toques sutiles a un balón nada más; pero para ser como Jesucristo es necesario ser líder del Bien pero líder de los de verdad y no de los de pies de barro como Maradona. La verdad... no me cambio para nada con él. Soy feliz siendo yo mismo siempre y tener a mi Princesa siempre a mi lado en vez de cientos de amantes que te arruinan la vida. Con mi Princesa puedo ser eterno. Un pájaro lanza un piar muy particular, diferente al piar de los demás pájaros y, desde el otro lado, le contesta otro con el mismo ritmo musical. Quizás esta no sea una comunicación social tan desarrollada como la de los periodistas humanos pero estoy seguro de que es una comunicación interpersonal mucho más liberada. Pienso ahora que muchos colegas de profesión deberían meditar bastante... Ahora camino firmemente. Un humilde gorrión gris, de esos gorriones grises que siempre tienen un lugar privilegiado dentro de mi corazón desde que aprendí que personas sin sentimientos humanos los matan por puro sádico placer como si de niños o niñas inocentes se trataran, vuela delante de mis ojos. A lo lejos escucho el débil rebuzno del suave burrito "Pepe" que es como un Platero trasvasado desde el Guadalquivir hacia el Segura para quedarse aquí, en estas tierras murcianas. Quizás Juan Ramón Jiménez también habría escrito "Pepe y yo" si le pudiese ver comiendo plantas sin más quehacer que levantar, de vez en cuando, la cabeza para mirar con sus claros y lindos ojos grandes. Ya el camino se ha llenado de contenidos vegetales. Miro al horizonte y observo que el cielo está despejado... y otra figura futbolística me llega a la memoria y me veo despejando un balón hacia el delantero más en punta de mi equipo que mete el gol de la victoria. Y es que soy muy feliz marcando goles pero soy más feliz dando el balón a muchos compañeros para que sean ellos quienes obtienen la gloria del goleador. Me gusta más tener la gloria del motor Diesel que nunca se agota... y me devuelve a la realidad la visión de un contenedor de basura; pero el camión ya se ha llevado todo lo de su interior y el aire, todavía fresco, relaja mis rostro y me lo suaviza como si el ángel de mi Princesa me estuviese, de nuevo, acariciando. Veo que, de dentro de pocos minutos, va a salir el sol. Veo una placa de chapa de hojalata. Es una señal de tráfico: una imaginaria bandera de marineros o un imaginario galón de algún sargento es lo que vienen a mi memoria. Recuerdo el Servicio Militar Obligatorio como si hubiese sido solamente un segundo, el segundo que uso para terminar de mirar la señal de tráfico; aunque yo jamás me frustré por haber realizado el Servicio Militar Obligatorio sino que, por el contrario, me hizo ser cada vez más un ser humano liberado en busca de la Paz y las Ideas. No creo en ninguna clase de ideologías de ningún tipo sino en estas palabras sencillas, simples, fáciles de comprender, entender y, sobre todo de vivir, mientras caminas por un humilde camino de una pedanía murciana. Ahora es un tramo de limoneros y otra vez el horizonte. En la cordillera montañosa de enfrente, Sierra Espuña, el cielo está cada vez más despejado y estoy seguro de que por allí se esconderá esta noche el sol pero ahora el sol quiere estrenarse alumbrando mis pensamientos. Dos torretas de cables de comunicación me sirven de referencias visuales. Es muy importante para un buen comunicador social que es periodista por sus propios méritos y esfuerzos, es muy importante buscar y aprender a conocer referencias visuales para no perderse por los caminos montañeros donde algunos se extravían y hasta se han llegado a morir. Pero no quiero ser trágico porque esta mañana me está despertando el buen humor. A mi derecha queda el pequeño montículo en cuya cima hay un derruido castillejo: unas viejas paredes derruidas nada más. Pero yo he hecho varias veces la ascensión para dejar entre las derruidas paredes de barro un poco de mi personalidad. Quizás para decir que Diesel quedó agradecido a estas tierras y, como no tengo nada mejor que regalar al territorio, le dejo unas palabras de amor palabras... como Salvador Rueda hacía con las aguas del río Duero. Cuesta abajo. Mis pasos se aceleran como buscando un destino... De otra chapa metálica de señal de tráfico (hasta la hojalata debe tener sus pequeños momentos de gloria si queremos ser equitativos e igualitarios con los paisajes cotidianos de nuestras existencias) sigue la curva. Me ciño a la curva como si me estuviera ciñendo a la escultural cintura de mi Princesa, mi pequeña chavalilla de 16 años de edad y, pensando en ella, me asomo al pequeño verde valle. El color verde, pensando en ella, me hace ligeramente sonreír, pero tengo ganas de seguir adelante para llegar pronto a mi destino. La arboleda está llena de árboles de hojas verdes y árboles de hojas amarillas. Recuerdo la arboleda perdida de Rafael Alberti y, después, aparecen unos árboles mucho más verdes. Mi sonrisa, pensando en mi chavalilla, es más amplia porque sueño más con ella. El verde me hace soñar siempre más con ella. Verde que te quiero verde, verde cuerpo, verde limón... pero sigo andando mientras escucho el eco lejano del ladrido de mi pequeño amigo de color canela (la perrita y la perra pastora deben estar todavía durmiendo) y como me está saludando y yo ya estoy lejos levanto la mano derecha y le digo adiós. Hay idas sin retorno y hay idas que vuelven. Un día, ya dentro de muy pocos días, mi despedida de Murcia será sin retorno pero nunca de olvido; ahora sé que regresaré otra vez a Mi Refugio de "Villa Carmen" y quizás, a la vuelta pueda jugar con este amigo que me ladra desde lejos para enviarme los ruidos de su sincera amistad... ¡y cuántos hombres he conocido yo que no son ni la cuarta parte de noble que este bello y lindo animal! Detengo el camino ante el Stop. Stop. Es necesario seguir adelante guardándonos las emociones sentimentales (¡yo no sé ni lo puedo comprender por qué a algunos hombres les da vergüenza llorar como niños por culpa de una mujer pero no les da vergüenza emborracharse como cretinos por todas las mujeres que les dicen que no!). Un cuclillo canta y varios pajarillos responden cada uno con sus cánticos particulares. Singularidad dentro de una diversidad comunitaria. ¡Muchos hombres deberían aprender a llorar como niños por algún dolor del alma en vez de tener sus corazones más duros que el pedernal! ¡Se han confundido las cosas y nos han impuesto los hombres inhumanos como dirigentes! Por eso me he apartado de toda lucha reivindicativa política y me dedico sólo a intentar levantar la conciencia social nada más. Más limoneros. 30 kilómetros como máximo de velocidad para los automóviles "En Todo El Camino". Es el Camino de Inchola. Las alambradas de la derecha protegen a los naranjos que ya están también cargados de frutos. Las alambradas de la derecha me han hecho rememorar la película "Sin novedad en el frente" y comienzo a sufrir ante la pequeña tristeza de aquella novela en que la bella protagonista muere ametrallada justamente cuando está a punto de saltar el muro de Berlín y llegar al mundo de las libertades. Ya se derrumbó el muro de Berlín pero todavía existen miles y miles de muros en las mentes, en los cerebros, en los pensamientos de tantos políticos ideólogos que son incapaces de sentir algo por los demás que no sea tenerlos aprisionados por el poder de sus manos y sus botas. Como si el Poder diera placer. Sólo el Poder de Dios da placer pero el Poder de los hombres jamás les deja nunca satisfechos porque las ideologías no dan ninguna clase de placer, ni de gozo, ni de la liberación que te dan solamente las ideas sin más, las ideas liberadas de quienes tenemos un corazón tierno para llorar cuando debemos llorar pero un carácter fuerte para luchar cuando hay que luchar y obtener el triunfo final: mi triunfo final es haberme casado con este bombón de chavalilla de tan sólo 16 años de edad a la que hoy pienso regalarles unas humildes flores campestres, margaritas nada más, porque sé que las va a apreciar más que todos esos ramos grandes, hermosos, de plantas hasta raras y llenas de multiculores fantasías y promesas de lujos y placeres que habrá rechazado tantas veces porque sé que le gusta solamente lo que es natural, sencillo y noble. Ahora bajo en silencio y diviso ya el corral donde están recogidas las ovejas y las cabras de Paco "El Zorongo". Ya descubro la posición geográfica de "Los Rescoldos de Carrascoy"... y es que cuando amas algunos ambientes siempre tienes la capacidad de no perder nunca sus referencias y yo amo el ambiente de "Los Rescoldos de Carrascoy". ¿Estará hoy detrás de la barra, sirviendo cafés, cervezas, coñacs... Paco el del Real Madrid o José el del Barcelona? Sonrío cuando recuerdo las verdaderass locuras que hablamos en "Los Rescoldos de Carrascoy" pero que encierran tantas verdades sociales buenas y malas... porque de lo bueno y de lo malo hay en la Viña de la Vida. Y hablando de viñas, las observo ya cubiertas con sus plásticos para cuidar la aparición de las ya cercanas uvas. Y naranjos. Muchos naranjos. Envuelto en los piares y los cánticos de las aves, como si una especial neblina me sirviera de hálito de energía espiritual, voy ya camino de la carretera nacional que se bifurca, hacia la derecha para Librilla y hacia la izquierda para Alhama de Murcia. Y empiezo a cantar porque quiero, por unos minutos, dejar de pensar: ¡Recito con alegría los cánticos de mi tierra que me dieron el nacer allá junto a la frontera a un lado está la Hispania al otro la Lusitania y yo un buen español canto a toda la Iberia!. Estoy cantando mientras introduzco el bolígrafo de tinta azul en el bolsillo izquierdo de mi camisa negra. Espanto a un grupo de moscas que vuelan en dirección a los viñedos y paso junto a las renovadas paredes de "Villa María" que está totalmente reformada y limpias sus paredes y sus casas interiores. A veces el tiempo hay que dejarlo abandonado para volver a empezar desde el mismo punto en que queremos (yo, desde luego deseo volver a renovar el camino con los 16 años de mi chavalilla y los 18 años míos digan lo que digan los demás porque lo que digan los demás no me interesa sino que solamente creo en las Promesas y Milagros de Jesucristo que siempre las cumple y no tantos falsos hombres que conocí haciéndose pasar como compañeros y hasta amigos pero con la daga escondida para hundirla en tu espalda). Pero Dios te ayuda siempre a levantarte y seguir hasta conseguir tus Grandes Sueños que los defiende Jesucristo con el Espíritu Santo. El corazón del Arte es ver esta vivienda de "Villa María" tan llena ahora de luz y de estilo. Ahora paso junto a una fila de árboles verdes situada a la izquierda del camino. Un pequeño barbecho de pequeñas plantas doradas me recuerdan el trigo, la cebada, el centeno... todo lo que descubrieron hace unos 5.000 años los hombres que crearon las primeras civilizaciones humanas: la agricultura de los cereales. Y se me va la mente a mi época de maestro en el Colegio El Sauce y a mis programas de radio titulados Catalejo Mundial. Amanecer Deportivo. Este Amanecer del Día de la Madre, después de haberle dado un beso a mi Princesa (esta guapísima y escultural chavalilla de tan sólo 16 años de edad que me tiene totalmente enloquecido) me hace ser muy deportivo y recuerdo al Deportivo Olímpico con mis 18 años nada más. A la izquierda hay una hilera de árboles que me parece que son olmos o algo similares a olmos. Es igual. Me imagino que son olmos y, además, me viene a la memoria un compañero que tuve en el Banco Hispano Americano de Madrid que se apellidaba Olmos y del cual no supe nada más. Escucho el ruido de los motores de los coches que pasan por la carretera nacional. Una puerta de barrotes de hierro pintados de color verde es la entrada a un pequeño patio de palmeras. Son palmeras de muy poca altura pero dan una nota particular y muy especial al paisaje. Y llego por fin a la cuadra de las ovejas y las cabras. Curiosamente no me ladra ninguno de los perros que cuidan los rebaños y que siempre me ladran: ¿se habrán dado cuenta ya de que yo soy un amigo de los animales? Siempre que paso por aquí me entra una sonrisa ver cómo se me quedan mirando todas las ovejas y las cabezas como preguntándose ¿éste quién es? ¿Quién soy yo en realidad? Sólo un viajero que cruza por la cuadra de los rebaños de este gran hombre y todavía mejor persona, a quien he tenido el placer de saludar algunas veces por los caminos, llamado Paco "El Zorongo". Ya solo me queda pasar, campo a través, por entre las breñas y los matorrales de este pedazo de "tierra de nadie" presidido por las ruinas de una casa que, antaño, debió de conocer mejores tiempos, mejores glorias, mejores momentos... pero que ahora tiene todas sus paredes derruidas y sólo son montones de cascotes por los suelos y alguna que otra pared medio en pie medio derribada. Observo que, a mi derecha, sigue todo el camino una pequeña acequia de ladrillo que, en sus tiempos, debió de servir de cauce de agua para regar campos o quizás huertas. Peros los campos cambian de rostro. Los campos cambian de paisajes. Los campos hoy son un sí de gloria y mañana un no de declive. Como les sucede a los hombres que no saben reír. Por eso vengo tantas veces al Restaurante Bar "Los Rescoldos de Carrascoy" para poder reír a gusto con mis amigos y amigas y ser siempre un eterno joven en lo físico y en lo espiritual, para no quedarme seco, y triste, y derruido como este pequeño canalillo de la derecha que, en algún tiempo lejano tuvo frescor, lozanía, vida... y ahora está muriendo lentamente viejo, seco, abandonado como sucede con tantos ancianos y ancianas en un mundo de ciudades deshumanizadas de este cada vez más incomprensible globo terráqueo. Quizás por eso ya es urgente que yo vaya a volver a vivir a Madrid. Porque mi chavalilla estoy seguro de que transformará muchas situaciones de tristeza por futuros de alegría. Estoy seguro y en eso no dejaré de ayudarla yo, que estoy dispuesto a dar mi vida por ella si es que fuese necesario... Porque es necesario humanizarse y volver a ser una raza humana. Una sola raza humana a escala mundial. Recuerdo algo de Quito, en Ecuador. Se llama Academia Moz Art. Si estuviera aquí, a mi lado, Mozart sería quizás capaz quizás de escribir el preludio de una opereta. Yo, al fin, logro cruzar la carretera nacional, veo las casas vecinas y los viejos restos de algo que debieron ser ventorrillos en un pasado que cada vez queda más lejano. Y, rápidamente, para poder gozar de la agradable compañía de hombres buenos y de mujeres de gran corazón (cosas que he aprendido en Murcia para no olvidar nunca cuando esté en Madrid). Esta vez el camarero de la Cafetería no es Paco el del Real Madrid sino José el del Barcelona. Se vuelven a armar los mil y un follones de siempre pero en forma y manera de amistad aunque a veces digamos cosas muy serias. Termino hablando de cosas muy interesantes para los hombres, con Fernando "El Púa" y Eduardo "El Pala". Cierro estas páginas de mi Diario con un anuncio: "Bar Restaurante Los Rescoldos de Carrascoy-Especialidad en arroces con conejo y caracoles (Los Ventorrillos)" Y, ya de regreso, se me ocurre, pensando en mi bellísima y buenísima Princesa, volver a cantar: En cosas de los amores yo nunca me he metido y he regalado flores porque estaba permitido. En cosas de los amores sólo un amor he tenido y he regalado flores mas nunca fui un perdido" Fin de marcha. Toca compartir risa con Ella. Risa y el ramo de flores que le he recogido por el camino. Sé que sólo son margaritas pero estoy seguro de que para mi Princesa valen mucho más que cualquier grande y hermoso ramo que le regale quien tenga millones, mansiones, yates y hasta campos enteros de gladiolos. Yo me conformo, porque no tengo nada más, con las margaritas y las amapolas. Día de la Madre. 6 de mayo de 2012. He dado un beso a mi Princesa y me he quedado otra vez, y ya van millones de vidas que lo hago, soñando con ella.
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