Volver a verte no me sorprende pues todo era posible y sé que sucedería algún día pero…¿justamente ahora? Te miro, me miras y enmudecimos, y quise haberme acercado, al menos darte un abrazo pero…simplemente me quede como clavada en mi asiendo y ¡no pude! han pasado miles de cosas por mi cabeza y me gustaría ser adivina para saber lo que pasó por la tuya.
Tanto soñarte, tanto extrañarte sin tenerte, tanto inventarte, tanto buscarte sin encontrarte y ahora como siempre, fue para recordar de nuevo que, llegue tarde a tu vida. A veces me pregunto. ¿Porqué  uno confunde amor con compañía, con costumbre? ¿Porqué el miedo a quedarse solos nos hace escoger con la cabeza lo que es del corazón?  no es mi caso pero es el caso de muchos, quedarse donde no deben y seguir “viviendo” de engaños y no tengo nada contra eso, la rabia en contra el tiempo, por haberte puesto un día junto a mí pero…tarde, como siempre, tarde.
Sentí ganas de huir, de que fuera solo un sueño como otros tantos, sin embargo fue real, apareciste ahí, justo cuando hablaba de ti, cuando recordaba el pasado, coincidir en el mismo lugar fue inquietarme de nuevo, remover de nuevo todo, sentí tantas ganas de abrazarte, de besarte, de sentir tu cuerpo exacto pero no, no pude porque tú te quedaste estático, inamovible, mudo igual que yo, solo con esa sonrisa tuya que no se separa de mí, que tantas veces alegró mis días tristes y que hace que todo lo malo desaparezca.
Que ganas de tocarte, que ganas de rozarte, que ganas de acercarme a ti, de golpearte con un beso, a mí nada me lo impedía, pero, que ganas de que fueran tu deseo y mi deseo y el más grande de todos, fugarnos para siempre, donde el pasado fuera solo eso, pasado y poder vivir solo el presente.
Quizás en otras vidas, quizás en otras muertes, podamos coincidir SIN DAÑO A TERCEROS.