Athletic Club de Bilbao 0 - Atltico de Madrid 3 (Crnica).
Publicado en May 09, 2012
Sucedió en Bucarest
¡¡¡ROBO DESCARADO!!! Cuando no se tiene vergüenza... Athletic Club de Bilbao.- Iraizoz; Iraola, Javi Martínez, Amorebieta; Aurtenetxe (Íñigo Pérez), Iturraspe (Ibai), Ander Herrera (Toquero); De Marcos, Susaeta, Llorente, Muniaín. Atlético de Madrid.- Cortois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Mario Suárez, Gabi; Arda, Diego, Adrián; Falcao. Árbitro.- Wolfgang Stark. Al Estadio Nacional de Bucarest saltaron todos los jugadores de ambos equipos sin querer mirar directamente a la Copa. ¿Era una premonición de lo que iba a suceder y les daba vergüenza mirarla? Esto es como cuando algunos engañan a sus mujeres con algunas pelanduscas y luego no son capaces de mirarlas a la cara. Para comenzar con los atropellos a las ilusiones de los Leones de San Mamés comenzamos por ver cómo los del Atlético de Madrid visten su camiseta rojiblanca e imponen sus caprichos a los del Athletic Club de Bilbao que tienen que conformarse con una camiseta verde con dos pequeñas francas blanca y roja. Eso para empezar. Y empieza el partido sacando los leones del centro del campo y, en medio de los nervios de los jugadores del club vasco, los colchoneros comienzan a presionar hasta que, después de un par de avisos, el colombiano Falcao lanza un disparo, por culpa de un mal marcaje del defensa vasco, que entra por la escuadra derecha de la portería de Iraizoz; allí donde las arañas tejen sus hilos y donde los árbitros tejen sus desvergüenzas. Los del Athletic Club comienzan, minutos más tarde a tejer también su juego y a dominar la posesión del balón mientras los colchoneros se atrincheran en su campo y van lanzando peligrosos contraataques... hasta que llegan dos jugadas que demuestran que alguien o algunos estaban deseando que perdieran los vascos: una jugada de ataque de los leones por su banda derecha es anulada injustamente cuando podía haber terminado en gol, por el caballero Stark que al parcer se cree Eliot Ness acabando con el contrabando de whisky y, como dijo Groucho Marx, perdone que le llame caballero pero es que no le conozco lo suficiente. Minutos después ya le conocimos todos lo suficientemente bien cuando deja de pitar un penalty de libro por agarrón de Godín a la camiseta de Llorente dentro del área y esto, señor Stark y espero que sea usted más señor en otras áreas de su vida porque en el fútbol acaba de perder tal dignidad, es penalty en todas las partes del mundo. Hay peridoditas, hipócritas por cierto, que dicen y afirman que esas jugadas se pitan penalty o no se pitan penalty según decida la santa voluntad del árbitro pero, al parecer, la santa voluntad de este caballero Stark que se cree Sir Lanzarote en busca de Ginebra o algo por el estilo, no es tan santa como parece. Un agarrón a un rival, por la espalda, es falta directa cuando se produce fuera del área (y esto si lo pitan siempre los señores o lo que sea de colegiados mundiales) y si ese agarrón se produce dentro del área, al ser falta directa es, con el Reglamento en la mano, señor árbitro, un penalty. Que usted lo quiera negar no deja de ser un penalty... así que nada de que la santa voluntad de alguien que debe ser un juez neutral en un terreno de juego decida si es o no es penalty. ¡Esa jugada siempre es un penalty y siempre se debe pitar penalty quiera o no quira usted, señor cacique de las áreas que es usted más cacique de las áreas que el célebre ex jugador colchonero Iselín Santos Ovejero! Era el minuto 10'20 del partido y aquello fue la clave de la derrota de los leones de San Mamés; porque resulta que no es lo mismo irse al descanso con 1-1 que hubiese sido lo justo (por el juego desplegado de ambos conjuntos que fue muy igualado y, sobre todo, por ese penalty no pitado) que llegar al descanso con un 0-2 en contra porque minutos antes del último cuarto de hora de la primera parte el colombiano Falcao marcó el segundo gol colchonero a pesar de los intentos de los leones que estaban esforzándose por arreglar la injusticia que habían cometido contra ellos. Estaban funcionando Muniaín, Ander Herrera, Javi Martínez, Llorente, Susaeta... pero el guardameta Courtois evitó el primer gol vasco con un enorme paradón ante un lejano disparo de Muniaín. Una morenaza guapísima, en las gradas, está de acuerdo conmigo en que esto era ya un robo descarado. Comenzó la segunda parte con un equipo vasco encorajinado ante aquella enorme injusticia que suponía el penalty no pitado pero los nervios les jugaban malas pasadas, el tiempo pasaba rápidamente y los disparos de los leones se perdían en el limbo de los inocentes ya que todo aquello era ya, a partir del penalty no pitado, como lo de las injusticias cometidas en la novela "Los Santos Inocentes" del vallisoletano Miguel Delibes que, además pasó a ser una de las mejores películas españolas de todos los tiempos. Esto ya no tenía sentido en la cancha rumana. Ante un robo tan descarado ya daba lo mismo perder por 0-2, o-3, 0-4, 0-5 o todo lo que quisiera el caballero Stark que no no era tal caballero pues le faltaba el sombrero y el caballo para serlo. Querer compensar aquella descarada acción de no pitar el penalty de la primera parte sacando una tarjetita amarilla al colombiano Falcao (que más que tarjetita amarilla parecíó ser una invitación a celebrar con él en su cómoda casa donde viva sus dos goles) no compensan nada de nada y si lo hace para compensar es todavía peor pues demuestra que su conciencia no estaba tranquila. Después el partido se convirtió en un absurdo correcalles donde los leones ponían pundonor, valentía y todo lo que tienen que poner los verdaderos hombres cuando juegan al fútbol que es cosa de tener pelotas o no tenerlas y en cuanto a la posesión de pelotas, los del Athletic Club tuvieron más que los del Atleti (algo como 57 % para los leones y 43 % para los colchoneros). El tercer rojiblanco ya no merece la pena ni comentarlo; porque los del Atleti se llevan la Copa para sus vitrinas del Estadio Calderón pero hasta el madrileño Pedro Calderón de la Barca, si levantase la cabeza, se llenaría de vergüenza ajena ante este escandaloso robo a mano armada, con nocturnidad y con alevosía para más inri; o sea, como sucede en las novelas pocicíacas de Raimond Chandler. Ahora recuerdo que estoy escribiendo un novela policíaca que he titulado "Águilas Negras" y me doy cuenta de que, para ver este bodrio de robo descarado, mejor me hubiera quedado en mi casa siguiendo con su escritura. Del partido sólo falta reseñar que, como casi siemrpe ocurre en estas infaustas ocasiones (propias del Fausto de Dante) hasta hubo dos verdaderos gilipollas que saltaron, como espontáneos, al césped pero fueron rápidamente detenidos por la policía rumana antes de que a alguno de ellos o a los dos, algún jugador del Athletic Club le hubiese roto todos los dientes de un piñazo bien dado y justamente bien dado... pero el fútbol sigue estando lleno de ladrones vestidos de corto y de gilipollas vestidos de largo. Es totalmenre injusto lo sucedido. ¡Los del Athletic Club de Bilbao habían estado 175 años esperando una ocasión como esta para luego ver desaparecer todos sus sueños y todas sus ilusiones por un robo tan descarado que es el mejor titular que he podido poner a esta crónica sobre lo sucedido en Bucarest! Si yo hubiera jugado este partido y me hubiesen regalado la Copa de tal manera preferiría morirme de asco antes que aceptarla o, si no me hubiese quedado más remedio, me habría convertido en un empedernido borracho bebiendo copas tras copas para olvidarla. No para olvidar a la morenaza guapísima y escultural que, desde las gradas veía con total serenidad los sucesos pero que por dentro estaba pensando lo mismo que yo... porque emborrachándose no se puede olvidar nunca a una chavalilla así pero si se puede olvidar el denigrante robo descarado del cual fueron víctimas los de San Mamés. ¡Elemental, querido Watson, sencillamente elemental que si no te pitan un penalty de libro que es penalty y solo penalty y que hubiese servido para poner el marcador en un igualado 1-1 que te metan ya 2-0, 3-0, 4-0 o los que quiera el señor árbitro pues da exactamente lo mismo! Al final vi al jovencísimo Muniaín (que es un chaval que tiene talento e inteligencia para ser muy brillante en el futuro de su equipo y de la Selección Española donde ya ha debutado cuando ganamos a Venezuela) cómo protestaba por tal injusticia. Y yo, de manera imparcial, escribo que llevan razón los vascos en protestar porque ha sido un robo descarado y que era mejor que no hubiesen salido a jugar la segunda parte y que se hubiesen llevado la Copa los del Atlético de Madrid sin jugar esta mitad porque para lo que sucedió en el encuentro era mucho mejor que todos los jugadores del Athletic Club se hubiesen quedado en Bilbao jugando al mus con Patxi López por citar a alguien y no por otra cosa aunque hubiesen descalificado a su equipo para no jugar en Europa a perpetuidad. Mejor. Antes que ser partícipes de esta grotesca mascarada hubiera sido mejor envidar a las chicas y, quizás, hasta alguna chica hubiese podido sonreír y si alguna chica, guapa por supuesto, ríe al leer esta crónica deportiva (de hechos por supuesto y no de "ambiente") pues hasta quizás haya merecido la pena escribirla. Robo Descarado o Descarado Robo. Dá lo mismo decirlo en español como en inglés porque esto es un absurdo a lo Dadá. Dadaismo en lugar de fútbol. Quizás se esté creyendo el colombiano Falcao que se ha cubierto de "gloria" pero ni la famosa mano de Maradona supera a esta infausta injusticia porque se ha jugado, señor Stark, con las ilusiones y los sueños de muchos seguidores del Athletic Club, tanto vascos como no vascos, y ha roto usted la poquísima fe que tenía yo sobre que el fútbol era un deporte limpio. Sucio. Bien sucio ha sido lo sucedido ayer en Bucarest. Algo así como el cuento de Alí Babá y los 40 ladrones pero en versión ¿deportiva?. Si esto es deportivo que venga Dios y lo vea porque lo que es yo no lo veo por ninguna parte. Hablando de ver... ¿ven ustedes, amigos lectores y amigas lectoras, cómo un penalty no pitado cuando es penalty de verdad y en el Reglamento de Fútbol dice que es penalty siempre, puede cambiar todo el resultado de una Final? Yo soy madrileño pero si algún seguidor del Atlético de Madrid me viene a dar la mano mañana prefiero cambiarme de Calle y que pasee él por la Avenida de los Melancólicos pensando... pensando como siempre... si es su equipo colchonero digno vencedor de una Copa que se la regaló el señorito Stark que se cree Eliot Ness atacando a los que encendemos cigarrillos para olvidar... no a nuestras guapas, jóvenes, esculturales e inteligentes morenazas... sino cómo se ha tirado por la borda la gloria que alcanzaron, por ejemplo: Madinabeytia; Rivilla, Griffa, Calleja; Ramiro, Glaría IV; Jones, Adelardo, Mendonça, Peiró y Collar. Quien te ha visto y quien te ve Atleti... quien te ha visto ganar Ligas, Copas y Trofeos con honor y sólo jugando al fútbol que verte ganando una Copa que te la han regalado.
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