Intensidades
Publicado en May 13, 2012
Ningún cansancio aguarda,
ningún vestigio que pueda perturbar nuestra calma ni ningún rasgo de luz malsana o una mueca que delate y vea. Ninguna irrupción malévola ni ningún sopor nos quiebra. En el crepúsculo otoñal, en esa bruma donde todo da vueltas, desapareció la montaña y mientras tu sal y mi sal se secan se esfuma la tristeza.Por eso espero, siempre espero que nunca mueras.
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