Llegó el menda y me dijo... (Diario).
Publicado en May 15, 2012
Llegó el menda y me dijo: ¡Qué pasa aquí!. Sólo le lancé una sola mirada y le ordené que se sentara. Sus dos compinches y esbirros ya estaban sentados y sudando a chorros por todos los poros de su piel. El menda también sudó. Sólo le dije yo: "Lo que pasa aquí es que no hay nada para ninguno de vosotros tres". Estaba yo dispuesto a partirles la cara a los tres con sólo tres tortazos bien dados. Solamente la intervención de mi madre evitó, aquella noche de principios de 1984 del Siglo XX, que les cortara la cabeza a los tres. Me fui a descansar a mi cama pero les dejé las trampas literarias que había yo desparramado por toda la mesa. Y allí se quedaron los tres, pasmados como tres pasmarotas, a punto de quedarse con las narices rotas si no llega a ser por la intervención protectora de mi madre.
En la cama empecé a meditar. La Asociación Protectora de Animales debería aprender a distinguir entre animales pacíficos y animales a los que hay que degollar. Y me quedé dormido soñando con mi Princesa porque a mí las alforjas vacías no me interesan para nada; y menos, si a cambio de ellas, te conviertes en un avaro, en un tacaño y en un ambicioso como ocurría con aquellos tres mendas. Buenos días nos dé Dios a todos los que tenemos la conciencia tranquila porque sólo nos interesan las nuestras.
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