CRONICAS DE DORMITORIO
Publicado en May 18, 2012
CRONICAS DE DORMITORIO Entramos querida al cuartito azul de tu morada Con nuestros cuerpos ardiendo en la madrugada Te sacaste tu vestido mientras derretías mi cordura Me saque mis pantalones y te abrace con ternura Tus sábanas rosadas fueron cómplices De nuestro amor lujuria y sexo. Sobre tu velador una virgen de yeso fue testigo Como mi cuerpo se adentró en el tuyo como en potro de nácar alcanzamos las alturas La luna entró en tu cuarto y fundió nuestros cuerpos La hora azul se puso celosa al ver saciar nuestro deseo Y ver el reposo desnudos en el lecho humedecido. Me puse el pantalón y camisa y me sentí guapo y amado Te pusiste vestido y zapato y te encontré más bella y más mía. Nuestros olores se fundieron en abrazos siderales Recogimos besos y caricias mutuas al amparo de azules horas. Mientras tu lecho guardaba secretos de amores ciertos Abrimos las ventanas y el sol entró a raudales por entre visillos Y sonrisas se instalaron en nuestros rostros pasivos Al conjugar con carne nuestros deseos y pasión En tu cuartito volvió la calma y sobre el velador Pose un ramo de rosas que florecieron nuestro amor. CRONICAS DE DORMITORIO Entramos querida al cuartito azul de tu morada Con nuestros cuerpos ardiendo en la madrugada Te sacaste tu vestido mientras derretías mi cordura Me saque mis pantalones y te abrace con ternura Tus sábanas rosadas fueron cómplices De nuestro amor lujuria y sexo. Sobre tu velador una virgen de yeso fue testigo Como mi cuerpo se adentró en el tuyo como en potro de nácar alcanzamos las alturas La luna entró en tu cuarto y fundió nuestros cuerpos La hora azul se puso celosa al ver saciar nuestro deseo Y ver el reposo desnudos en el lecho humedecido. Me puse el pantalón y camisa y me sentí guapo y amado Te pusiste vestido y zapato y te encontré más bella y más mía. Nuestros olores se fundieron en abrazos siderales Recogimos besos y caricias mutuas al amparo de azules horas. Mientras tu lecho guardaba secretos de amores ciertos Abrimos las ventanas y el sol entró a raudales por entre visillos Y sonrisas se instalaron en nuestros rostros pasivos Al conjugar con carne nuestros deseos y pasión En tu cuartito volvió la calma y sobre el velador Pose un ramo de rosas que florecieron nuestro amor.
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