En la noche cerrada del crepúsculo
en donde el ansia se vuelve espera
y las horas del jardín colgante
se transforman en copa de anís
y de frontera...
En esa noche de luz radiante
que proviene desde afuera;
desde tu piel morena y elegante
vestida de insomnio
caminante...
todo el sueño se me desborda
en los centímetros de tu cuerpo
penetrante...
Y penetro...
y penetro en la espesura
de tu aroma y duermevela.
Al entrar en toda tu materia
la vida se me hace
insomnio por la luz de tu piel
y yace
mi beso en tu pecho radiante
como grito de luz
palpitante...
En tus muslos abiertos
el insomnio queda anhelante.
Insomnio por la luz de piel.
Insomnio abrasante.
(Dedicado a la chavalilla que es mi esposa).