La loca de la Universidad (Diario).
Publicado en May 22, 2012
Me lo contó, en alguna ocasión, José Luis Dueñas y yo no daba crédito a lo que escuchaba; así que, una buena tarde, de esas excelentes tardes que me pasaba gozando tras haberme liberado del trabajo del Banco Hispano Americano (en la Oficina Principal de Madrid) se me ocurrió pasear por los alrededores del "campus" de la Universidad Complutense de Madrid... ¡y la vi!. Era cierto que existía la loca de la Universidad Complutense de Madrid. ¿Estaba realmente loca o no estaba tan loca como parecía y le interesaba pasar por loca? Yo la ví pasear, por las Facultades de Medicina, Ciencias de la Información, Derecho, Ciencias Económicas y Política. Se pateaba todas las Facultades (¿estaba en pleno uso de sus facultades mentales?) con un ´"mogollón" de libros, de todas las materias imaginables e inimaginables, entre sus brazos. Era muy mayor... terriblemente mayor... patéticamente mayor... pero se hacía pasar por una "pimpollera" con falda "colorá" mientras canturreaba canciones.
Yo quería saber si estaba loca de verdad o se estaba "quedando" con "todo el personal". Así que obtuve la respuesta otra tarde en que estaba, con algún amigote de los de entonces, en la entrada del Cine Lumiére, para ver una de esas películas "de autor" en la que no te enteras absolutamente de nada pero que sirven para "fardar" en las tertulias de "cinéfilo" y hasta de "cinescéfalo" con tal de aparentar que sabes mucho de cine pero no tienes ni idea de lo que has visto porque ni el guionista ni el director de aquellas películas "de autor" sabían qué historia habían contado porque, sencillamente, eran "bodrios" de películas que nos te las podías ni "tragar" pero que servían para disimular entre "trago" y "trago" con aquellos "intelectuales de pelo largo y barba pastueña" donde yo me asombraba de todo lo que "molaban" sin tener ni "repajolera" idea de lo que hablaban ellos ni de lo que escuchaba yo. El caso es que la vi llegar, más pintada que un cuadro de Sorolla, con la cara echa todo un "pastel" a lo Gauguin y más contenta que unas "castañuelas" (supongo que "castañas" cogía alguna que otra por las avenidas de la Complutense aunque fuesen "pilongas") y vendiendo, como pregonaba a pleno pulmón, "chistes de amor y de risa". Luego no estaba loca. Simplemente se estaba "quedando con el personal"; con todos aquellos que se las daban de intelectuales mientras ellas les "empaquetaba" hojas de cancioneros decimonónicos y chistes de, por lo menos, Amadeo de Saboya, Alfonso XII, Alfonso XIII y hasta de Castelar que, ávidamente, compraban los "progres intelectualistas" de los cines de "autor" que no entendían ni "papa" de cine porque aquello no era cine. Ella se reía de todos y, por lo tanto, deduje que no estaba loca sino que era "más lista que el hambre". Fue uno de los personajes femeninos más conocidos de Madrid capital y pasaba del "machismo recalcitrante" y del "feminismo contracultural". Era, sencillamente, una mujer genial... pero a todos los genios y genias, la envidia de los "progres" y de los ignorantes les tildan de locos y locas.
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