¡Vaya manera de fardar! (Diario)
Publicado en May 22, 2012
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Como yo era un chaval despierto y tan inteligente como para "ser una esponja" aprendí mucho de la Loca de la Universidad (aunque ya anteriormente a conocerla había yo echo mis "pinitos sandungueros") y me lancé a la tarea de fardar, molar y "tirarme el pegote" de ser por lo menos alguien que estaba llevando a cabo la realización de una Tesis Doctoral (lo que menos importaba era la materia de que se tratase) así que elegía, de entre mi innumerable cantidad de libros que tenía yo en mi habitación privada, el que fuese de más altura intelectual y me iba, con él en la mano, por los andenes del Metro de Madrid y, dentro ya del vagón correspondiente, dejaba con total disimulo que los viajeros y las viajeras leyesen el título del libro. El resultado es que me miraban y se "hacían cruces" de que un chaval tan joven ya estuviese realizando toda una Tesis Doctoral de, digamos algo por decir, por ejemplo "Sociología del Amor" pero a escala de Doctor de Filosofía. ¡Vaya manera de fardar andando con el dichoso libraco de más de 1.000 páginas en el Metro de Madrid y por los paseos de la Universidad Complutense (de la cual llegaría a ser estudiante destacado años más tarde) aprendida ya la técnica de la Loca de la Universidad que ni estaba loca ni tenía ninguna clase de locura salvo ser "más lista que el hambre"
Tenía yo, por aquel entonces, hambre de Cultura con C mayúscula y había ya escrito el famoso "Galicia a través de sus ríos" sin salir del comedor de mi casa de Juan Duque 16, piso Quinto número 2, y me veía con ganas suficientes de hacer alguna historia-río como la de "El Jabato" por lo menos; así que yo pasaba por ser, a pesar de mi todavía muy corta edad, algo así como un "unamuno" en aquella España invertebrada que consistía en ser más "espabilado" que el Benito, el Emilín, el Boni y el Maxi todos juntos y "al montón" (como las patatas que me servía gustosamente mi abuelita materna). Y como no tenía más cosas que hacer que culturizarme adecuadamente para poder conseguir, años más tarde, mi Licenciatura en Periodismo, me daba más vueltas que el Autobús Circular por todo Madrid capital con aquellos libros tan grandilocuentes en la mano derecha (con la izquierda llevaba el cigarrillo encendido para "molar" de fumador empedernido aunque nunca he fumado un cigarrillo en mi vida salvo una apuesta que me hice yo conmigo mismo en cierta ocasión) me daba por llevar el libro con la inteligente maniobra de dejar bien visible su título mayestático y jugar, con el cigarrillo, a hacer malabarismos interdigitales sin quemarme ni un sólo dedo. 
Eran formas y maneras de demostrar a más de uno y a más de una, para que se entendiese bien que yo era una "esponja" que todo lo aprendía y todo lo superaba con creces, que los tontos eran ellos... o sea, el Benito, el Emilín, el Boni y el Maxi... que no tenían ni la más mínima idea de quien era "El Caballero de la Rosa" como más de una vez representé en la vida real.
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Foto del autor José Orero De Julián
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Descripción

Página de Diario personal.

Palabras Clave: Diario Memoria Recuerdos.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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