1. En la soledad, determina cuáles son tus afectos.

   2. En el bullicio de la multitud, determina cuáles son tus desprecios.

   3. Descubre, allá o aquí, que en el fondo no significas nada para nadie.

   4. Y nadie significa nada para ti, aunque finjas compasión y caridad.

   5. Las palabras son el más perfecto disfraz para fingir,por lo tanto habla mucho y escribe mucho.

6. En este sentimiento de total soledad, las personas a quienes crees amar, o que piensas que      te  aman, son como tú y peores que tú.

    7. Son simples accesorios emocionales de los cuales puedes prescindir sin nostalgia ni remordimientos.

    8. El vacío es tu estado normal, no intentes llenarlo con sentimientos de ningún tipo.

     9. No hagas inútiles esfuerzos para llenarlo con aparentes virtudes pasajeras, con la fe, con los valores hipócritas de las religiones. Si acaso...con la poesía o el arte.

     10. A nadie le importas por tus virtudes sino por tus servicios y probable uso práctico que de ti se pueda hacer.

     11. Estos sentimientos que consideras tan espirituales, tan éticos, son solo temores que intentas superar aferrándote a la religión, a la filosofía, a la moral, a la bioética del microbio pensante o a simples y vanales esquemas teóricos que nunca se ajustan a la escueta realidad de tu insignificante existencia. Amén.