0.3 XYZ (Mini Relato) corregida la ortografa.
Publicado en May 23, 2012
La aeronave gobernada por Josno, se introducía, cada vez más, en el espacio donde, al parecer, miles de planetas existían todavía sin que los sabios de Moralia pudieran ser capaces de clasificarlos. Josno sentía, dentro de su cuerpo, una sensación de estado nervioso mientras que, el resto de los compañeros de expedición (Bondo, Maxiu y Eminek) dormían apaciblemente. En el exterior, múltiples cuerpos celestes parecían un baile de manchas.
- ¡Dios mío! ¿Qué es esto? ¡Una fuerza irresistible nos atrapa! Diciendo estas palabras de angustia, Josno decidió pulsar la Placa de Emergencia y un ruido ensordecedor, de sirena de ambulancia, hizo que aquellos tres compañeros durmientes salieran de su letargo. - ¿Qué pasa, inútil? ¡Sólo eres un inútil y no sirves para nada! ¿Por qué nos despiertas de nuestros dulces sueños? - ¡Vaya, vaya, vaya! ¡Acabo de despertar al gran Eminek! Ya sé que eres el más guapo y el el más inteligente de todos; pero ¿tan sabio que eres por qué no manejas tú la aeronave para salir de este laberinto? Eminek permaneció paralizado por el miedo. - ¿Qué es eso? La enorme mancha roja se acercaba, con la velocidad de un rayo vertiginoso, hacia la aeronave. - ¡Eso va a destruirnos! -gimió Eminek. - Si esa mancha nos destruye no debes de gemir tanto, porque al menos habremos servido para advertir a todos los habitantes de Moralia que nunca traten de explorar sobre esta parte del Universo. Supongo que todos ellos verán nuestro estúpido sacrificio por los canales de televisión espacial. Si tienes ganas de gritar ... ponte a gritar como hombre y no gimas como una mujer que sólo procura salvarse ella misma sin preocuparse de los demás. Tras decir esto, Josno siguió tratando de sortear el peligro de la enorme mancha roja que se acercaba, con la velocidad de un relámpago, a la aeronave. - ¡Amigos... no hay nada que hacer! ¡Si sois creyentes orad a Dios, pero si sois ateos confiad al Diablo vuestras almas! ¡Yo no puedo hacer milagros porque no soy Jesucristo y sólo Jesucristo puede evitar que nos devore esa enorme mancha roja! - ¡¡Ya sabía yo que tú eres un inútil!! ¡¡Inútil!! ¡¡No sirves para nada!! - ¡¡¡Guarda silencio ya, estúpido!!! ¡¡Si puedes hacerlo tú... hazlo pero no nos pongas más nerviosos de lo que estamos!! -explotó Bondo. - No es necesario gritar a nadie. Sólo puedo deciros adiós con el corazón que con el alma no puedo. - ¡¡No, Josno!! - Sí, Maxiu ... y espero que algún dia, si estáis vivos, me recordéis aunque sólo sea un poco nada más... aunque sea sólo para culparme de este fracaso; pero, por favor, si os morís solamente deseo que allí en el otro mundo en vez de infierno obtengáis la gloria y que una nube me borre de vuesras memorias. El contacto fue brutal. Una explosión gigantesca hizo que la aeronave diese varias vueltas sobre su propio eje antes de que todo se llenara de rojo. No era posible ver nada porque aquella especie de gas rojo inundaba por completo todo el interior de la aeronave. Josno sabía que no había sido por un error suyo y que había hecho hasta lo imposible para salvar a la Expedición Triana antes de que perdiera el conocimiento. En la Base Central del planeta Moralia habían perdido la comunicación de las voces y las imágenes. Nadie era capaz de volver a conectarse ni contactar con ellos. - ¡Bienvenido, Josno! Una muchacha muy joven y primaveral, de una belleza física inimaginable desde la cabeza a los pies, le saludó mientras se reía. - ¿Cómo sabes tú mi nombre? - Muy fácil. Está escrito en la chapa que llevas en el pecho de tu uniforme. - ¿Dónde estamos? - En el Planeta Moralia vosotros nos llamáis 0.3 XYZ, pero, en realidad, este Planeta es el Paraíso Terranova. - ¿Qué ha pasado con mis compañeros de viaje? - Absolutamente nada de nada. No estaba interesada en ninguno de los tres. - ¿Qué quieres decir con eso? - Que para mí no resultaron ser atractivos ninguno de ellos en absoluto, aunque fuesen tan guapos como tú, y he dado la orden de enviarlos de nuevo a Moralia para ver si en aquel planeta vuelven a tener ahora suficiente hombría para no querer engañar a alguna joven como yo. - ¿Cuál ha sido la verdadera razón para hacer que ellos hayan vuelto a Moralia? - Han sido tres motivos: el primero, que ellos me deseaban de un modo libidinoso y machista; el segundo, que todas sus riquezas que me ofrecían para tener el sexo con ellos no significan nada para mí y no estuve dispuesta a aceptarlas; y el tercero, que los tres están ya casados. Josno guardó silencio. Sólo la miraba a los ojos y contemplaba su belleza total sin decirle nada. - ¿Qué me ofreces tú por dormir una noche conmigo? - Nada. Para dormir sólo una noche contigo no te ofrezco nada. No soy de esa clase de jóvenes. - ¿Y si yo te pidiera poder casarme contigo qué me darías a cambio? - Nada. No puedo darte ninguna clase de riquezas como ellos porque no tengo ninguna clase de riquezas. Sólo tengo sueños. Sólo puedo soñar contigo. - ¿Quieres tenerme contigo para toda la Eternidad? - ¿Me estás pidiendo casarme contigo? - Mucho más que eso. Te pido que me ames para siempre. - Si eso fuera posible... - Es posible. - Sí. Eres la chavala que siempre he soñado. Ella se acercó despacio. - Me llaman Felicidad... y casarme contigo supone, como mi nombre indica, que hay que empezar por tener Fe. La Fe no es lo último que que se pierde, sino lo primero que se conquista. Y los dos dieron el largo e intenso beso del compromiso de boda.
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