Enamoramiento y Amor
Publicado en May 29, 2012
Durante su corta vida tuvo varios enamoramientos que lo llevaron desde el cielo hasta una carretera quinientos kilometros alejado de su casa sin un centavo en el bolsillo y con el corazón maltrecho. Pero era un hombre fuerte que siempre supo verle lo bueno a todo o al menos eso trataba cada vez que las cosas parecian ir de mal a peor.
Lo cierto es que a pesar de ser tan enamoradizo solo dos veces pudo decir que sinceramente amo. La primera vez fue cuando su voz todavía sonaba infantil y su madre le despedia con un beso en la mejilla mientras le recordaba comerse todo su almuerzo y no quedarse jugando con sus amigos hasta que el sol se ponia. Ese su primer amor fue una maestra menuda de ojos chiquitos y brillantes que portaba en cada estación una sonrisa amable y sincera. Durante cuatro años y hasta que salio de la primaria su corazón infantil se desbordaba cada día cuando la encontraba en los pasillos. Había atesorado el recuerdo de aquella mujer durante años, incluso despues de conocer a su segundo amor, ese que después de muchas iluciones y desiluciones llego callado, en medio de una rutina que casi dejo pasar desapersivida. A ella la había conocido a unos meses de terminar su carrera con solo veintitres años, y no pudo evitar evocar el recuerdo de aquella maestra, pues los ojos de esta chica eran igual de pequeños aunque su sonrisa afloraba como una lastimera mueca de encanto y sufrimiento, todo lo contrario de su primera. ¿Que cuando había pasado del enamoramiento al amor? Dudoso presisarlo, mas cuando ni siquiera fué capas de saber que estaba enamorado. Lo cierto era que cuando ella le dedico una sonrisa una sincera y libre sonrisa él supo que ya no habria nadie más. Con ella tuvo los dos años más locos de noviasgo donde se extendia un silencio abrigado solo por sus brazos, con ella paso el año y medio más hermoso de casado. En el recuento de su vida se reprocho muchas cosas, se avergonzo de muchas otras. Él no había sido un buen hombre pero tampoco uno malo, quizas de todo lo que se arrepentía era el no ser capas de estar ahi para ver a la que seria su tercer gran amor, ese pedacito de carne que todavía se gestaba en el vientre de su esposa. Sus lagrimas salieron al recordar que nunca tuvo la oportunidad de decirles que deseaba que su pequeña llevara el nombre de aquella protagonista de novela, ahora aquel nombre permaneceria entre las hojas del libro olvidado como el pronto permaneceria encerrado entre la tierra. En un intentó fortuito que su cuerpo le permitio, giro su cabeza tratando de encontrar el cielo. Se reprendio de haberse enamorado tantas veces y haber perdido tanto tiempo para haberla amado, aquel tiempo que ahora se le escapaba junto con el aire en sus pulmones y la sangre de sus venas. Como añoraba verla, ver a esa mujer que amaba, tener la oportunidad de abrazar a la pequeña que dentro de su vientre dormia. El cielo que admiro fue uno detras de un frondoso sauce verde. Entonces agradecio a Dios o cualquier fuerza que le hubo permitido conocerla, porque si el tiempo había sido corto tamien había sido suave y dulce. Cerro los ojos mientras admiraba el cielo sobre su cabeza, mientras las hojas verdes se mecian con el viento, se dejó ir mientras el repique de la ambulancia comenzaba a hacerse presente. Entre el metal retorcido dejo ir su último pensamiento, aquellos nombres que no podría pronunciar más, que unca tendria la oporttunidad de abrazar.
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kalutavon
Eliza Escalante