El tiempo lo mató, o quizás fui yo.
Publicado en Jun 05, 2012
Me vienen a la mente
recuerdos no tan lejanos, pero difusos de cuando el rio portaba el agua pura y cristalina que corría a la par que pasaban los días de mi vida. Hoy tristemente entorno los ojos ante la gris imágen del musgo seco, muerto sobre la roca. Las espinas de los peces parecen raíces que se pierden en la tierra. Aquella agua ya no abastece al gran sauce que me proporciona sombra en este día de tórrido verano. Él la necesita, sin ella tiemblan sus ramas débiles vencidas por la brisa, y caerán las hojas a sus pies para vestir el lecho donde caerá muerto. El destino ocre que adivino trae a mí un sentimiento intenso, y yo, por que el no muera lo regaría cada día con un cuenco a rebosar de mis lágrimas. Traigo recuerdos tristes a mi mente, me fustigo, me lastimo pero mi lagrimal sigue seco. ¿Será que la última riada se llevó también mis lágrimas? No, tan solo arrastró mis sentimientos ya gastados hasta quien sabe donde. ¡Como se hinca la astilla cada vez que deseo llorar! Y como desespera vivir esperando por unos sentimientos que me hagan sufrir, para así poder regar este generoso sauce, que condenado como yo poco a poco se va secando.
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DEMOCLES...(Mago de Oz)