Qu es ser un hombre, Don Nazario? (Reflexiones).
Publicado en Jun 06, 2012
Estimado Señor Don Nazario y tal y tal tal tal. ¿Qué es ser un hombre, Don Nazario? ¿Ser un hombre es ser un duro policía pro franquista de esos que, armados con dos buenas pistolas, alguna metralleta, dentro de unos coches a toda velocidad y metiendo miedo con las sirenas, montados a caballo galopantes, con porras de esas de deslomar las espaldas de quienes encuentran a su paso y, por supuesto, defendiendo los derechos de los todopoderosos fascistas mientras, auto llamándose hijos guapos del pueblo (por supuesto que casi del todo analfabetos) persiguen, aporrean, aplastan, machacan, torturan, encarcelan, etcétera, etcétera y etcétera... que hasta asco da lo que hacíais en la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol -kilómetro 0 por supuesto puesto que vuestro cerebro era un 0 absoluto- a los humildes, pobres y desesperados obreros que reclamaban solamente un poco de pan para combatir el hambre y un trabajo de lo que fuera para poder sacar adelante a la familia numerosa? ¿Eso es ser hombre, Don Nazario?
¡Qué valentía tan grande la suya, tipo duro que nunca llora ante nada ni ante nadie, mientras destruye los derechos humanos de los necesitados defendiendo, fieramente y como valerosos hijos guapos del pueblo, a los feos hijos del pueblo que no tienen dinero ni para una pastilla de jabón con que lavarse el hollín de lo sudores de tanto correr despavoridos ante vuestras armas, porque armados hasta los dientes se es más fiero y se da más miedo, ni tampoco para una simple hoja de afeitar con la que ser un poco menos feos y no como tú, tan guaperas con el uniforme impoluto de duro policía perseguidor de los que se manifiestan pidiendo un poco de misericordia! ¡Vaya hombre más valiente y más cristiano es usted, Don Nazario! ¡Qué gran ejemplo para ganarse el cielo en un lugar privilegiado junto a Jesucristo! ¿Puede usted decirme si eso es ser un hombre, Don Nazario? ¿Sabe usted lo que cuesta conseguir un euro trabajando desde que amanece hasta que llega la noche oscura mientras usted descansa en un mullido sillón después de haber machacado a los pobres vagabundos, feos hijos del pueblo al que usted dice tan orgullosamente pertenecer pero lindo, guapo, donjuanesco, ligón de mujeres estupendas y etcétera, etcétera, etcétera? ¿Sabe usted por qué lloran los hombres feos y cuáles son las causas por las que lloran los hombres feos que pertenecen al pueblo de los necesitados, de los desheredados, de los sin trabajo, de los que necesitan aunque sea un poco de amor para poder irse de esta vida con una sonrisa con la que poder compensar las lágrimas derramadas por cosas que usted ni conoce ni ha conocido jamás? ¡Vaya ejemplo de hombre cristiano, guapo, duro, intransigente con los pobres pero lameculos de los todopoderosos fascistas! ¡Vaya ejemplo de hombre que es usted, Don Nazario! Tan hombre es usted que cuando yo sea mayor quiero parecerme a usted aunque sea solamente un poquito nada más. ¡Siga en su cama sudando la siesta de marmota después de haberse hartado de comer de las manos de los todopoderosos fascistas porque lo que es a mí (y no le deseo contar qué he estado haciendo yo mientras usted hacía lo que hacía) me la suda!...
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