Do Not Disturb ( cuento ertico)
Publicado en Jul 26, 2009
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Do Not Disturb
Dime cariño, dime. ¿Porqué todos los años regreso a ti? Te has convertido en lo más preciado de mi vida desde hace algo más de diez años. A veces me pregunto por qué una sola noche contigo me sostienen por doce meses. Recuerdas...recuerdas ese día en que en el hall del hotel nos dimos el primer beso. ¿Fue... con la mirada...no? Y ahí estabas, enfundada en un ceñido tapadito rojo y con esa risa plena que tienes tan tuya. La que haría sonreír al mismo Tutankamón. ¿Lo recuerdas, cariño? El conserje solicitó que te registraras y tú no dejabas de traspasarme con las verdes lanzas de tus ojos ni un momento. Firmaste Dulcinea y el empleado te pidió un autógrafo confundiéndote con una actriz. Y se lo diste de traviesa que eres. Después me invitaste con una imperativa nota a que te visite en la suite más elegante del hotel. Tú y tus juegos. ¿Lo recuerdas amor?
Me pregunto porqué no dejo de mirarlo. ¿Dónde estará el asistente? Giro mi cuerpo. No quiero que se dé cuenta de que mis mejillas han virado del durazno al carmesí. Me muerdo los labios cuando sé que no debo hacerlo. El aire se pone espeso. No quiero darle la espalda. Es un hombre hermoso. ¿Cómo dejar de mirarlo?¿Porqué no llegan mis valijas. Estoy haciendo el ridículo. Respiro con dificultad. Veo al empleado que mueve la boca y no entiendo qué dice. Tonta. Me reprocho. Después me reprocho reprocharme. Me digo "No lo hagas". Me ordeno un "Ni se te ocurra" y no me hago ningún caso y aún con los guantes puestos escribo con letra temblorosa algo así:
Don Quijote
                        Tenga Usted a bien cenar conmigo.
                        Complázcame con su presencia en mi habitación a las 20 hs.
                                                                                                            Suya
                                                                                                            Dulcinea
¿Qué hace que me estremezca al leer tu breve saludo final? Esa palabra de tan sólo cuatro letras, que aparentemente no dicen nada, pero que realmente lo sugieren todo. Fue abrevar mis labios en los tuyos. Fue contraerlos y abrirlos en tu boca para después separarlos en un beso único lo que aproximó tu esencia de hembra salvaje a mi  sensualidad contenida desde siempre. Y lo sabes. Por eso juegas conmigo. Y yo te dejo jugar a lo que quieras. Mi niña caprichosa. Sin censurarte nada. Porque aprendí que no es difícil contenerte, cariño. Sólo hay que darte libertad y dejarte hacer. ¿Quieres vino griego? Sea, entonces. Verte desnuda danzar es un goce estético en sí mismo. Te vas prendiendo de a poco y tu bioluminiscencia enciende la habitación toda. Tienes simplemente el poder de las luciérnagas. Conviertes para mí, la más negra de las noches en un mediodía perfecto. Me ciegas y yo me dejo cegar. Me sorprendes con tu estilo pasional y de entrega, fluido e ingenioso. Haces de las palabras, de cada gesto, lo que haces con tu cuerpo, las entregas pasionalmente sin medir consecuencias y sin convertirlas en moneda de cambio. Me deleitas con tus caricias, me haces gozar hasta el límite de lo soportable, inundas con tu música extasiada y conviertes en un templo de placer el ambiente más sórdido. ¿Es necesario decirte cuanto te deseo en este momento?
Sólo nos miramos Usted y yo y lo sabemos todo el uno del otro. Saboreo con tanto agrado lo que Usted me entrega. Porque bella forma tiene de entregarse a mí de esa manera. Depone sus defensas .No alberga posturas ni tensión alguna. Sólo está ahí, aquí. En este presente que se permite y me permito sin mezquindades, sin hipocresías ni interés alguno. Nos elegimos libremente el uno al otro. Nos derramamos como dos cuencos. Nos vertimos uno en el otro. Como dos chicos que lo ven todo por vez primera. Don Quijote, Usted es Mi Señor y yo Dulcinea desde siempre toda, suya. Y Usted cree que estoy jugando. Y a mi esto me divierte. Mucho...muy. Se lo aseguro. Me complace sobremanera retardar el deseo que por Usted siento y contenerlo todo un año para liberarlo y hacerlo explotar, ahí, en el fuego de su abrazo.
¿Existe alguna manera de morigerar semejante dulzura? De olvidar el sabor de tus labios carnosos. De no escuchar tu risa dulcemente ronca. Que mi lengua vuelva a ser partícipe necesaria de un beso apasionado. Juguemos ahora. Venga que la abrazo. Moje mi pierna con su vagina caliente. Frote su sexo en ella hasta que mi piel de gallina se convierta en terciopelo. Aplaste sus pechos en mi pecho hasta que sus pezones se conviertan en rubíes. Míreme con esos ojos acabadores y deje que mi lengua penetre su boca buscando un clítoris inexistente. Busquemos juntos un arco iris en la bruma de nuestro aliento apasionado.
Y acá estamos eternizados en el Concierto Para Violín Nº 1 en Re Mayor, Opus. 6. El que escucha ahora mientras ríe de mis locuras y me muerde la boca, la que dice se asemeja a la de María Magdalena. Mientras me susurra al oído que sería la amante ideal hasta del propio Calígula. Mientras se convierte en mi tierno inquisidor, mi cuasi Torquemada. Si Usted supiera, Mi Señor, que mientras me posee soy un instrumento exquisitamente afinado en sus manos. Si. Como si fuera un violín extrae de mí radiantes acordes y convierte mi cuerpo en sublime caja sonora. Así, danzo en sus brazos y soy un rondó allegro spirituoso digno de la envidia de Afrodita. Veo en su rostro gozoso deleite. Maestro. Maestro Paganini. ¿Puedo nombrarlo así? Y después me dice que me deja jugar cuando es Usted el que se da todos los permisos. Muy bonito lo suyo...muy. Me place verlo libre. Iluminado. Pleno. Pero desconoce que vengo a ofrecerle su salvación. ¿Sálvese, quiere? De lo que se tenga que salvar. Hágame el favor. ¿Sálvese, si? Y Usted se preguntará. ¿Cómo? ¿De qué? Y mientras lo piensa agárrese fuerte de mis caderas. Sí. Así. Ponga sus manitas, ahí. Y no se le ocurra soltarse porque lo llevo galopando al mismo Paraíso. Claro, si Usted quiere. No tema mal alguno. Tire de mis cabellos como crines. Es promesa que cuando regrese, ya nunca volverá a ser el mismo.¿No sabe todavía  que son los amantes los que... sostienen el mundo?
Si te vieras, Dulcinea, ahora. Estás dormida. Yo he tomado prudente distancia desde un sillón. Para apreciarte toda. Eres un cuadro magnífico, único ante mis ojos. Pareces una de las chicas que Klimt inmortalizó en sus telas. Duermes y yo cuido tu sueño. Hago guardia en el más absoluto de los silencios. Pienso. ¿Qué hace que dos personas que se encuentran tan sólo por un instante teman tanto perderse para siempre? Recuerdo la noche en que tu dulzura atropelló sin piedad mis sentidos y me hizo agradecerle a Santa Claus haberte encontrado esa madrugada convirtiéndote en el mejor regalo de Navidad que haya recibido jamás. Sólo quiero que... vuelva siempre a suceder.
Autora: Alejandra Gianello
 
(derechos legales registrados) en caso de ser utilizado citar nombre de la autora conforme a Ley.-
 
 
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Descripción

Esta historia narra el encuentro deshinibido entre una Dulcinea y un Quijote de nuestros tiempos. Estn presentes el cortejo,el juego, la entrega real entre estos seres que se desean as...libremente...sin guardarse nada festejando el gozo de saberse vivos.

Palabras Clave: ertico

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (1)add comment
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JUAN CARLOS

Hola Alejndra.. Excelente relato.. Tiene todos los ingredientes que requiere un cuento eróotico..los amnates. el lenguaje, la complicidad, la aventura, el sexo.. una lecturas atrapante y muy bien desarrollada..
Felicitacioness y estrellas para Ti !!

Saludos fraternos... Juan Carloss..
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July 26, 2009
 

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