Cosas de la sociedad (Reflexiones).
Publicado en Jun 15, 2012
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Para ubicarnos en medio de esta entera sensación de vida, debemos saber vivir. ¡Mirad a los gorriones y ese será el verdadero reloj de nuestras urbanas existencias! Este recordar lo que, en realidad somos, puede convertir las ciudades en donde habitamos en la Arcadia utópica de nuestros sueños. No en la ácrata ni inasible Arcadia de la Anarquía, sino en la Arcadia que significa sueño alimentado de sueños. Levantemos los ojos hacia la Madre Naturaleza y veremos todo el linaje que contienen los gorriones cuando nos hacen más introspectiva la mirada.
¿No somos un poco como ellos? Imprimimos en nuestro caminar ese "algo más" que la nada en la que sucumben los que no conocen la verdadera existencia de esta salvación que significa el desgarrar todo sentimiento y hacerlo profundo en este mundo familiar donde instalamos nuestra infantil ingenuidad para sumergirnos en la imagen del mundo... en el símbolo preciso de las honduras del Ser.
Disponemos de palabras para definirnos como humanos efectivos, inmediatos, racionales... pero con un grado de esencia que es mucho más que un sueño. Quienes no sueñan al llegar la mañana es que no saben la verdad que se encierra en el alma humana de quienes amamos la paz de los gorriones urbanos. Estamos en la ciudad. ¿Es realmente un sueño o una realidad que estemos en la ciudad? Yo digo que no es sólo una Fantasía sino que es una Fantasía llena de utópicas verdades. ¿Y desde cuándo una utopía es una verdad? Desde que la soñamos completamente transformada en lo que soñamos mientras caminamos por las calles buscando nuestros mundos personales.
Alguien dijo: "Si existo es porque soy algo más que un individuo cualquiera; si existo es porque soy una persona". No importa el nombre del autor de esta frase porque puedo ser yo mismo quien la escribe; pero también puedes ser tú mismo o tú misma quien la siente. Vida en los ojos. Eso es lo necesario para comprender y, después, entender lo que es este estar sentado ante una computadora para entrar en las dimensiones humanas.
De manera inconsciente nos transformamos, de repente, en consciencia y en espíritu bohemio, la más perfecta interpretación del romanticismo sin canto a ninguna clase de muerte. Si afianzamos nustro espíritu humano al contemplar los gorriones, habremos acabado con la quimera de que es imposible que la vida pueda ser eterna. No sólo es posible sino real y verdadera. Aspiramos a conseguir entender al alma humana y, con el máximo potencial de nuestra mente, hallamos saberes, intuiciones ilimitadas para demostrar que somos mucho más de lo que dicen de nosotros los científicos de la vida. No somos más que artistas de nuestro propio Ser traspasando nuestras personaldiades a las de otros seres ciudadanos. ¿Es esto ser, de verdad, ciudadanos del mundo? Yo afirmo que sí; que ciudadanos del mundo somos cuando nos despojamos de las ideologías que proclaman algunos para decir que ellos sí lo son y nosotros sólo somos unos idealistas caminando hacia el fracaso. Dadle la vuelta al mensaje y hallaréis la verdadera respuestas: mientras nosotros (los de las ideas utópicas) llegamos a alcanzarlas... ellos (los de las utopías ideológicoas) se quedan por el camino sin encontrarlas jamás.
Caminar siempre por la ciudad buscando la vida y no odiando, jamás, a los gorriones. Quizás esa sea una buena forma y manera de respetar la vida de los inocentes que nosotros, los ingenuos del Arte, la representamos a niveles humanos en nuestras búsquedas divinas. Los momentos más felices de neustras existencias son esos; los fragmentos de ideas con los que hemos compuesto la cultura mosaico de todas nuestras verdades.
No existen dioses que nos acompañen; pero existe un Dios que nos alumbra. No existen paradigmas dogmáticos que nos puedan definir; pero existe nuestra propia definición: seres humanos viviendo. Entre aventuras de princesas encantadas o de príncipes que vienen de más allá del mar, creamos nuestro propio cancionero con los signos más elevados que podemos encontrar y esforzándonos, cada vez con mayor medida, para sobrepasar las barreras que nos quieren imponer intentando que adoremos a dioses materialistas como el dinero y los vicios que tanto asolan nuestras ciudades. En cada esquina encuentro yo pedazos de vidas descompuestas, mientras os voy explicando que el amor es algo mucho más delicioso que todo eso. Enamoraos de vuestra princesa encantada y convertíos en príncipes que vinieron del lugar más concéntrico de vuestras infancias. Una misma Ley para todos pero una liberación para cada uno de nosotros y nosotras. Una liberación de sus impuestas ataduras consumistas hacia nuestras almas.
Este laberinto que han construído no es una barrera para nosotros sino para los que se creen que eso es la libertad. Este laberinto que ignora lo natural, lo virgen, lo luminoso y la nobleza de vivir sin tener que ocultarnos ante nadie; paseando por las urbes sabiendo que sabemos existir sin tener que caer en las trampas de los vicios y las corruptas propuestas que nos desean imponer. Nosotros no. Nosotros no somos iguales a ellos; y creamos nuestro propio proverbio: "Si te lanzas al encuentro con tus sueños alcanzas la verdadera magnitud de tu existencia". También lo acabo de escribir yo... pero también puede ser lo que estén sintiendo, en este mismo momento, multitudes de seres humanos que están sentados ante sus computadoras a lo largo y ancho del planeta...
Tras la oscuridad de cada noche (en donde hemos crecido con la fortaleza de no tenerles miedo a los fantasmas) llega la claridad de alba. Y se produce en nosotros la sensata realidad de que nuestros sueños son verdaderos; de que somos quijotes y dulcineas formados con la Belleza del Arte. Hay tres principio fundamentales, unidos entre sí, que debemos siempre recordar: pasado, presente y futuro. Juntad esos tres tiempos en uno solo y habremos obtenido la definición de cada uno de nosotros y de cada una de nosotras. Lo contrario es sólo caminar hacia la muerte como ocurre con muchos y con muchas que no creen en el milagro de la eternidad. Ese es nuestro carácter; esa es nuestra manera de ser; esa es nuestra diiosincrasia ante la vida. Ese servir de catapulta para sentirnos hombres y mujeres de la Verdad.
Sin dudas. Sin complejos. Sin la avaricia de queder apoderarnos del alma ajena. Respetando a los gorriones que nos enseñan lo que es la liberación. En eso sí creo yo. Que se quede el inframundo hundido en sí mismo. Jamás debes interpretar a los héroes como personajes más importantes que tú. Esos héroes que te muestran los caminos de las pérdidas de tu identidad no son nuestros. Nosotros sólo somos Literatura... pero nuestra Literatura está escrita en nuestras almas nobles y no en las oscuridades de los mitos urbanos que han destruido la liberación haciendo creer, a muchos y muchas, que su fama es lo que importa. Yo os digo que no. Que esa clase de fama os hunde en la despersonalización y os convierte en seres que nada tienen que ver con el ejemplo de los gorriones sino con el ejemplo de los cuervos.
Así que sigamos, una vez más, volando sobre el griterío ensordecedor de sus ruidos y seamos, un día más (un día tras otro), el concierto de nuestra propia música cantada por nuestra propia voz. Si hacemos propio lo que nos define habremos derrotado lo que nos quieren decir que somos. Y así caminamos...
Cosas de la sociedad.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Descripción

reflexiones de carcter social y cristiano.

Palabras Clave: Comunicacin Divulgacin Sociedad Conocimiento Reflexiones Realidad Verdad Fe Crsitianismo.

Categoría: Artculos

Subcategoría: Actualidad



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