El gran mircoles
Publicado en Jun 21, 2012
Mi cuerpo sigue siendo mío pero pasa a ser tuyo cuando lo devoras con tus ojos verdes a través de la ventana que te ofrezco. Toda mi piel es un sonrosado valle de esquirlas por las que penetran tus deseos liberados: Soy el mar, vasto y excitado, donde vienes a naufragar con todo lo tuyo. Porque quieres resurgir tras el paso de este gran miércoles como el hombre liberado de sus angustias y complejos. Quieres que todos los rosarios rotos se queden en mi cuarto como orugas cercenadas. Pero yo no sé si quiero eso.
Soy más parecida a ti de lo que crees y al verme en esta situación te amedentras un poco. Es cuando te susrro con dulzura: lo importante no es el sexo, si no la persona. Ámame como a la persona que deseas y olvida por siete minutos que nuestros genitales no se diferencian.
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A veces veo Muertos
La otra narración tuya que he leído no vale nada. Es simplemente vulgar.