¿Qué sucedería si el “fin”
o lo que nosotros interpretamos por “el fin”,
al llegar a su punto cumbre,
fuese tan solo una sensación tímida que comienza a eternizar?
...Tal instante repentino y anaranjado,
de amanecer madrugado...
 
¿Podrías tu soportar verme vivir
y de la misma forma verme morir...Sin temor ni egoísmo?
¿Me permitirías reír y recibir ansioso mi nueva etapa?...
 
¿Comprenderías que estamos siempre,
en algún punto de un círculo sin fin...?
...En donde el propósito de los destinos,
es a causa de misiones a concretarse si o si...
Misiones que solo tienen por objetivo cumplir alguna leyenda
Y que de no ser así, estarían estas causas,
Dispuestas a volver inclusive aunque sea en otras nuevas vidas...
 
Sería entonces como comprender,
Que los cuerpos tan solo portan y transportan la voluntad de Dios...
 
¿Y si nada de lo que sufres existe en realidad,
o mejor dicho, si nada de lo que estas transportando,
tiene un destino final,
sino el propósito único de ser simplemente transportado?
Soportado, honorablemente soportado...
Tan solo como para poderle dar a Dios una causa,
O un mérito de lo vivido en algún presente
Antes de que tu mismo partas hacia el recuerdo...
 
Cuando aquellas cosas o instancias que fueron buenas,
Ya no se conviertan en pasatiempos del recuerdo,
Sino en partes físicas de tu cuerpo espiritual,
Traídas desde tiempos pasados, de tu propio desarrollo.
 
Puedo asegurarte que en esos instantes,
Recién estarás empezando a ponerte de pié...