Risas congeladas, por favor, a ver si ya somos serios! (El Chivatazo).
Publicado en Jun 30, 2012
Se me han puesto tozudos algunos con eso de decir que hubo un ciclista español llamado Julio Jiménez Quíles. ¡Hay que ser ígnoro velocípedo por no decir burrólogo de la "burra" de acero!. No señores y no se me pongan de uñas por favor y a ver si nos limpiamos y nos cortamos las uñas de vez en cuando en vez de gritarme tanto como si yo fuera el altavoz de la Panasonic and Century Fox. No hubo ningún ciclista español, ni de otra nacionalidad, llamado Julio Jiménez Quíles por mucho que algunos quieran marear a la perdiz por Madriz y partes adhesivas a Madriz y otras provincias menores como Ceuta y Melilla por ejemplo. El relojero de Avila se llama Julio Jiménez Muñoz y el granadino Antonio Jiménez Quiles. Aclarado el asunto les recomiendo tila que tila y que tila pa los montes Bahamontes.
Bueno. Solucionado el asunto recomiendo que este verano leáis, pero sin reírse ni por dentro ni mucho menos por fuera porque te ponen una multa ya que estamos en tiempos de crisis de risas y hay que congelarlas para que no se note que nos estamos riendo ni por dentro ni por fuera porque tenemos espías hasta dentro de los intestinos pues los siguientes libros "made in universitaly university Metro Golwin Mayer of Ohio, Michigan and Bangla Desh Factory" que son pero que excelentes. Tomad nota. Primero, para los primeros días de verano: "El canario ladrón" (que es la historia de un canario que roba alpiste a una canaria hasta que es descubierto por La Pacha Mama que es la Tierra), una fantasía de aquí te espero con el granizado de limón en la mano y a ver quien se traga toda la historia completa. Después, leed "Las sombras son para el verano" (versión actualizada de "Las bicicletas son para el verano" que ya está muy pasado de moda). En esta historia de las sombras veraniegas te lo pasas pipa intentando saber donde han escondido la bicicleta y a qué sombra hay que acudir para poder encontrar a Billy El Niño, que no es el forajido del western yanqui sino un niño que está escondido en una sombra y que sus padres andan buscándole para zurrarle la badana por escaparse sin previo aviso a la Guardia Civil para poder saber donde encontrarle. El tercer libro fetén que os recomiendo es, mientras encendéis un cigarrillo "Fetén" (si es que todavía encontráis algún paquetillo de "Fetén" en los estancos de alguna provincia costera como Gerona que ahora es Girona y puede ser que la próxima vez sea Garona o vaya usted a saber cómo desearán llamarla los de Cataluña y Cierra España) "El club de los desfallecidos": una historia horripilante, que pone los pelos de la nuca de punta, cuando vas descubriendo que todos los personajes que aparecen en el libro van cayendo en las redes de una pitonisa que tiene una serpiente pitón en el cuello y que al final se queda sin terminar la novela porque el autor, un descendiente de ïñigo Mendoza se retrotrae hasta la Edad Antigua y nos chafa la solución que hay que imaginársela mientras todos buscan un porqué a este insólito final que no es ni final ni nada porque no hay quien lo entienda. Si nos os ha convencido del todo "El club de los desfallecidos" no dejéis de comprar (aunque no os recomiendo que lo leáis pero se puede fardar un montón llevándolo en la mano para intentar ligar con alguna chavalota de más o menos buen ver) "La Leyenda de Padrón" (que es un Ensayo sobre el insigne Premio Nobel Camilo José Cela, que como sabéis nació en Padrón que no hay quien lo pueda leer más allá del Prefacio). En fin; que este Ensayo sobre Camilo José Cela no os lo leáis por nada del mundo pero si encontráis una chavalota que os guste le enseñáis el libro y le contáis "La isla del loro" (un libro que os recomiendo como sucedáneo de vuestra poca cultura sobre la figura de Camilo José Cela pero que le va a encantar a la chavalota porque se trata de una historia sobre el loro Jeremías de la Familia Cebolleta, que se ha escapado de su jaula y se ha ido a una isla). Esta historia puede colar y asi tenéis oportunidad de invitar a un plato de pisto manchego a la cahavalota que os gusta. Si no tenéis suerte con ella, que se come el pisto y os deja más tirados que a la colilla del "Fetén" que ya no sabéis ni dónde esconderos de vergüenza porque os ha llamado infantil por culpa de "La isla del loro", comprad "Los amores lejanos" (un revival de enamoranientos de cuando estábais en los primeros cursos de primaria, una vez superado el kinder que podéis hacer que os ha ocurrido a vosotros y os buscáis un colega y le soltáis el rollo de que la de la mochila azul, la de los ojos dormilones, es la que más os gusta de todas estas historias que aparecen en el libro y si conseguís que el colega os invite a una de boquerones en vinagre pues eso que habéis ganado a cambio de haber perdido la oportunidad de la chavalota. A mediados de vacaciones, una vez pasada ya la nostalgia del fracaso con la chavalota, leed "Si tienes piedras tíralas" (versión de un libro que en portugués se trata de una saudade pero que en español se ha traducido como una comedia por esas cosas que pasan con las traducciones). ¡Cuidado con reírse cuando leáis este libro porque la verdad es que si os ve alguna portuguesa que os reís os puede cantar lo de "lavandera de portugal" y todo el resto de ese petardo de canción y os hace llorar y entonces es peor el asunto! Así que dejad este libro a medias y sin terminar y pasad a leer "Teníamos que haber venido solos" (que es la tragedia que le sucede a un tal Pedrito, de 33 años ya ya muy cumplidos, más solterón qur Rigoberto Picaporte, que ha tenido la desgracia de salir de vacas al pueblo de Santoña con toda su familia: abuelo, abuela, padre, madre, tres hermanos casados con tres cuñadas que son todos más "plastas" que las vacas de Santonña, una hermana también casada y con familia numerosa, más una tía que no sabe el tal Pedrito de dónde ha salido pero que etá muy buena pero no quiere saber nada más que de misterios de Agatha Crhristie de los cuales el tal Pedrito no conoce ni de qué páis son y entonces procura desahogarse diciendo que la próxima vez se va de vacaciones él solo a Groenlandia por ejemplo). Si te ha gustado este libro es una pena penita pena que no hayas podido compartirlo con alguna tía que esté muy buena pero bueno... será en otra ocasión tal vez... y entonces os recomiendo que leáis "¡Norte fastidia!"; una buena novela para matar el tiempo leyendo algo tan aburrido como eso de que en el Norte hay pingüinos esperando a que vayas a jugar con ellos porque son más divertidos que las focas; lo cual sólo es relativo y no te recomiendo que te creas todo lo que ha escrito su autor; un tal Guerra que no ha querido imprimir su nombre de pila para no recibir llamadas quejándose pro este bodrio titulado "!Norte fastidia!". Si se te está pasando el verano sin comerte ni una rosca lee, de una tirada, los tres títulos siguientes: "La esposa Liliput" (que es un dramón de antes de la Guerra del Penepoleso), "La red del redentor" (por si te entra el complejo místico religioso y decides saber lo que es una abadía para terminar allí de pasar tus vacaciones) y "El joven" (la enésima versión de Ulises cuando antes de covertirse en una anciano que regresa a Itaca y claro está que te lo sabes de memoria pero te sirve para recordar y todo eso que pasa cuando no te comes ni una rosca en las vacaciones). Termina tus magníficas experiencias veraniegas leyendo "En Tokio es todavía peor" (que te sirve de consuelo) y "El tango se baila siempre a las 7" y como ya son las 8 pues terminas haciendo las maletas y te vuelves para Matalascañas a ver si allí, en la última semana que tienes de vacas te va mejor con las almonteñas onubenses y si tampoco hay suerte pues nada... a empezar de nuevo el año que viene... Sin reírse por favor, porque no hace mucha gracia y además te pueden poner una multa que te acuerdas de Huelva para toda tu vida.
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