Kalutavon (y sigo sin saber si eres hombre o mujer o ambas cosas) pero...bueno, imagino que tengo un interlocutor machote, mejicanote, para preguntarte en este caso si lo festejas al lado de la devota, sosteniéndole con una mano la camándula mientras con la otra la acaricias discretamente en la iglesia, bajo la mirada cómplice de Jesús crucificado. De María Magdalena excitada, De Juan, el discípulo amado, con envidia.

O lo festejas en el motel, con la devota despojándose de su incómoda ropa de mujer decente y poniéndose gozosa y plenamente su desnudez de mujer indecente. La sexualidad de múltiples cristianas reprimidas y autorreprimidas en sus diversas sectas, cuando sabes estimularlas, es una caudalosa fuente de placer por la mezcla de alegría y de miedo al transgredir una norma religiosa de grupo, de rebaño ideológico.