DESCANSO
Publicado en Jul 08, 2012
La caravana de vicuñas se detuvo al borde del abismo. Pasaremos la noche aquí, dijo el guía, desnúdense y arrojen su ropa al precipicio. Conserven solo sus zapatos. Entonaremos la elegía mientras sale la luna y llamó al hombre del tambor, señalándole una piedra al lado del camino. Súbete y prepárate. Como si supieran qué iba a ocurrir, las vicuñas se reclinaron silenciosas mientras se escuchaban los primeros lamentos del instrumento. En muchos de los viajeros, el frío reemplazaría el filo de los cuchillos.
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