Cuántas formas de llorar posees
en tu cuerpo de mística diosa,
que logran hacer que desees
estar a mi lado mujer hermosa.
 
Qué de esa tarde que desaparecía
donde la noche caía callada
y tu cuerpo que con su calor ardía
y lloraba mientras aumentaba.
 
Y la otra noche que lo cuento,
asomar el llanto de tus ojos veía
al decir Te Quiero, que lo siento
y por eso gran alegría te invadía.
 
Pero es aun más fuerte el pensamiento
al recordar una noche de malicias;
descubría lo que hoy corta mi aliento:
tu llanto interno por mis caricias.
 
DANNTO
Danilo Castaneda