Walkiria
Publicado en Jul 14, 2012
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La noche se filtra por las costillas. Hiede a humo y orines. No es precisamente un perfume de primavera pero es un perfume que da identidad al sitio. Las mujeres exsudan alcohol y tabaco por sus poros y los hombres espian sus vergas en los rincones. No hay un motivo que los reuna. Se supone la fiesta, pero a ciencia cierta no hay una causa aparente que pueda explicar su presencia. Eso si hay muchos tragos y borrachos deseosos de ellos. 
En la puerta una pelea a puñaladas, un puntazo, un hombre cae y se arrodilla, una mujer morena lo mira fijo con la daga en su mano ensangrentada.
Es una walkiria.
Es la noche pidiendo respeto.
La musa despechada de un proxeneta.
El charco de sangre se ilumina como una piedra preciosa en la oscuridad. Y de a poco, todo se disuelve.
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Foto del autor facundo aguirre
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Descripción

La noche se filtra por las costillas. Hiede a humo y orines. No es precisamente un perfume de primavera pero es un perfume que da identidad al sitio. Las mujeres exsudan alcohol y tabaco por sus poros y los hombres espian sus vergas en los rincones. No hay un motivo que los reuna. Se supone la fiesta, pero a ciencia cierta no hay una causa aparente que pueda explicar su presencia. Eso si hay muchos tragos y borrachos deseosos de ellos. En la puerta una pelea a pualadas, un puntazo, un hombre cae y se arrodilla, una mujer morena lo mira fijo con la daga en su mano ensangrentada. Es una walkiria. Es la noche pidiendo respeto. La musa despechada de un proxeneta. El charco de sangre se ilumina como una piedra preciosa en la oscuridad. Y de a poco, todo se disuelve.

Palabras Clave: La noche se filtra por las costillas. Hiede a humo y orines. No es precisamente un perfume de primavera pero es un perfume que da identidad al sitio. Las mujeres exsudan alcohol y tabaco por sus poros y los hombres espian sus vergas en los rincones. No hay un motivo que los reuna. Se supone la fiesta pero a ciencia cierta no hay una causa aparente que pueda explicar su presencia. Eso si hay muchos tragos y borrachos deseosos de ellos. En la puerta una pelea a pualadas un puntazo un hombre cae y se arrodilla una mujer morena lo mira fijo con la daga en su mano ensangrentada. Es una walkiria. Es la noche pidiendo respeto. La musa despechada de un proxeneta. El charco de sangre se ilumina como una piedra preciosa en la oscuridad. Y de a poco todo se disuelve.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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