Maravillado por la luz de luna,
que jamás, no se va,
la piel se revela a solas,
la vergüenza perdió su elegancia,
todo este mutismo entristece,
entre risas el tiempo así se siente,
una mirada al vacío del cielo,
la calma de la desesperación es alta.

Todo el silencio que me rodea es inocente,
el aire que me mantiene conciente es helado,
las voces llaman pero yo no quiero ir,
toda puerta que atravieso es derribada luego,
ni yo mismo me podré quitar este júbilo,
comportamiento perfecto del que soy culpable,
por eso me dejan solo, revolcándome en mi alma,
mi pecho entonces brilla equilibrando a las sombras.

Corro todos los días por un prado de algodón,
es tan suave que creo que me envidio a mi mismo,
soy feliz en este agujero, que envía mis partes afuera,
y por alguna razón no controlo la ira de esta existencia.

Me emociono de gozo, con fuegos artificiales por dentro,
todas las tardes soy cenizas, adoro al viento esparcirme,
mis deseos levantaron de las arenas mi parque dormido,
he jugado con mi persona y hasta ahora no me corrompe.

Todas las noches me preparo para mi viaje sideral,
voy tan rápido como la luz y sin paracaídas.
Soy tan fugaz esquivando asteroides húmedos,
si pudiera resbalar yo mismo me rescataría.

Me fundo con el blanco de todo el espacio,
cuando hay manchas negras tengo que correr,
sea lo que sea que me moleste, no me atrapará,
sabrá dónde estoy pero siempre puedo alejarme.

Dentro de mí existe un lugar,
dónde ya no crezco, nazco siempre,
me levanto en susurros geométricos,
las malas emociones yo las tengo, las guardo.

La dicha se me ha escapado entonces, como un puñal,
detrás de las esquinas no quiero ver, sé que allí estoy.

Fuera de mí me espera el triunfo, puedo escapar,
no me permitiré hacerme daño con una sonrisa falsa,
sufro de locura cómo saben, pero yo no lo sé,
por eso jamás atraparán a mi universo, no forma parte.

El lugar dónde estoy es inmenso y solitario,
a todo segundo sólo existe un solo amigo,
he sido valiente hasta rasparme las rodillas,
pero creo que este lugar ya no me necesita.

¿A dónde podría yo desertar?
si ya no soy yo, soy algo más,
todo mi ser ya no soy yo,
soy más que la suma de mis partes.

Ya no puedo ser perfecto,
mi presencia se quiere volver a unir.
Ya no puedo ser feliz,
ya no existe sitio para mi molde.
Me revuelco una vez más,
pero el alma ha vuelto a mis bolsillos.
No puedo saltar al infitito,
me desmorono antes de despertar.
Esa persona no cuida de mí,
si pudiera me matara.
Si volteo hacia atrás me convierto en roca.

Al baile roto de la danza medicada,
maldita calma que devora sensaciones,
odio este sanatorio de la realidad,
ha matado a mi yo imaginario, el perfecto.