Epistemologa (Diario)
Publicado en Jul 29, 2012
Años duros en la Universidad. Estoy en lo profundo de las materias más áridas mientras observo que, poco a poco, van desapareciendo de la Facultad de Periodismo de la Complutense de Madrid mis mejores amigos. Van cayendo y callando. Van siendo eliminados Juan Manuel, Fernando, Roberto, Antonio, Pelayo... y me voy quedando solo ante la fatiga de empalmar el duro trabajo en el Banco Hispano Americano de Madrid y la dura tarea se estudiar y superar temas tan difíciles y complejos como la Epistemología de la Información.
La epistemología (del griego episteme, "conocimiento", y logos, "estudio") es la rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento. Mientras mis amigos más íntimos van cayendo y callando, apartados de sus sueños de ser periodistas, yo sigo avanzando en esos mismos sueños. Estudios del conocimiento. Mi conocimiento se va ampliando mientras observo las injusticias sociales a través del prisma de un periodista en ciernes. Me cierno a lo justo, a lo necesario, a lo imprescindible para no ser un abandono más. No. Yo no voy a abandonar. Eso lo tengo por seguro. Entre la década de los 70 y la década de los 80 estoy montado en mi caballo de batalla y no voy a bajar de él hasta haber conseguido el triunfo. La epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de problemas tales como las circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del conocimiento, y los criterios por los cuales se le justifica o invalida, así como la definición clara y precisa de los conceptos epistémicos más usuales, tales como verdad, objetividad, realidad o justificación. La epistemología encuentra ya sus primeras formas en la Grecia Antigua, primero en filósofos como Parménides o Platón. La verdad es que a mi alrededor existe ya el silencio porque mis mejores amigos han caido y callado. La objetividad es que haré cuantos trabajos me pidan y exijan sin tener prejuicios a la hora de realizar mis investigaciones periodísticas en libros comprados con mis propios ahorros, en bibliotecas a las que acudo cuando podría estar siguiendo con mi vida cómoda y divertida a la cual he renunciado en gran parte para seguir adelante con mis sueños, en hemerotecas, en historias sacadas de la vida y de los sueños. La realidad es que ahora soy yo mismo, recuperando tiempo para volver a demostrarme que sigo siendo un niño capaz de hacer su propio periódico ("Cerros Verdes"), un adolescente capaz de hacer su propio ensayo ("Galicia a través de sus ríos) y un joven capaz y capacitado para crear sus propias revistas ("Salud", "Tándem", "Cigarras y Saltamontes", "Atalaya", "Aquellos tebeos nuestros"). La justificación de todo ello está muy clara: me gustan mucho las chavalas cuanto más guapas y con más personalidad mucho mejor... pero tengo que seguir... seguir cumpliendo mis sueños... hasta alcanzar a estar a la altura de mi Princesa. En Grecia, el tipo de conocimiento llamado episteme se oponía al conocimiento denominado doxa. La doxa era el conocimiento vulgar u ordinario del ser humano, no sometido a una rigurosa reflexión crítica. La episteme era el conocimiento reflexivo elaborado con rigor. De ahí que el término "epistemología" se haya utilizado con frecuencia como equivalente a "ciencia o teoría del conocimiento". Los autores escolásticos distinguieron la llamada por ellos "gnoseología", o estudio del conocimiento y del pensamiento en general, de la epistemología o teoría del modo concreto de conocimiento llamado ciencia. Hoy en día, sin embargo, el término "epistemología" ha ido ampliando su significado y se utiliza como sinónimo de "teoría del conocimiento". Así, las teorías del conocimiento específicas son también epistemología; por ejemplo, la epistemología científica general, epistemología de las ciencias físicas o de las ciencias psicológicas. El conocimiento. Ese es el verdadero campo de batalla donde lucho denodadamente no contra nadie sino contra mí mismo. Si soy capaz de vencerme a mi mismo seré capaz de vencerles a todos ellos; a todos los que han eliminado a mis mejores amigos. Tengo que seguir por mí y también por todos ellos. Para eso debo desarrollar tanto conocimiento que no se olviden jamás de mi y de mis batallas intelectuales en la Facultad. Un ejemplo de la diversidad teórica existente en la idea de epistemología en la actualidad lo constituyen las concepciones de Popper y Piaget. Para Popper el estatuto de la epistemología viene definido por tres notas: por el interés acerca de la validez del conocimiento (el estudio de la forma en que el sujeto adquiere dicho conocimiento es irrelevante para su validez); por su desinterés hacia el sujeto del conocimiento (la ciencia es considerada sólo en cuanto lenguaje lógico estudiado desde un punto de vista objetivo), es decir, la epistemología se ocupa de los enunciados de la ciencia y de sus relaciones lógicas (justificación); y, por último, por poseer un carácter lógico-metodológico, es decir, normativo y filosófico. Sin embargo, para Piaget la epistemología se caracteriza por principios opuestos a los de Popper, ya que a la epistemología le interesa la validez del conocimiento, pero también las condiciones de acceso al conocimiento válido; de ahí que el sujeto que adquiere el conocimiento no sea irrelevante para la epistemología, sino que ésta debe ocuparse también de la génesis de los enunciados científicos y de los múltiples aspectos de la ciencia que trascienden la dimensión estrictamente lingüística y lógico-formal. La epistemología para Piaget tiene además un carácter fundamentalmente científico, es decir, teórico y empírico, no metodológico y práctico. Caminando entre Popper y Piaget yo elijo mi propia senda. Ni estoy de acuerdo totalmente con Popper ni estoy de acuerdo totalmente con Piaget. Elijo mi propio camino, tal vez sólo sea una pequeña senda en el mundo epistemológico pero es mi propia senda. No tengo nada en contra de la razón, no tengo nada en contra de la lógica, no tengo nada en contra de lo formal; pero uso la razón tal como me la dicta mi espíritu, utilizo una lógica tan original que no me preocupa que algunos, los que no me conocen en realidad, lo llamen ilógica; y en cuanto a lo formal prefiero dar yo las formas que se me ocurren con mi propia inteligencia y moldearlas tal como veo yo la vida. Para mi epistemología profesional, moldear la forma según veo yo al mundo que me rodea en estas aulas secas, áridas, espartanas... es la liberación de cualquier dogma sobre la información, la formación y la distracción. Tengo que ser yo y no lo que quieren que sea Popper y Piaget; porque para mí lo más importante de la Epistemología de la Información es mi propia personalidad creando sus propios descubrimentos intelectivos. Mientras los últimos rayos del sol penetran por los cristales de las ventanas estoy solamente yo versus yo. Esta dualidad de tener que vencerte a ti mismo me hace emerger mientras mis amigos han sucumbido. Aunque, como puede verse, los autores que se ocupan de la epistemología están lejos de obtener un acuerdo unánime respecto a los problemas principales con los que se enfrentan, ni tienen siquiera un acuerdo sobre el carácter de la propia disciplina a la que se dedican, sí puede decirse de modo aproximativo que epistemología es la ciencia que trata de conocer la naturaleza del conocimiento humano, en sus principios reales y en su funcionamiento real, los tipos o clases de conocimiento y los caminos o métodos que pueden conducir a su realización correcta en cada caso. Según Javier Monserrat, estos son los amplios niveles en los que la reflexión del epistemólogo se mueve para cumplir adecuadamente sus objetivos científicos: autoobservación de los procesos cognitivos tal y como se dan en su propia experiencia o introspección; observación de la estructura de la experiencia global de la realidad en que el hombre se encuentra, para tratar de entender cómo el hecho del conocimiento humano es en ella un elemento coherente; estudiar cómo se manifiesta el conocimiento, tal como es ejercitado por el hombre en la cultura dentro de la que vive; visión del curso de la historia y del desarrollo del conocimiento científico; finalmente, reflexión científica sobre el conocimiento humano y elaboración de investigaciones sobre él, que conduzcan a determinados ensayos epistemológicos y a elaborar una idea científica de lo que éste sea. Me valen estas conceptulizaciones de Javier Monserrat. Me vale ir sabiendo que me voy afianzando tal como yo entiendo que debo informar, formar y entretener a los demás. No me interesan tanto los exámenes parciales, ni trimestrales ni finales; porque sólo me interesa demostrar que, en la práctica, soy el periodista que quiere ser. No es fácil distinguir la epistemología de otras disciplinas afines o de otros saberes fronterizos con ella. Como todos los problemas de definición de términos, últimamente se delimita atendiendo a la conveniencia o al consenso del uso, más que a unas presuntas verdad o falsedad inexistentes. Pero incluso cuando el consenso existe es un consenso precario, puesto que en un saber dinámico y constituyente, como es el referido a la reflexión sobre el conocimiento, las fronteras con frecuencia se trasladan de territorios con facilidad. Reflexiono sobre las fronteras. Descubro que no tengo fronteras para definir dónde están los límites de mis propias realizaciones periodísticas y, de paso, también las literarias. No. No creo en esas fronteras de las que hablan tantos epistemólogos. Para sentirse tal como sueñas es necesario no imponerte ninguna clase de fronteras aunque no seas, por eso mismo, un ortodoxo de la comunicación periodística y literaria. No. No tengo fronteras porque las rompo noches tras noches, antes de comenzar mis días laborales en el Banco y mis tardes universitarias en la Facultad. Noches tras noches rompo mis silencios para hablarme a mí mismo y decirme que no tengo ni creo en las fronteras. La primera frontera imprecisa es la que mantienen los conceptos de epistemología y teoría del conocimiento. La relación de la epistemología con la teoría del conocimiento sería la que hay entre la especie y el género, siendo la epistemología la especie, ya que trata de una forma específica de conocimiento: el conocimiento científico. Sin embargo, esta diferencia desaparece entre los neopositivistas y empiristas lógicos, para quienes sólo merece el nombre de "conocimiento" el conocimiento científico, y que califican a cualquier otro pretendido conocimiento de "juego de palabras sin alcance cognoscitivo" (Carnap). Sí, en cambio, opinan que tiene sentido hablar de distintos tipos de conocimiento quienes han afirmado procedimientos de conocimiento diferentes a los de la ciencia, como los sentimientos o la intuición. Algunos han propuesto el camino de dirigir las facultades humanas en dirección de "la intuición de las esencias", fundando así una ciencia fenomenológica más allá de la ciencia factual. Hay que reconocer que, aun admitiendo la distinción entre teoría del conocimiento y epistemología, no siempre es posible efectuar tal distinción, ya que la palabra "epistemología" se impone por su mayor sencillez de sustantivo. Para obviar la dificultad se ha creado la palabra gnoseología, pero este neologismo no ha llegado a arraigar y su uso se ha considerado pedante, rancio y escolástico. Es por eso por lo que concuerdo mis coordenadas en el fundamento y en la base de los sentimientos intuitivos y de las intuiciones sentimentales. Ya. Ya sé que no es lo que tanto leo en los libros, en los programas educativos, en las férreas concepciones de la teoría y que, precisamente por eso, tendré que tardar 7 años para obtener la Licenciatura en lugar de los 5 años que tardan los que se doblegan a lo que les dictan los poderosos de los medios de comunicación convirtiéndoles solamente en masa. Pero, gracias a ello, gracias a que prefiero ser persona, puedo construir mi propio Modelo de Comunicación ("Modelo Orero") para aumentar el bagaje de lo desconocido que termino por encontrar, conocer y desentrañar. La segunda delimitación terminológica frágil es la que se establece entre epistemología y filosofía de la ciencia, debido a la elasticidad de esta última expresión. Si se toma en un sentido amplio, la epistemología sería uno de los capítulos de la filosofía de la ciencia, una forma de practicarla, consistente en el análisis lógico del lenguaje científico. Para salvar las diferencias entre ambas nociones, algunos autores intentan desligar a la epistemología de toda relación con la filosofía y evitan usar esta última palabra al ser partidarios del conocimiento científico como la única forma de conocimiento. Sin embargo, aunque se intente limitar el término a lo que es propiamente reflexión sobre la ciencia, no puede desprenderse por completo de una determinada filosofía. En primer lugar, porque buena parte de las epistemologías actuales, como las de Meyerson, Cassirer, Brunschvicg, Eddington, Bachelard y Gonseth, han permanecido estrechamente asociadas a una filosofía; en segundo lugar, porque sobre las epistemologías regionales subsisten problemas de epistemología general que, seguramente, pueden ser tratados por el sabio, pero que sobrepasan su privilegiada competencia de especialista; por último, las epistemologías internas y regionales difícilmente pueden dejar de tratar problemas que podrían calificarse de paracientíficos, por el hecho de que continúan siendo el motivo de separación de los sabios cuyos métodos no permiten su oposición y que podrían llamarse filosóficos, puesto que forman parte de la tradición filosófica. La filosofía me sigue atrayendo igual o más que cuando era estudiante de Bachillerato en el Instituto San Isidro de Madrid. Paseaba yo entonces, con dos o tres compañeros más, creando epistemologías filosóficas que surgían de mi interior. No me preocupaba en ser un filósofo general; porque ya prefería, en aquellos años pre juveniles, ser el filófo de mi alma. Ser filósofo, ahora que me quedo tantas veces solo en el aula por no doblegarme a los autoritarismos políticos y sindicales, sigue siendo ser yo mismo. Tomar los conceptos epistemológicos de los grandes filósofos y construir una cultura mosaico para poder contemplar mi futuro más allá de la gris existencia de los bancarios. Por supuesto que creo en la filofía de mi alma. En tercer lugar, hay dificultades para deslindar los campos de la epistemología y la metodología científica. ¿Son la epistemología y metodología dos disciplinas distintas, simplemente conexas, o por contra, hay que incluir a la metodología dentro de la epistemología como una de sus partes? Tradicionalmente se ha considerado que la epistemología no estudiaba los métodos científicos, ya que éstos eran objeto de una parte de la lógica llamada "metodología"; la epistemología en concreto tenía como objeto el estudio crítico de los principios, hipótesis y resultados de las diversas ciencias. Hoy difícilmente se considera admisible esta distinción; en ella se daba a la lógica una extensión desmedida, al aceptar la tradicional división escolástica entre la lógica general, que hacía abstracción de los objetos y cuya parte principal es la lógica formal, y la lógica material, aplicada o metodología, que estudia los métodos propios de cada una de las diversas ciencias. También resulta difícil hoy hacer un estudio crítico de los principios de las diversas ciencias, de su valor y objetividad, sin preguntarse al mismo tiempo sobre la naturaleza y valor de los procedimientos a través de los cuales se forman las ciencias y se llega a elaborar un conocimiento científico. En este sentido, Piaget ha señalado que la reflexión epistemológica nace siempre con las crisis de cada ciencia, y que sus "crisis" resultan de alguna laguna de los métodos anteriores que han de ser superados por la aparición de nuevos métodos. De ahí que análisis de los métodos científicos y epistemología sean dos tipos de investigación difícilmente disociables. Por ello en la actualidad se considera a la metodología dentro del campo de la epistemología, no dentro del de la lógica. Conexiones. Ese es el asunto de mi experiencia universitaria. Conectar con mi yo a través de mi yo. Visualizar a mi Princesa a través de mi corazón. Y es así como paso el tiempo entre las áridas, secas e imprecisas materias arduas del Periodismo. Me interesa más el Periodismo Arte que el Periodismo Estéril. He estirilizado mi pluma y ahora soy quien soy. Espistemología. Esa era la verdadera razón. Al cuestionar mi propia valía me hice valioso para Ella. Me hice valioso para mi Princesa. Me hice propio de su misma altura. Y conseguí su amor.
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