Luz Celeste (Novela - Comic - Guin Cine) - 17 -
Publicado en Jul 29, 2012
Real Observatorio Nacional de España, en Madrid...
- ¿Qué es lo que ha investigado? - No lo sé, señor Director. Me obligó a estar fuera e impedir el paso a cualquier persona, incluido usted mismo. Le ruego que me perdone. - Tengo todavía la comida en el estómago y estoy de muy mal humor. ¡Quiero saber qué es lo que ha investigado! - No tengo ni idea. El Director del Observatorio enciende la Computadora Central C.E.I. (Clase Especial Investigaciones). - Tenemos que entrar en la Memoria de la máquina. Aunque haya borrado todo, siempre se puede recuperar utilizando los Códigos A, B o C. Son los tres únicos Códigos posibles para hacerlo. ¡Vamos a ver con el Código A! El Director del Observatorio prueba con el Código A. - Nada... no hay absolutamente nada. Busquemos con el Código B. El Director del Observatorio prueba con el Código B. - Nada... tampoco hay nada. Seguro que lo encontramos con el Código C. El Director del Observatorio prueba con el Código C. - ¡Nada! ¡¡Absolutamente nada!! ¡¡¡Esto es imposible!!! Por fin logra calmarse... - No existe posibilidad alguna de trabajar con esta máquina fuera de los Códigos A, B o C. Estoy pensando... - ¿Qué piensa ahora, señor Director? - Que después de volver aquí y estuvo trabajando de nuevo... ¿qué clase de Código usó al volver del hospital? - No hay explicación alguna. - Eso sólo quiere decir que manejó un Código desconocido por la Ciencia. ¿Y estuvo a punto de romper todo el Sistema! - Pero no lo ha hecho, porque ninguna máquina ha sufrido daño alguno. - Sí. No podemos decir que haya cometido ningún acto ilegal ni reprochable. Ha actuado de manera ética en lo profesional y dentro de la moral como persona. No como dicen algunos investigadores envidiosos de su inteligencia. Pero... ¡demonios!... ¿qué clase de Código utilizó para trabajar después de haber salido del hospital? - No puedo decir nada, señor Director, porque nada sé. - No sabemos ni podemos saber qué estuvo investigando, pero no ha dañado absolutamente nada del Sistema y ha trabajado con mi autorización personal. No puedo pedir que le retiren el carnet de investigador profesional como me están pidiendo esos envidiosos que no le llegan ni a la altura de los zapatos en cuanto a inteligencia. Por eso le envidian tanto. - Yo creo lo mismo que usted, señor Director. No haga ni puñetero caso a esos envidiosos. Él tampoco les hace ni puñetero caso. Son unos impotentes en el amplio sentido de la palabra. Aquí no ha sucedido nada anormal y ese joven me cae hasta simpático a pesar del susto que me ha dado. - ¿Por qué diantres es siempre tan simpático? - Porque es capaz de hacer hasta lo increíble. Por ejemplo solamente sonríe cuando los envidiosos le atacan con sus murmuraciones. ¿Qué saben esos impotentes cómo es él si no tienen ni puñetera idea ni tan siquiera de cómo piensa? - Es cierto. Es un investigador muy especial y muy singular. Lo debe llevar en la sangre desde que nació. Y eso de sonreír ante la envidia demuestra que tiene mucha sensibilidad humana. La sensibilidad humana también es una gran virtud y le sitúa en el plano más elevado de los profesionales. ¡Jamás pediré al Jefe Superior del Centro Nacional de Investigaciones que le despida de su plantilla a pesar de lo que digan algunos de sus compañeros envidiosos... sobre todo ese engreído señor Bento, que a pesar de su mucha edad, porque es en verdad ya un viejo achacoso, jamás ha conseguido ni la centésima parte de las conquistas que ha logrado ya Jota Jota!. Y lo digo tanto a nivel profesional como con arreglo a las mujeres que ha conocido. - ¡Jajaja! ¡Por eso me cae tan simpático! - Y a mi también... y a mí también...
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