- ¡Ajajá! ¡Te pillé! ¡Sabía que no ibas a perder la oportunidad de ligar con cualquier mujer guapísima!
Jota Jota se sobresalta por la sorpresa recibida.
- ¿Qé haces tú aquí, Carmen?
- Te estoy buscando por todo el hotel y te encuentro ligando en vez de aprovechar el tiempo para dar una solución a todo esto.
- ¿Qué te hace pensar que estoy intentando ligar con ella?
- Sólo hace falta mirarla.
- ¡Ah, sí! ¡Te presento a la periodista brasileña Leda Melo de Carvalho!
Las dos jóvenes mujeres se saludan dándose la mano.
- Siéntate con nosotros, jovencita... pero aquí nadie está ligando con nadie.
- ¿Te convences ya de que yo no soy como tú crees que yo soy?
- No sería la primera vez...
- ¿Estás acaso celosa de mí?
- ¿Yo celosa de ti?
- Da la sensación de que sí.
- No quiero discutir más y menos contigo.
Jota Jota tiene que intervenir para que ambas no lleguen a las manos.
- ¿Pero no te dije que yo te buscaría a ti? Leda acaba de aceptar que nos lleva hasta Coca y que tú te vienes con nosotros.
- De eso quiero hablarte. ¡Es imposible que hagamos ese viaje!
- Que es imposible ir hasta Coca...
- No tiene ningún sentido razonable ir a Coca, Jota Jota.
- ¿Por qué?
- Porque más allá de Coca sólo podemos encontrar la muerte.
- ¿Quién te ha dicho eso?
- Toma esta hoja que he obtenido copiándola de Internet.
Jota Jota lee la hoja que le entrega Carmen y que se refiere a las tribus de los tagaeri y los taromenane.
- Está muy bien que sepas tanto de Antropología y algo de Historia de los Pueblos Primitivos, pero me parece que estás todavía muy verde en Geografía.
- ¡No me digas que me he equivocado otra vez!
- Te lo digo. Te has equivocado otra vez.
- ¡No puede ser! Para una vez que estaba convencida de que estás loco me he vuelto a equivocar...
- ¿Sabes en qué te equivocas?
- Ni idea.
- Si te fijas bien en el artículo, los tagaeri y los taromenane están muy cerca del río Coca, pero escondidos en la selva cercana al río Napo.
- ¿Y dónde está la equivocación?
- Que los tagaeri y los taramenane están muy relacionado con el río Coca, pero yo no busco el río Coca sino que busco el Edén y allí no están precisamente estas dos trius de salvajes a veces hasta antropófagas.
- ¿Pero no es el río Coca el que apareció en la Escala 500?
- Sí. Pero muy lejos de la población de Coca.
- ¡¡Peor todavía!!
- ¿Por qué dices peor todavía, Leda?
- Escucha Carmen... ¡Tened mucho cuidado con lo muy desconocido! Lo muy desconocido es peor que lo simplemente desconocido.
- Si no quieres ir conmigo es la oportunidad de tu vida para retirarte, Carmen... y de irte a tu casa que va a ser mejor para ti.
- ¡Nada de eso! ¡Si tú vas a Coca yo también voy a Coca!
- ¡Es mucho más peligroso lo muy desconocido que lo simplemente desconocido!
- ¡¡Ya lo has dicho dos veces, Leda!!
- Y lo digo por tercera vez si es necesario, Carmen.
- Dilo por tercera vez, por favor.
- Está bien Jota Jota... lo diré por tercera vez a ver si le entra en el coco. ¡Es mucho más peligroso lo muy desconocido que lo simplemente desconocido!
- Esa observación es muy buena y me convence totalmente. ¡Nos vamos los tres para Coca!
- ¿Es que esta señorita es verdad que nos va a acompañar?
- ¿Otra vez celosa de mí?
Jota Jota tiene que intervenir de nuevo para que no lleguen a las manos.
- Calma. Sí, Carmen. Nos va acompañar hasta la población ecuatoriana de Coca. Si quieres venir conmigo hasta allí, decídelo ahora mismo porque en cuanto termine la Convención nos vamos para aquellas tierras.
- ¿Allí hay peligro, señorita Leda?
- Hay muchísimo más que peligro, Carmen. Hay misterio.
- ¿Y qué quiere decir eso?
- Que desde Coca me voy a lo misterioso.
- ¡Pues yo voy contigo!
- Espera, Carmen, y piénsatelo muy bien antes de actuar... porque no tienes ninguna obligación para conmigo y yo no tengo ninguna obligación para contigo.
- ¿Qué quieres decir?
- Que si surgen graves problemas no quiero ni quejas ni lloros. Me parece que es mejor que te vuelvas a tu casa y descanses un buen tiempo en tu lindo cortijo.
- ¡Decidete ya porque nos vamos en cuanto termine la Convención de la que estoy más aburrida que una leona en medio de un sembrado de alfalfa!. Sólo faltan un par de horas.
- Por mi parte ya está todo decidido.
- Lo sé, Jota Jota. ¿Y por tu parte, Carmen?
- No sé por qué le tengo que seguir pero me voy con él.
- Te repito por última vez, a ver si te entra del todo en el coco, que no quiero ni quejas ni lloros si surge algún grave problema. Y ahora date una vuelta por el hotel porque tengo que terminar de hablar a solas con esta periodista.
- ¿Y no puedo estar yo presente?
- Es mejor que estés ausente. Vuelve a la Sala de Internet y sigue investigando.
- ¡Eso voy a hacer hasta demostrarte que no debemos ir allí! ¡Tengo que encontrar algún dato que te haga renunciar a esta locura!
- Si encuentras algo que me lo impida me lo haces saber de inmediato.
Carmen se marcha, muy enfadada, hacia la Sala de Internet del Hotel Meliá Princesa de Madrid.