Diario del Kurdistán (Diario).
Publicado en Jul 31, 2012
1.- En Quito, a 2 de octubre de 2005: Unos preparativos muy exigentes.
La aventura ha comenzado. Las entrevistas de Salat con todos sus enlaces internacionales ha funcionado y ya tenemos todos los papeles en regla paa viajar al Kurdistán. Hemos tenido que pasar muchas revisiones legalistas (médicas incluidas) pero ya está todo en marcha. Ya no nos echaremos para atrás. Si hacemos un buen reportaje nos han prometido su publicación en una revista norteamericana y varios periódicos de América Latina. Somos cinco los que formamos el grupo y hemos desechado, por consejo de nuestro amigo Salat, la compañía de un par de periodistas norteamericanos que querían formar parte dele quipo. El asunto es claro. Los periodistas y extranjeros que visitan el triángulo Irán-Irak-Turquía son posibles objetivos de ataques o capturas. Salat nos ha aconsejado que ellos prefieren que no vayan norteamericanos. La zona es muy peligrosa y por eso no podemos cometer imprudencias y debemos seguir todos los consejos de este líder kurdo que es muy apreciado entre sus gentes. Él nos ha prometido total seguridad y cobijo, pero no quiere ser blanco fácil para los posibles atacantes.. Él desea que el pueblo kurdo tenga oportunidades de mostrar su realidad al mundo pero también nos ha aconsejado extrema cautela, porque la realidad es que es una zona peligrosa. Alexander Drost, El Holandés, lleva todo un equipo portátil de comunicaciones (internet incluido). Viene también Fausto Zambrano (un reportero gráfico ecuatoriano al cual se le ve visiblemente emocionado y nervioso). Está, a mi lado, el chileno Reynaldo Salinas. Los otros dos somos Salat (nuestro guía kurdo) y yo. Hemos estado en la embajada de Turquía y nos han dado ya el visto bueno pero después de pasar numerosas entrevistas y tras recibir miles de consejos. Ya mañana partimos para París y desde allí iremos a Istambul. En Turquía la realidad será lo que el Destino nos depare. Sé que es riesgoso. Sé que es peligroso. Pero también sé que es emocionante y.. sobre todo, que vamos para conocer una causa humana. Fumamos tabaco turco que nos ha regalado el embajador y ahora estoy con mi familia para decirles que no se preocupen, que confío en hacer un buen reportaje humano y que esto, al fin y al cabo, es algo que me llena de emoción. Quizás el pueblo kurdo necesite que se le reconozca con el corazón. Voy a dormir con inquietud esta última noche en mi hogar ecuatoriano antes de partir mañana a lo desconocido... pero estoy animado... 2.- San Juan, 3 de octubre de 2005: Escala en Puerto Rico. Hemos salido, esta mañana, del Aeropuerto de Quito. Allí han estado nuestros familiares para despedirnos. Liliana está triste pero yo le explico que no sucederá nada malo, que regresaré pronto, que vamos bien protegidos y que si es que gano algún dinero con todo esto la voy a invitar a ese viaje a las Bahamas que le tengo prometido desde hace tiempo. Lo demás, los nervios y las inquietudes, no lo dejo aflorar. Una vez todos tranquilos nos tomamos un café y nos dirigimos ya hacia el avión de Lan Chile. No va directo a París sino que hará escala en Puerto Rico. En el corto trayecto hasta el país de los boricuas Salat se ha sentado junto a mí y me ha ido explicando varios detalles sobre nuestro viaje. Vamos financiados por una ONG de Derechos Humanos, Diners Club y la revista Vistazo, además de un importante aporte de un organismo de la ONU y otras pequeñas ayudas extras que nos bienen muy bien para completar el presupuesto de gastos. Todo esto hasta Istambul, porque a partir de ahí estamos invitados por el grupo de kurdos con quienes vamos a convivir en sus montañas. Todo ha ido bien hasta San Juan pero aquí, en Puerto Rico, nos informan que tenemos que esperar 6 horas para tomar un nuevo avión hacia París... así que nos vamos a almorzar al restaurante del aeropuerto porque tenemos un hambre canina. No sé cómo ni cuándo pero terminamos la comida hablando de Fernando Alonso y la Fórmula 1. Reynaldo es un fanático del automovilismo y rememora a viejas glorias de este deporte. Aprovecho para sacar a relación a Stirling Moss, "el campeón sin corona", y cuando estoy en plena explicación de lo que aprendí de niño sobre él, aparecen, de repente, dos explosivas portorriqueñas con piernas de escándalo y se sientan en la mesa de al lado. Alex está recien separado de su ex-compañera sentimental y Reynaldo es soltero. Fausto y yo estamos casados pero ayudamos un poco a romper el hielo con las portorriqueñas no sin antes haber sido avisados muy seriamente por Salat de que no comentemos nada de nuestro viaje al Kurdistán. Después de un rato de "enganchar" con ellas yo le pido prestado la computadora portátil al holandés y me aparto del grupo para, al lado de Salat, transmitir estas notas al Vorem. Mientras lo hago, el amigo kurdo, que está entusiasmado cuando habla de su gente, me hace varias indicaciones de la geografía de la región que vamos a visitar. Yo le pongo mucha atención, porque me contagia su entusiasmo, mientras tecleo para vosotros. Alex, Reynaldo y Fausto están en pleno apogeo con la charla que mantienen con las portorriqueñas cuando nos avisan de que ya podemos embarcar para París. Sigo con mi mirada las maravillosas piernas de ellas, que se han hecho muy amigas de mis compañeros, y me dispongo a cerrar la computadora. Si no hay imprevistos fuera de lo normal mañana estaremos en París... 3.- Boulogne, 4 de octubre de 2005: Círculo completo. Hemos llegado, de atardecida, a París. Durante el largo viaje, atravesando el Atlántico, he tenido ocasión de conocer hondamente a Reynaldo, compañero de asiento. Con Fausto y con El Holandés me une una gran amistad y compenenetración puesto que hace ya once años que trabajamos juntos y hemos tenido múltiples vivencias comunes en lugares como Cuba y las selvas del Brasil. Ellos son dos grandes periodistas con mucha trayectoria tanto en revistas como en radio. Reynaldo es el más joven del grupo, hace muy poco que tiene la Licenciatura en Comunicación pero ya lleva 2 años trabajando, con mucho éxito, en prensa escrita. Su padre fue un gran seguidor de Allende que murió en las cárceles de Pinochet. Reynaldo es de temperamento muy ágil y vivaz, alegre, profundamente humano y ha juramentado desde niño estar siempre del lado de las causas que se consideran justas. Acérrimo defensor de la libertad, rechaza todo tipo de dictaduras. Conversando mutuamente me ha presentado un plan: escribir un libro conjuntamente entre los dos; un libro crítico sobre los dictadores del siglo XX. Yo le he prometido que pronto, cuando tengamos ocasión, comenzaremos la obra. Todos formamos un grupo compacto y muy unido. Es muy importante que, para trabajar en grupo, haya total empatía entre todos nosotros. De eso, felizmente, nos sobra. Tenemos, para este viaje, un pensamiento común: total entrega y camaradería entre todos, para repartirnos las labores y realizar cuantos reportajes sean necesarios. Queremos aprender profundamente la historia y la cultura de los kurdos, y de manera especial, sus formas de vida y su sentimiento milenario que se concentra en la obtención de una patria común para todos los kurdos. Una nación que sea reconocida por el mundo. Como principio ético todos nosotros nos hemos prometido redactar sobre lo que veamos y vivamos con entera realidad. Al llegar a París nos estaban esperando ya unos amigos de Salat que nos han transportado en automóvil a la vecina Boulogne en cuyo bosque nos han dado cobijo en un caserón propiedad de Andreij, un antiguo ex tenista polaco que jugó en la época de Rod Laver, Ken Rosewall y nuestros inolvidables Manolo Santana y Andrés Gimeno. Andrej es de origen polaco, huyó de su país en tiempos de Gomulka y después de varios años de ser apátrida se afincó en Francia y obtuvo esta nacionalidad. Él es amigo de Carolina de Mónaco porque en su época de tenista la conoció cuando se hizo instructor de tenis del príncipe Alberto. Aquí, en Boulogne, se nos ha unido el último integrante de nuestro equipo: un periodista de televisión francesa llamado Pierre Lebranche, hijo de madre libanesa, que es un verdadero experto en reportajes sobre las zonas del Oriente Medio. Resulta un poco jactancioso y orgulloso de sus conocimientos pero, por la gran charla que hemos mantenido con él, se nota que conoce muchísimo toda la zona y que será un gran referente para nosotros. Quiere realizar unos videos sobre los kurdos y presentarlos en la televisión francesa. Estamos muy cansados. Nos esperan jornadas muy duras porque una vez llegados a Istambul tendremos que atravesar toda Turquía para llegar al Kurdistán. Después de una ligera cena nos vamos a dormir. Los próximos días serán agotadores y necesitamos descanso. Es por eso por lo que Alexander y Reynaldo han desisitido de acudir a una cena con sus amigas portorriqueñas. Su profesionalidad y compromiso con nuestra tarea está fuera de toda duda. Hasta mañana, amigos del Vorem... 4.- Istambul, 5 de octubre de 2005.- ¿Quiénes son los kurdos?. Por fin llegamos a Turquía. Pasamos el control aduanero sin nunguna clase de contratiempos salvo un exhaustivo revisamiento de los equipajes. Nos han interrogado acerca de cuáles son los motivos que tenemos para visitar Kurdistán. Declaramos la verdad: somos un grupo de periodistas que buscamos realizar reportajes sobre la historia y la forma de vida de los kurdos. Sabemos respetar las leyes turcas. Un oficial, con cara adusta pero formal con nosotros, nos da a conocer que las actividades que atenten la seguridad nacional están castigadas con 5 años de cárcel. Quienes recordamos la película "El expreso de medianoche" nos hacemos una idea de cómo deben ser las cárceles turcas... Está totalmente prohibido cualquier tipo de armas o de drogas y debemos avisar siempre dónde nos encontramos y todo ello porque es necesario el control y la seguridad personal. En Turquía, de vez en cuando, ha habido atentados por parte de fundamentalistas musulmanes y hay un dato espeluznante: 563 periodistas han muerto o se han dado por desaparecidos mientras trabajaban en el Kurdistán. En el hotel donde nos alojamos volvemos a ser visitados por policías y nos informan que no debemos intervenir en actividades protestatarias y que cuando salgamos a la calle tengamos siempre la precaución necesaria de no llamar la atención porque en Turquía hay muchos pobladores que miran muy mal a los kurdos, los insultan y los consideran revolucionarios y gente montaraz y belicosa. Aprovecho el tiempo de estadía en el hotel para seguir tomando notas e informaciones históricas y geográficas que Salat me cuenta. Ya tengo un gran número de hojas escritas sobre el tema y paso a mi diario una breve síntesis de las mismas. Lo primero que un kurdo culto te hace saber es que los kurdos no son una etnia árabe sino de origen indoeuropeo (tanto por su lengua como por su sociedad y cultura), pero el asunto de las raíces de la lengua kurda no está resuelto, como en el caso de la lengua vasca, en su totalidad. Se sabe que los kurdos no son semitas árabes pero se cuestiona lo de que son indoeuropeos aunque esto es lo que se da por más seguro y se asume comúnmente entre los historiadores. El origen de este pueblo se pierde en la bruma de la historia de las primeras civilizaciones humanas de Mesopotamia. Los kurdos se sienten orgullosos de ser los últimos sobrevivientes de los hurritas. ¿Quiénes fueron los hurritas?. Alrededor del año 3.000 antes de Jesucristo, los hurritas eran pobladores de Sumeria (pertenecientes a las más antiguas civilizaciones de la humanidad en forma de ciudades-estados). Los hurritas habitaron en Anatolia (Alta Mesopotamia) y Siria desde el siglo XXI antes de Jesucristo, hasta el siglo XII antes de Jesucristo. En ese largo intervalo de siglos llegaron a fundar, en el siglo XVI antes de Jesucristo, el reino de Mitanni, que tuvo un gran apogeo en la época de Akkad, Elam, Lullu, Khurri... y se expansionaron por toda la región del Tigris Oriental a través de un gran desarrollo del comercio entre sus ciudades-estados y los arduos entrenamientos de caballos salvajes convirtieron a los hurritas, progenitores de los kurdos, en excepcionales jinetes. Los hurritas dominaron Siria y Mesopotamia y su fusión política giró en torno a la ciudad de Mitanni, siendo su primer gran rey histórico Shuttarna. Todos los documentos históricos consultados indican que la Mitanni hurrita fue la gran potencia política dominante en el Próximo Oriente durante el segundo milenio antes de Jesucristo, pero su hegemonía no fue absoluta sino que otros pueblos también estaban fortalecidos y crearon sus propios reinos. Esta historia está detalladamente desarrollada en las bibliotecas y no es necesario hablar más de ello salvo para señalar que el imperio hurrita (que tanto tuvo que luchar contra otros pueblos para conquistar la hegemonía en la región) desapareció derrumbado ante el ataque, acoso y presión de los hititas y los asirios, en el siglo XIII antes de Jesucristo. Los hurritas que sobrevivieron a la hecatombe huyeron y se refugiaron en las montañas situadas entre lo que hoy es el vértice colindante de Siria, Irán, Iraq y Turquía, en los montes Zagros y Taurus. Allí se mezclaron con los pobladores autóctonos de la región kurdistaní (donde se sabe que había seres humanos desde hace 70.000 años, durante el Pleistoceno Medio, y que se desarrollaron como neandertalensis durante el Neolítico). Esta fusión de hurritas sobrevivientes y pobladores autóctonos de las montañas es el más antiguo y ancestral origen de los kurdos. Tomo un respiro y me voy a tomar unos bocaditos por la ciudad de Istambul. Preciosa ciudad llena de encanto y de historia que tiene grandes leyendas en s 5.- Istambul, 5 de octubre de 2005: Después de Mitanni... Hemos salido a pasear por la pequeña bahía del Cuerno de Oro y hemos visitado tambiénlas preciosas mezquitas del sultán Ahmet y de Solimán (ésta última me ha impresionado bastante) así como la iglesia de Santa Sofía. Después, alguien ha propuesto ir a visitar el barrio típico de Vukudar y cuando nos iniciamos en un laberinto de calles llenas de bazares y lugares de tradiciones que evocan los tiempos del imperio otomano comienza a llover de forma copiosa y nos refugiamos, para calentarnos y tomar café, en una especie de bar que regenta un armenio llamado Karachivián. Pronto comienzo a pegar hebra con él a través de una chapurreada jerga en francés con la que intentamos entendernos ambos. Karachivián es una especie de filósofo epicúreo y carnal y saca un vino turco que para él es delicioso pero a mí me sabe a alcachofa. El armenio está interesado en saber sobre las mujeres hispanas y latinas pero tiene ideas verdaderamente estrambóticas donde mezcla sensualismo desaforado con una especie de espiritualidad anacrónica demasiado elevada para mi comprensibilidad... así que, sin saber cómo, perdidos en nuestro laberíntico chapurreo francés, acabamos hablando del amor platónico y terminamos enrollándonos con "la cueva de Platón" y sus ideas. Cuando la lluvia baja de intensidad decidimos hacer dos grupos. Unos quieren ir a la zona moderna de Beyoglu. Otros nos regresamos hacia el hotel que está situado muy cerca de la Universidad. Hace calor en el hotel. Yo pienso que es un fugaz fundamento histórico estar en Istambul hablando con un holandés de temas esotéricos. A Alexander le encanta el esoterismo. Mientras escucho intento comprender qué tienen que ver las mujeres hispanas y latinas con la cueva de Platón y termino por deducir que debo volver a repasar el francés... así que anoto nuevas acotaciones sobre la secular historia kurda. Los habitantes del Kurdistán, aquellos descendientes de hurritas que se habían protegido en las montañas, valles y lagos de la región (en los Tauros y los Zagros) se mezclaron con los pobladores autóctonos y formaron clanes de pequeños contingentes de soldados y jinetes. Estaban relativamente aislados en grupos no superiores a los 2.000 o 3.000 guerreros con sus mujeres e hijos, pero en caso de peligro recobraban el sentido ancestral de pertenecer a una misma comunidad racial y se agrupaban para defenderla. Incluso tuvieron una especie de capital federal que variaba de lugar durante el tiempo. Los asirios tuvieron conciencia del peligro que representaba para ellos la coalición y fusión definitiva de todos los kurdos y siempre se empeñaron en tenerlos disgregados. Después, entre los años 1800 y 1500 antes de Jesucristo, estos grupos kurdos de origen hurrita se desmembraron en múltiples tribus. Mas o menos confederadas, estas tribus tenían su centro natural alrededor del lago Van, de donde se extendían hacia el este y el oeste. Los asirios que tomaron contacto con ellos a partir del siglo XIV antes de Jesucristo llamaron a esta comarca "el país de Nairi" y hacia el siglo XIII antes de Jesucristo surge en esta región un nuevo núcleo que tuvo su propio imperio. Era Urartu. Un reino que vivió su esplendor entre los siglos IX y VII antes de Jesucristo. Muchos kurdos formaban parte del reino de Urartu (rival de los asirios) que terminó su gloria al ser devastado por las invasiones cimerias pasando a ser un protectorado asirio ocupado finalmente por los armenios. ¿Cómo vivían los kurdos entre los siglos IX y VII antes de Jesucristo?. Eran famosos tanto por sus tejidos como por sus talleres metalúrgicos. Eran expertos herreros y orfebres herederos de las tradiciones mitanias hurritas. Sus principales recursos agrícolas eran, y siguen siendo en la actualidad, la cebada, la espelta, el centeno, las lentejas, el sésamo y el vino. Y siempre fomentaron el máximo aprovechamiento del suelo desbrozando la tierra; creando jardines, huerta y viñas; abriendo canales, albercas y, a veces, verdaderos lagos artificiales para irigar los campos y abastecer a las ciudades. Sus trabajos hidráulicos causaron la admiración de los asirios y han llegado hasta la época moderna. Grandes ganaderos de bueyes, caballos, cabras, cerdos y carneros, los habitantes del Kurdistán se encerraban con todos sus bienes, cuando amenazaba el peligro de las invasiones extranjeras, en los inexpugnables refugios de sus montañas, dejando las llanuras desiertas temporalmente; así, cuando los invasores llegaban, encontraban las tierras vacías. Los kurdos eran, y siguen siendo, excepcionales jinetes de caballería, pero se fueron dividiendo en diversos caudillajes y la población quedó sometida a una especie de feudalismo secular que siempre ha perjudicado enormemente sus sentido de unidad nacional. Durante muchos años tuvieron que pagar tributo a los asirios para poder gozar de una relativa tranquilidad. Y la relativa tranquilidad del hotel se ve interrumpida por la llegada de un grupo de turistas que hablan inglés en voz alta y están reclamando algo. No sé de que va la discusión. Prefiero no entrar en detalles sobre la misma y dejo de transcribir mis notas históricas. Una joven pareja, que resultan ser pakistaníes, se sientan frente a mí. Él me pide algo pero yo no entiendo nada y comienza una frenética sucesión de gestos entre ellos y yo para hacernos entender. Ante la imposibilidad, ellos me sonríen y yo me quedo con la mente en blanco, pensando en no sé qué momento de mi infancia. Termino por despedirme de ellos, me levanto y salgo a la puerta de la calle a encender un cigarrillo Belmont. El humo del cigarrillo eleva sus caprichosas formas hacia el cielo nublado de Istambul mientras los automóviles pasan levantando una ligera capa de agua entre sus ruedas. Escucho un lejano silbido humano y, por ilación de ideas, comienzo a pensar -mientras se consuma el cigarrillo- en el ya fallecido tío Cruz silbando a sus ovejas... 6.- Istambul, 5 de octubre de 2005: El segundo gran origen Para cenar he elegido un buen plato de judías. Dice el relato bíblico que Esaú vendió los derechos de primogenitura a su hermano Jacob por un plato de lentejas. Si yo tuviera que vender dichos derechos (de lo cual me libro porque soy el tercero de cinco hermanos) lo haría gustosamente por un plato de rica fabada asturiana acompañada, eso sí, de un buen vaso de sidra. El caso es que ceno judías acompañadas de un poco de queso, a pesar de que a mis compañeros les parece un plato fuerte para estas horas de la noche; una noche que ya cae sobre la ciudad y nos encela a todos con sus murmullos de acordeón... Comparto habitación con Fausto. Hace un sofocante calor en este estrecho habitáculo y ponemos en funcionamiento un ventilador enorme que cuelga del techo y suena a hojalata. Fausto ha venido del barrio Beyeglu y tiene ganas de charlar y reír. Charlamos de algunas cosas intrascendentes y reímos por un buen rato con algunos chistes viejos a los que ponemos caras nuevas. Dicen que reír sirve para mejorar la salud física y mental y para distanciarse de cualquier problema. Es cierto. Bebemos un par de cervezas y después nos ponemos a escribir por separado. Una enorme mosca da círculos alrededor del ventilador y logramos, tras arduos esfuerzos, desalojarla a través de la ventana. Tras eso aprovecho para terminar el tercer fragmento del día. La llegada a los montes Zagros y Tauros de los medos provenientes de Irán, integró a los habitantes del Kurdistán en este nuevo pueblo que irrumpió en la zona paralelamente a la aparición de los persas. Los grupos kurdos, con sus jinetes y carros, se ponían al servicio de los príncipes locales recibiendo a cambio lugares donde acampar, tierras y pastos. La migración de medos y persas en la región, hizo aparecer nuevas formas de civilización. Los jinetes medos se infiltraron pacíficamente entre la población indígena kurda y la asimiló. Es el segundo gran origen histórico de los kurdos. Es una época de migraciones de pastores que buscan terrenos propicios para sus rebaños mediante movimientos lentos que duran varios siglos. Se originan entonces pequeños principados con ciudades amuralladas protegidas por fosos de agua y se elevan algunos palacios de los que aún quedan vestigios en la zona. Autóctonos o iranios, toda la región kurda se homogeneiza presentando un mismo tipo étnico indoeuropeo; llevando el mismo traje, misma barba y cabellos cortos generalmente rizados, túnicas con mangas cortas que descienden hasta las rodillas y que son ceñidas al talle por un cinturón, pieles de cordero sobre los hombros y a menudo el uso de altas botas atadas con cordones. Van armados con larga lanza y un escudo rectangular de mimbre. Esta uniformidad del tipo y del vestido expresa el claro dominio de los iranios y la fuerte influencia de su civilización entre las poblaciones kurdas. Por eso hay quienes dicen que el verdadero origen de los kurdos es la época de los medos. Si los medos hubiesen mostrado una mayor cohesión en lo político, este hubiera podido ser el momento histórico idóneo para haber creado una patria kurdistaní. No en balde los medos (con los kurdos integrados) llegaron a crear un imperio en el siglo VII antes de Jesucristo (cuya capital era Ecbatana, que hoy se llama Hamadán y pertenece a Irán) y su famoso rey Ciaxares destruyó Assur en el 614 antes de Jesucristo y Nínive en el 612 antes de jesucristo. Por primera vez en su historia (de ahí que los actuales kurdos la recuerden como su época dorada), bajo el gobierno de Ciaxares, los kurdos habían logrado una verdadera y poderosa unión de todas sus tribus. Pero si bien entre los caldeos y los medos existían relaciones amistosas (basadas en su común enemistad hacia una Asiria que acababa de dejar de existir) llegó pronto la decadencia de los medos que habían llegado incluso a dominar Babilonia. Hago aquí un pequeño paréntesis para narrar la anécdota que relató el historiador griego Herodoto: en los tiempos de Ciaxares, los medos llevaban ya cinco largos años luchando contra los lidios cuando, el 25 de mayo del 585 antes de Jesucristo, en plena batalla, se produjo un eclipse de sol que aterrorizó tanto a ambos bandos que llegaron al acuerdo de dar por acabada la guerra y establecieron fronteras definitivas entre ambos reinos. Decía antes que de la misma manera en que llegaron a alcanzar un rápido y verdadero poderío durante la época de Ciaxares (al que llamaban Uvajsatra) también fue rápida la caída del imperio meda. Ocurrió durante el reinado de Astiages, el sucesor de Ciaxares, y los responsables del derrumbamiento del poder meda fueron sus ancestrales enemigos los persas. El rey persa Ciro II, llamado El Grande para diferenciarlo de su antecesor Ciro El Joven, fue quien puso fin al poder de los medos en el año 550 antes de Jesucristo. Durante los dos siglos en que los kurdos estuvieron integrados entre los medos gozaron de gran esplendor aunque siempre estuvieron amenazados por cimerios y escitas que, en los alrededores del lago Urmia especialmente, interceptaban el tráfico de caballos, asaltaban caminos y saqueaban poblaciones. Cuando los persas derrotaron a Astiages y destruyeron el imperio meda, dominaron todo el Asia Menor. El pueblo kurdo quedó integrado en el Imperio Persa. Y desde entonces han vivido siempre, hasta la actualidad, bajo dominaciones extranjeras o bajo regímenes de feudalismo. Hace ya 30 siglos que comenzaron las primeras reclamaciones kurdas por la obtención de una patria propia e independiente; reclamaciones que se han sucedido a lo largo de la Historia y de manera poderosa en los últimos tiempos. Ya es una búsqueda continua en la que siguen empeñados generación tras generación. La reivindicación kurda (que para muchos pasa por reclamar una mayor y más amplia autonomía local) es la más antigua que existe. Levanto la vista de mi diario. Fausto ha terminado de escribir un cuento a su pequeño hijo (Pelota de Trapo) y me pregunta por las judías y el queso. Le hablo de Asturias (la patria querida de Leopoldo Alas "Clarín" al que él conoce por la lectura de La Regenta) y le cuento sobre las verdes montañas de la Sierra de Covadonga (allí donde Don Pelayo inició la Reconquista) y del Cabrales que conocí un verano con mi amigo Luis Líter. Nos vuelven a interrumpir lejanos silbidos humanos que provienen de la calle. Mi amigo sabe silbar muy bien (aprendió en los partidos de fútbol que jugaba en el parque de La Carolina de Quito) y me anima a salir a la ventana. Allí silba hacia la calle. Reímos. Intento silbar yo también, recordando aquel viejo aprendizaje con el tío Cruz en la Serranía de Cuenca, pero me quedo a medias. Alguien contesta con un profundo silbido en la calle y nosotros cerramos la ventana rápidamente. Ya en las camas le cuento del sonar del silbato de los antiguos afiladores que pasaban por las calles de Madrid ofreciendo sus servicios y del silbato del viejo sereno Cachafeiro, que era un gallego siempre solícito a abrirme el portal de la calle de Juan Duque cuando yo volvía de mis bohemias nocturnas y él aprovechaba para contarme sus últimas peripecias amorosas con una muchacha leonesa de Ponferrada... pero Fausto comienza a roncar y una suave mano cierra mis párpados y me envuelvo en sueños azules... Azul celeste, azul turquesa, en to corriente queda presael alma de mi inquietud.Y tu...celeste sorpresa...eres, con tu aroma de fresa,bello canto de juventud. 7.- Ankara, 6 de octubre de 2005 Los estridentes sonidos que lanza la sirena de un coche de la policía turca me despiertan del profundo sueño en que me quedé sumido. Mi amigo ecuatoriano lanza un ¡chucha! improperial. Miro el reloj. Son cerca de las 6 de la mañana. Hay un contraluz en el ambiente donde las sombras se diluyen suavemente y nos avisan que bajemos a desayunar porque rápidamente vamos a partir hacia Ankara. Mi reloj es un regalo de mi segunda hija, la pequeña Carla, que me entregó en el aeropuerto de Quito. Nos reunimos todos para desayunar. Yo pido un tazón de leche donde mezclo la granola Nilo que aún me queda de reserva en la mochila. Hay quien toma también granola de mi caja, pero Alexander prefiere su maíz y sonrío viéndole comer con tan voraz apetito porque recuerdo al simpático voremista Sandy cuando escribió, en uno de sus últimos textos, que se había teñido el pelo de rubio y parecía un macizo del maíz. A las 7 está previsto salir. Aún tengo tiempo para llamar a casa. Tomo el celular y contacto con Liliana que se pone muy feliz al escuchar mi voz y me cuenta que nuestra primera hija, Leslie, acaba de matricularse para el segundo año de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Antes de acabar nuestra conversación me pide que me cuide mucho y nos envíamos un beso mutuamente. Suena la señal de partida y nos despedimos cordialmente del dueño del hotel. Lo primero que hay que hacer, para salir de Istambul (en la zona europea turca) con destino a Ankara (en la zona turca asiática) es dirigirse hacia el puente que existe sobre el estrecho del Bósforo. El Bósforo, entre Europa y Asia, es el estrecho que comunica el mar de Mármara (el antiguo Propóntide de la cuenca del Mediterráneo) con el mar Negro (el antiguo Ponto Euxino de los romanos). Y el puente, al que llegamos en pocos minutos, enlaza a Istambul con Uskudar (ciudad a la que conocemos mejor por el nombre italianizado de Scutari). Este puente, según me indica Pierre, que es quien conduce el automóvil, tiene una longitud aproximada de 30 kilómetros. Yo viajo al lado del conductor y esto es una vieja tradición (la de viajar como copiloto) que me viene de la infancia, cuando toda la familia subíamos en el añorado "Manolito" (un Seat 1500 del que mi madre estaba enamoradísima) para recorrer, los domingos, pueblos serranos de la provincia de Madrid y Segovia. Encendemos el aparato de radio pero se decide, por votación democrática, poner un casette de música rock (la otra gran pasión de Reynaldo además de la Fórmula 1 y las chicas). Y aprovecho los 30 kilómetros del puente para escribir mientras los compañeros de atrás charlan en baja voz porque aún tenemos todos sueño en las pupilas... El Kurdistán antiguo fue ocupado desde el siglo VII antes de Jesucristo hasta el siglo VII después de Jesucristo por un total de 5 imperios, en períodos más o menos prolongados. Primero fue el imperio Persa (desde el 550 antes de Jesucristo, cuando Ciro II derrotó a Astiages, hasta el 330 antes de jesucristo, cuando las tropas de Alejandro Magno derrotaron a Darío III Codomano -que murió un año más tarde asesinado por uno de sus gobernadores de provincia sátrapa- en la batalla de Arbelas. De esta manera los kurdos quedaron bajo el dominio del Imperio Macedónico. Tras este período fueron las legiones romanas de Trajano quienes invadieron el Kurdistán y se apoderaron de la región desde los años 114 y 116 de nuestra era. Después los kurdos sufrieron una breve existencia bajo el dominio de los armenios y luego el Kurdistán pasó a formar parte del Imperio Bizantino, desde el año 330 hasta el 642 en que llegaron las invasiones árabes a la zona. ¿Qué sucedió con los kurdos bajo estas dominaciones?. Que siguieron firmemente guardando sus tradiciones y aunque no pudieron formar su propia patria comenzó a aflorar un sentimiento étnico racial con la esperanza de ser algún día totalmente independientes y forjar sus propias señas de identidad. ¿A qué me suena ésto?. A la célebre novela del barcelonés Juan Goytisolo, uno de mis escritores favoritos, que con este título (Señas de identidad) la publicó en 1966. Este pensamiento me llega a la memoria en el mismo instante en que terminamos nuestra travesía por el puente y entramos en la ciudad de Scutari (Uskudar) con una pertinaz neblina y un cielo "panza de burra" que comienza a soltar gruesas gotas. Pierre pone en funcionamiento los limpiaparabrisas y vuelvo a sonreír recordando al pequeño Volswagen rojo de Liliana, que se pasa más tiempo en los talleres que en la casa porque, entre otras cosas, siempre se le atasca la plumilla del parabrisas del lado del conductor cuando más la necesitamos. Pasamos rápidamente Scutari porque tenemos muchas ganas de llegar cuanto antes a Ankara. Vemos ya a muchas mujeres vestidas de musulmanas y con el velo cubriendo su rostro. Y es que es necesario conocer que en Turquía (a pesar de estar entrando en la Comunidad Europea) casi el 98 por ciento de su población es musulmana. Los cristianos son apenas un 1 por ciento y hay un 0,2 por ciento de judíos. Sin embargo, desde 1928 se utiliza el alfabeto latino en lugar del árabe. Tenemos que estar muy atentos cuando lleguemos a Izmit (la antigua Nicomedia de los tiempos de Diocleciano que algunos confunden con Iznik que está situada a pocos kilómetros al SO de Izmit y es la antigua Nicea de los bizantinos). Tenemos que estar muy atentos porque pocos kilómetros más adelante llegamos a Adapazari donde la autopista se separa en dos rutas que ambas desembocan en Ankara pero una de ellas, la que atraviesa el Koroglu Dag, es más corta que la otra, que pasa por el Ulu Dag. Esto no lo sé de memoria sino que lo voy consultando con un mapa de carreteras que llevamos como guía. Yo tengo la obligación de ir dando estos y otros datos al conductor. Me siento algo así como el copiloto del gran campeón español de rallys, Carlos Sanz, a quien tuve ocasión de conocer, y con quien tuve ocasión de hablar, cuando iniciaba su carrera automovilística y era todavía un perfecto desconocido para la mayoría de los aficionados a este deporte. Todo ello tras una prueba que se celebró en Avilés. Fue durante el inolvidable verano que pasé en Asturias con mi amigo Luis Líter y se celebraba una romería por la orilla del río Nalón. Allí, mientras nos bañamos en este río, conocimos a dos chicas preciosas a las que invitamos a beber vino en bota y con las que estuvimos presenciando aquel rally. Después llegó el desastre cuando ya las habíamos convencido y nos fuimos a enseñarle nuestra tienda de campaña que estaba en el camping de Santander. Estaba todo tan destartalado y caótico (además de que había llovido mucho y las colchonetas flotaban en medio del agua y el barrizal) que con un despreciativo ademán se despidieron "ipso facto" de nosotros diciendo que se iban urgentemente para Bilbao. Éramos entonces dos pipiolos demasiado juveniles Luis y yo y no sabíamos todavía que a ciertas mujeres, cuando se han creído que somos ricos condes, hay que tratarlas como princesas. Por cierto... ¿qué habrá sido de mi querida amiga avilesina Emilia?... 8.- Ankara, 6 de octubre de 2005: El sunnismo en Kurdistán. Vuelvo a la realidad cuando Reynaldo me pide uno de mis cigarrillos Belmont. Estos cigarrillos los compré en la tienda de Iván antes de salir de Quito y todavía tengo una pequeña reserva. Estoy acostumbrado a los Belmont o, en su ausencia, a los Montana. De pronto se inicia una pequeña conversación general sobre qué entendemos cada uno de nosotros por heteronomía. Suena a chino. Pierre nos aclara que heteronomía es precisamente lo que no quieren los kurdos ya que significa falta de autonomía propia y recibir del exterior las leyes que rigen una conducta. Medito sobre ello y escribo... La primera llegada de los árabes al Kurdistán ocurrió en el año 642, en pleno siglo VII, y fue seguida de una verdadera invasión. Esto influyó poderosamente entre los kurdos que, en gran mayoría, se convirtieron al sunnismo musulmán. Los musulmanes tienen muchas ramas diferentes en su religión. Las principales son la sunnita y la chiita. El sunnismo es la corriente religiosa de los ortodoxos musulmanes (siempre en viva oposición a los chiitas heterodoxos) y sigue fielmente el conjunto de tradiciones (hadiz) sobre las palabras y acciones de Mahoma. Es la corriente más predominante en Turquía. El chiismo, por su parte, se diferencia del sunnismo por haber introducido en el Islam el tema de la Pasión (martirio de Husayn y otros alidas), la idea del carácter semidivino del imán y la del "retorno" del imán muerto o desaparecido (doctrina del "imán oculto"). El chiismo duodecimano (que reconoce a doce imanes) es la religión nacional de Irán desde el siglo XVI. En Iraq es minoría frente a la mayoría sunnita, pero fue la que profesaba Sadam Hussein. ¿Qué clase de religión tenían los kurdos antes de hacerse musulmanes?. Los más primitivos kurdos adoraban dioses mesopotámicos y asirios (como Marduk que para los babilonios fue el creador de la humanidad, Anu, Enlil, Ea, la gran figura femenina de Nim-mah, los Igigi del cielo y los Annunnaki de la tierra...). Cuando el Kurdistán fue conquistado por los persas éstos impusieron la religión del mazdeísmo que después fue reformada por Zoroastro (Zaratustra) de quien algunos dicen que estuvo personalmente predicando en Kurdistán. Esta religión era dualista y decía que el mundo es el escenario de una lucha que enfrenta al principio del mal (Ahriman) y al principio del bien (Ormuzd). Este último alcanzará el triunfo final según se lee en el libro sagrado de los antiguos persas conocido como Avesta. Y de la época del zoroatrismo todavía existen hoy las ruinas de la ciudad sagrada de los kurdos: la Ganzak que ahora se llama Jakab y que es donde se levantaba "el templo del fuego". Este mazdeísmo-zoroatrismo insistía continuamente en la trascendencia divina predicando una moral de acción fundada en la certeza del triunfo de la justicia... pero no debió de ser muy clara la visión de dicha justicia entre los kurdos porque pronto triunfaron allí, relativamente, el judaísmo y el cristianismo; religiones que también fueron dejadas de lado al llegar el Islam. Hoy en día la mayoría del pueblo kurdo profesa la fe sunnita musulmana (un 80 por ciento de los kurdos) pero también hay chiitas (sobre todo en las zonas iraníes de Kurandash y Kanapri); algunos alevíes que practican un sincretismo de chiismo, cristianismo y mazdaísmo viven en la región de Dersium; hay cristianos kurdos habitando en Tur Abdin, al este de la Anatolia turca, en la región siria de Yarzin y en la iraquí Badirán, que son una mezcla de ortodoxos, caldeos y católicos; los yerizíes también son el resultado de un sincretismo entre mazdeísmo, cristianismo e islamismo (están en las regiones iraquíes de Sinjar y Saiján y en el valle de Lalesh) y por último los ali hags se autodenominan "el pueblo de la verdad" y viven en Haurama y las proximidades de Kermandash. Hay que decir, además, que históricamente hubo por mucho tiempo judíos en Kurdistán (pero todos ellos se fueron a Israel en 1948) y aún quedan, también, algunos sufíes aislados que practican ritos mágicos, tocando tambores, cantando y moviendo sus cuerpos para crear un trance en el cual esos cuerpos, atormentados y torturados por la vida, no sufren ningún dolor. Una tarde, en el Café Libro de Quito, Salat me estuvo detallando profusamente este verdadero rompecabezas religioso, pero yo nunca he podido entender el caótico panorama de las religiones y sus sectas (sea cual sea la religión de la que se trate) y, reduciendo a la mínima expresión posible, podemos decir que cuando se habla de religión kurda se está hablando preferentemente de sunnismo. Afortunadamente, no hemos equivocado el camino. Hemos pasado aldeas muy típicas, como Duzce y Bolu, y ya muy cerca de Ankara, en Yenimahalle, hemos detenido por un momento la marcha para que Fausto baje a tomar unas fotografías del paisaje. Yo más bien veo aridez y secano... pero el especialista en fotos es él. Mientras se entretiene en la labor, le pido que me deje leer su cuento Pelota de Trapo. Lo leo. Es muy emotivo y sentimental y tiene algunas frases cálidas y brillantes. Me gusta bastante. Me hace recordar mis tiempos de chiquillo en el Esparta, cuando vestíamos uniforme con camisetas amarillas y pantalones azules y jugábamos en la Pradera de San Isidro y en los arenosos campos de La Elipa. A Fausto y a mí nos gusta el fútbol. El es seguidor del Aucas de Quito. Yo del Athletic Club de Bilbao. Pero ninguno de los dos somos fanáticos aunque nos conocimos, eso sí, trabajando juntos en la Emisora Gran Colombia, en el programa Amanecer Deportivo (él realizaba su segmento "Sorbitos coperos y no coperos" y yo mi "Catalejo mundial"). Hace ya once años de ello. Desde entonces somos inseparables. ¡Cómo pasa el tiempo! Al volver al automóvil encuentro a Reynaldo cómodamente sentado y leyendo "La desesperanza" (que es novela de su compatriota José Donoso). Rememoro "El lugar sin límites" de mis tiempos universitarios. ¡Cómo pasa el tiempo! me vuelvo a repetir... y busco algún límite a la sensación. Ya no recobro la realidad concreta hasta que llegamos a la ciudad de Ankara, capital de Turquía desde 1923. 9.- Ankara, 6 de octubre de 2005 Ankara se llamó en la antiguedad Ancira, y después también fue conocida como Angora. Está situada en plena Anatolia central, a unos 800 metros sobre el nivel del mar. Anatolia (que en turco se dice Anadolu y en griego Anatolé y que significa Levante) es el nombre con el que se conoce a todo el vasto conjunto de la Turquía asiática. Llegamos a Ankara ya tarde y tenemos hambre porque hace ya bastantes horas que sólo hemos comido galletas (de cebada por cierto) y el camino en coche se nos ha hecho largo y cansado... Aunque de origen antiquísimo, Ankara tiene un aspecto extraordinariamente moderno y lleno de parques y jardines que contrastan con la aridez y pobreza del paisaje circundante. Es como oasis en desierto. Para muchos que la han visitado resulta ser una de las ciudades más bellas y sugestivas del Próximo Oriente. El núcleo urbano más reciente surgió tras la elección de esta ciudad como capital de la República de Turquía en 1923. Se halla constituido por una zona central, formada por el barrio gubernativo, y por otra de carácter residencial, más moderna, situada al sur, unida a una importante arteria vial de unos 5 kilómetros de longitud (la Ataturk Bulvari) que se abre en dirección norte-sur. Es en una zona cercana a la Ataturk Bulbari en donde tenemos nuestro alojamiento (Hotel Buyuk Surmeli de la calle Cihan Sohak) en donde comemos una sopa caliente (sopa de lentejas turcas) y carne de carnero (perdón por la redundancia). Pero no todos hemos comido porque el holandés se encuentra muy mal del estómago (quizás comió algo dañino en Istambul) y tiene una fiebre bastante alta. Se va derecho a la cama. Me dicen que la ciudad nueva está dominada por elevaciones rocosas en cuyas laderas surgió la parte más antigua. Que merece la pena dar una vuelta por allí. Mañana tendremos la posibilidad de visitarla porque será un día libre ya que nos espera un verdadero "palizón" en el futuro. Ahora aprendo que Ankara fue habitada por los romanos y alcanzó su máximo esplendor en tiempos de los selyúcidas. Los selyúcidas del viejo Seljud... Pues bien, los selyúcidas (también llamado selyuquíes y que no hay que confundir con los seleúcidas de la Antigua Grecia) fueron una dinastía turca que dominó en el oriente musulmán desde el siglo XI al XIII. Su imperio se extendió por Irán, Iraq, Siria, Armenia y Asia Menor y se desmoronó en el siglo XII quedando tan sólo en su poder la Anatolia hasta 1308. Esta verdad histórica me hace deducir que los selyúcidas debieron dominar, en algún período de su existencia, el Kurdistán. Efectivamente es así. Me lo confirma Salat. En el siglo XI los turcos selyúcidas originarios del Asia Central, conquistaron la mayor parte de lo que hoy es la región del este de Turquía y así fue cómo desalojaron del Kurdistán a los imanes árabes que pervivían allí, en pequeños principados, desde la caída de los bizantinos en el siglo VII. Fue en la época selyúcida, en el siglo XII, cuando vivió un célebre kurdo llamado Saladin (Saladino I) que había nacido en Takrit (en las montañas kurdas) en 1138 y que fue el primer sultán ayubí (desde 1171 hasta 1193 en que murió en Damasco). Este Saladin (Salah al-Din Yusuf) reunió bajo su autoridad Egipto, Hiyaz, Siria y Mesopotamia y se erigió en campeón de la guerra santa al recuperar Jerusalén a los cruzados, en 1187, con los que luego firmó una paz de compromiso en 1192. Predominantemente nómada, el pueblo kurdo, sin embargo, mantuvo siempre cierta independencia bajo el liderazgo de sus propios señores feudales hasta el siglo XVI, cuando su territorio se repartió entre el Imperio Otomano (turco) y el Imperio Savafavid (persa). Pero esto ya es otro capítulo de su historia y yo sólo deseo ahora irme a dormir (estoy verdaderamente cansado) mientras observo a un enorme gato blanco con ojos azules. Es un gato de los que conocemos como de la raza angora, pertenece al hotel y está tan acostumbrado a los humanos que se deja acariciar suavemente. Me dicen que también hay gatos de angora de color gris y de color rojo. A mí siempre me gustaron los gatos. Tienen enigma y carisma. Tienen misterio los gatos. Cuando yo era niño me pasaba horas enteras jugando con mi gato Pirracas. Me pregunto cómo se llamará este angora. Yo lo bautizo, libremente, con el nombre de Mus porque soy un verdadero vicioso de este juego de cartas. Y Mus se estira sin ningún disimulo y se marcha. Yo también me marcho. A la cama. En la habitación descubro la gran suavidad del mohair, una tela muy ligera que está fabricada con pelo de cabra de angora. Hay en esta comarca gatos de angora, cabras de angora y hasta conejos de angora... Las paredes están muy bellamente decoradas y hay, sobre el velador, algunos objetos con forma de aves y patos. Mirando estos pequeños objetos me dispongo a dormir, pero antes enciendo el cigarrillo de tabaco turco que he logrado adquirir en la recepción del hotel. Es fuerte el sabor de este tabaco y apago el cigarrillo a medias. Escucho el lejano murmullo de una música árabe que llega de alguna habitación cercana. No me molesta. Es como una suave y monótona salmodia que me adormece... 10.- Ankara, 7 de octubre de 2005: El largo dominio otomano. Es ya día 7. Al amanecer me levanto fresco y relajado, dispuesto a aprovechar la mañana para conocer un poco la ciudad. Alex sigue enfermo en su habitación y se decide que es mejor que se quede en el hotel para terminar de reponerse o por si es necesario atenderle. Salimos Fausto y yo. Reynaldo y Pierre prefieren darse una vuelta en bicicleta (hay un lugar cercano donde las alquilan). Fausto me anima, en un principio, a acompañarles... pero yo le digo que "las bicicletas son para el verano". No comprende. Le explico que es una película española pero que, en realidad, lo que ocurre es que no sé manejarlas. Me comprende y salimos a pie... Transitamos por calles con edificios monumentales hasta llegar al Mausoleo de Kemal Ataturk (el creador de la Turquía moderna). Estamos en la ciudad nueva. Por la noche iremos a divertirnos a la ciudad vieja, pero ahora nos deleitamos con los bellos jardines de Ankara, repletos de rosas de Jericó (unas crucíferas cuyas ramas se contraen en forma de bola en tiempo seco y se enderezan por efecto de la humedad) y malvas violáceas. Terminamos por desembocar en la Facultad de Filosofía y Letras. Respecto a las Letras turcas el escritor más clásico de los anatolios es Yunus Emre y hubo un poeta llamado Mahmut Baki (autor de un hermoso Diván muy lírico) que debió ser antepasado de la ministra ecuatoriana de Asuntos Exteriores (Ivonne Baki); pero los escritores turcos más afamados en el siglo XX y la actualidad son Nazim Hikmet ("¿Es un oficio el exilio?"), Mahmut Makal ("Nuestra aldea") y, sobre todo, Yasar Kemal (el más celebrado de todos por sus obras "Mémed el delgado", "Tierra de hierro" y "La hierba que nunca muere"). Nuevas ganas de escribir. Estamos ante la fachada principal de la Facultad y nos sentamos en unas escaleras, envueltos en medio de una juventud que pulula ruidosamente... Resulta que hacia el año 1299 un sultán turco llamado Osmán Gazi (Utmán I), de la ciudad de Sogut, consiguió independizarse de los selyúcidas e inició el Imperio Otomano. Muchos sultanes fueron los que extendieron dicho Imperio entre los siglos XIV y XV: Orjan Gazi (que logró establecerse en la Gallípoli europea y situó la capital otomana en Brusa), Murat I (que realizó grandes conquistas y trasladó la capital a Andrianópolis), Bayaceto I (que desafió a los cruzados en 1396 pero fue vencido y hecho prisionero), Mehmet I (que logró integrar a toda la Anatolia en el Imperio Otomano), Murat II (que siguó extendiéndose por tierras europeas), Mohamed I (quien al conquistar Constantinopla la convirtió en su capital y en una de las principales metrópolis del Islam), Selim I... y así hasta llegar a la época de 1520-1566 de Solimán el Magnífico (sultán con el cual los otomanos gozaron de su máximo esplendor). Pero no fue hasta más tarde, en 1639, cuando el Imperio Otomano comenzaba a sufrir sus primeras grandes pérdidas y derrotas (recordemos la Batalla de Lepanto en donde triunfaron los españoles aunque el insigne Cervantes quedó manco del brazo izquierdo) el año en que los otomanos lograron conquistar definitivamente el territorio de los kurdos incorporando al Imperio a todos los pequeños principados pero, no obstante, los feudos kurdos siguieron existiendo, viviendo con cierta autonomía y libertad, hasta el siglo XIX. Aunque los sultanes otomanos obligaban a pagar impuestos a la población kurda y reclutaba a sus jóvenes para el servicio militar, no intervinieron en su cultura ni en sus tradiciones (de ahí que siempre hubo bierta autonomía y relativa libertad entre los kurdos durante este largo período). Aún así, durante todo este tiempo algunos líderes tribales kurdos mantuvieron vivas sus aspiraciones tratando de obtener una total independencia política. Algunos resentimientos existentes contra ciertas imposiciones otomanas produjeron levantamientos bélicos de los kurdos. Verdaderas rebeliones ante el yugo otomano se produjeron sucesivamente en 1806, 1831, 1842, 1855 y 1880. Sin embargo, todas elllas fueron derrotadas debido, principalmente, al ancestral sentimiento de tribalismo que ha dividido siempre a los kurdos y no les ha hecho crear una verdadera concienca nacional hasta la actualidad en que los nacionalistas kurdos intentan la unión de todos ellos haciendo grandes esfuerzos por basarla en las cuestiones étnicas y culturales y no en las religiosas. El tribalismo kurdo del siglo XIX impidió la independencia del Kurdistán y la creación de una nación kurda, algo que, sin embargo, si lograron alcanzar en esta época, Grecia (en 1832) y Egipto (en 1856). Se nos ha pasado la mañana y debemos regresar al hotel. Por el camino de vuelta nos detenemos a tomar unas cervezas que, casualmente, me saben iguales que las que tomaba en la Cervecería Alemana de Madrid, punto de reunión de todos los amigos de la Facultad de Periodismo, los viernes por la noche, antes de ir a hacer tertulia e intentar ligar con las chicas a los pubs de la calle Huertas, especialmente al Fídula (uno de nuestros preferidos) y a otro cuyo nombre no recuerdo ahora pero en donde teníamos la costumbre de dejar poemas debajo de los cristales de las mesas... con nuestros números telefónicos... por si había suerte.... Llamo a casa. Todos están bien, excepto la abuelita Lucy que se ha caido y se ha hecho daño en una pierna. Me tranquilizan diciendo que no ha sido muy grave y termino de beber la cerveza. Este local se llama Adana y tiene muchas fotografías de la llanura de Cilicia en sus paredes. Es que resulta que su propietario es originario de aquella parte del sur antólico turco, en la costa del golfo mediterráneo de Iskenderun, la vieja Alejandreta de donde era nativo el apóstol cristiano Paulo de Tarso. 11.- Ankara, 7 de octubre de 2005: Los Jóvenes Turcos Después de comer conejo con una salsa de aceite de agradable sabor y acompañado de sésamo, hemos decidio ir a visitar uno de los famosos museos de Ankara. Encontramos una tienda de frutos secos donde compramos un buen paquete de pistachos (¡hace ya más de una década que no comía pistachos, desde cuando los compraba en la tienda de frutos secos que está cercana al bar Batán de Madrid, y los comía junto a Liliana mientras veíamos el televisor!). Llegamos a un museo especializado en civilización hitita. El pueblo hitita de la Antigua Mesopotamia siempre despertó en mi un particular interés desde que leí sobre ellos en la inolvidable serie semanal de tebeos El Jabato. Hemos visto numerosos objetos (desde cerámica hasta utensilios, vestiduras y objetos de arte) y nos han dado mucha información sobre este a veces oscuro pueblo hitita... pero de lo que se trata ahora es de seguir avanzando un poco más en la historia de los kurdos. Decidimos entrar en una cafetería. Con un café hirviendo acompañado de una especie de medialunas azucaradas (la media luna y la estrella de cinco puntas son símbolos blancos en la roja bandera turca) aprovecho unos minutos de relax para escribir mientras Fausto se relaja leyendo el libro que le ha prestado Reynaldo... A principios del siglo XX, exactamente en 1908, los Unionistas Turcos (más conocidos como los Jóvenes Turcos), ofrecieron igualdad de derechos a las minorías kurda, albana, armenia y griega. Los Jóvenes Turcos fueron los componentes de un grupo de intelectuales y oficiales otomanos, liberales y reformistas, que al principio se reunían en sociedades secretas pero luego lograron que el sultán Abdulhamid II, que gobernada desde 1876 de forma autocrática, restableciera la Constitución y que luego abdicara en 1909. Ellos pasaron a dominar el gobierno otomano hasta 1918... pero una vez en el poder se olvidaron de sus promesas y comenzaron a cerrar todas las escuelas y asociaciones que no fueran estrictamente turcas. Nació así un Pan Turquismo que para muchos politicólogos fue de ideología racista y chovinista y que resultaría fatal para las aspiraciones nacionalistas kurdas. El Pan Turquismo pretendía unir a todos los turcos para someter a toda Asia Central. Y así, bajo esta ideología ultra, en 1914 los Jóvenes Turcos decidieron exterminar a todas las etnias no turcas. Como consecuencia de ello, durante la I Guerra Mundial (1914-1918) más de un millón de armenios y varios miles de griegos fueron asesinados, ya que los turcos ansiaban tomar todo el control del comercio que hasta entonces estaba en manos de cristianos armenios al servicio del capitalismo occidental. Los kurdos entraron en el punto de mira de estas limpiezas étnicas y pronto comenzaron a sufrir también persecución exterminadora. Dejamos la lectura y escritura. Tres jóvenes turcos (dos varones y una chica) se han sentado muy cerca de nosotros. Nos dirigimos a ellos por ver si hablan inglés. Son universitarios, estudiantes de Literatura, y saben inglés. Los dos varones son expresivos, pero la chica es introvertida y sólo escucha. A éstos jóvenes les gusta la música moderna, nos dicen que acuden mucho a las discotecas y que, a parte de eso, les encanta el fútbol (están esperando que la selección turca clasifique al Mundial de Alemania) pero, sobre todo, les entusiasma ir al gimnasio a practicar halterofilia (el levantamiento de pesas es un deporte muy extendido en Turquía) y que admiran mucho, en este deporte, a sus compatriotas Mutlu y Suleymanoglu, que nos dicen que llegaron a tener el récord mundial de sus categoría. También les gusta practicar la lucha grecorromana, y en cuanto a la Literatura, resulta que uno de ellos es poeta y, al enterarse de que soy español, dice que ha leido mucho, en los Estados Unidos (donde estuvo estudiante antes) a León Felipe, y que le encantó el poema "El poeta prometeico" donde el hispano mexicano Felipe reinterpreta el tema del hijo pródigo. Le gusta mucho el desgarrado sentir de León Felipe y su maestría en el verso agresivo e inolvidable. Le pregunto si conoce "El payaso de las bofetadas" donde León Felipe se muestra un poeta de éxodo y de llanto, pero no lo ha leído. Después hablamos de costumbres turcas y españolas. Para nada tocamos el tema de la política ni el de la religión. En cuanto a la chica logro, tras grandes esfuerzos, que me diga que le gusta el patinaje y la natación y visitar algún día la Andalucía de España. Sobre todo Córdoba y su mezquita. Pero no dice nada más. En atención al gesto de hablar con nosotros pago sus consuminciones y ellos me lo agradecen muy amistosamente mientras me informan que si deseamos visitar la ciudad vieja y pasar una noche de fiesta no nos olvidemos de ir al Diararab. Salimos a la calle y se nos acerca un incansable vendedor de telas a ofrecernos su mercancía insistentemente. También vende relojes suizos. Nos logramos escabullir por la calle Bozca Ada, que ahora está repleta de viandantes, yo con las manos en los bolsillos (vieja costumbre que me viene de la más tierna infancia) y Fausto silbando a una bella muchacha que se cruza ante nosotros y que huye a toda velocidad. Hay en el ambiente un dulce y penetrante olor a nuez moscada... 12.- Ankara, 7 de octubre de 2005: Sèvres y Lausana Profunda siesta en el Buyk Surmeli. Todos duermen. Yo nunca me acostumbré, pese a los enormes esfuerzos de mamá, a las siestas y estoy escribiendo... El 15 de mayo de 1919 se dio por finalizada la I Guerra Mundial, pero los pueblos de Oriente se sintieron traicionados en sus derechos a la independencia. Me centro en lo que concierne al pueblo kurdo. El Imperio otomano llegó a su fin. Era la gran ocasión para los kurdos. El 10 de agosto de 1920, en Sèvres (ciudad cercana a París) se firma el tratado de paz entre los aliados de la Entente y Turquía. Po este tratado se reduce considerablemente el territorio otomano. Entre lo que se determina está la independencia de Armenia y la autonomía para el Kurdistán. Los armenios lo han logrado... pero los kurdos que quieren pasar de la autonomía a la plena independencia se pelean entre sí, los tradicionalistas no se ponen de acuerdo con los modernistas entre los mismos kurdos, hay un atraso general no solo en el pueblo sino en los dirigentes y los líderes que están negociando con las potencias europeas se muestran verdaderamente incompetentes. Mientras los armenios pueden mostrar en su pasado sucesivos períodos de independencia, los kurdos han carecido de Estado propio desde la caida del reino de Mitani, hacia el año 1.500 antes de Jesucristo y han sido siempre súbditos de los grandes reinos del Oriente Medio o, como en la Edad Moderna, han estado repartidos entre varios Estados. A los kurdos les está costando enormes esfuerzos conseguir que los aliados les otorguen la independencia. Hay muchos otros intereses (sobre todo la aparición de petróleo en su territorio) y no lo consiguen... Ante la amenaza del separatismo kurdo y teniendo como antecedente la reciente fundación del Estado de Armenia (1919) en Turquía se funda el Movimiento Nacional Turco, acaudillado por el general Mustafá Kemal (más conocido como Ataturk) que propugna la creación de un nuevo Estado cuyos límetes estén determinados por las fronteras nacionalistas turcas. Eligen a Ankara como sede del Movimiento y se designa a un comité representativo que asuma la dirección de las futuras insurrecciones frente a franceses y británicos. El Movimiento Nacionalista Kemalista rechaza el Tratado de Sèvres y hay batallas bélicas hasta 1922. En 1923, para mal de los kurdos, se firma, entre los aliados y Turquía, la nueva paz y el Tratado de Lausana (ciudad suiza junto al lago Leman). Se ha perdido la gran oportunidad para los kurdos de crear su propia nación. El Tratado de Lausana es un rechazo al Tratado de Sèvres e introduce muchas variaciones. Con él se garantiza la integridad territorial de Turquía, a la que se devuelve la Tracia Oriental y el Kurdistán pierde su autonomía cuando Gazi Mustafá Kemla Pasa (Ataturk) es elegido primer presidente de la República de Turquía. Bajo a la cafetería del hotel donde me encuentro con Mus que se acerca a mí, meloso y cariñoso, cuando le ofrezco una de estas galletas árabes que se conocen como "kahk". Y aparece Alex con cierta mejoría de sus dolores y mejor humor. El holandés está algo mejor pero no lo suficiente para acompañarnos a la fiesta nocturna. Me cuenta algunas anécdotas de sus aventuras juveniles por Amsterdam, cuando tuvo un período en que se debatía entre las mujeres de la prostitución y las drogas. Fue antes de ir al Ecuador y entonces solía viajar mucho a Batavia (la actual Yakarta indonesia) y la India. Siempre ha sido un impenitente viajero y añora ciertas noches vividas en Bombay, en el barrio viejo de Ulhasnagar... ¡Entrañable amigo Alexander! ¡Querido gigantón de más de 1,90 al que ahora veo postrado y tristemente abatido narrándome cuentos de la vida provinciana de su Volendam natal, cuando era sólo un muchachote que leía con avidez a Van Schendel y Verstijk! ¡Eres versión real de aquel holandés errante que un día de 1843 inspiró a Richard Wagner para componer su célebre ópera y que según la leyenda vaga por los mares hasta que encuentre una mujer fiel! ¡Sé que tus músculos de acero sufren ahora de profundos dolores físicos pero descubro que en tu alma existe un dolor todavía más fuerte y que has venido con nosotros sólo para intentar olvidarla a ella!. Tu compatriota Constantino Huygens, amigo de Descartes y de Racine, decía en el siglo XVII que toda poesía exige interpretación, lo cual engendraría la poesía-adivinanza holandesa del siglo XVIII. Y yo te adivino, ahora, como un eteno bohemio por las callejuelas de Amsterdam, como un personaje del Paraíso Perdido de John Milton trasvasado al teatro de Van Vondel (Adán en el destierro) y como un desesperado personaje de tu admirado Van Schendel, desnudo ante los absurdos del mundo. 13.- Ankara, 7 de octubre de 2012: Ataturk. Sucedió algo curioso cuando estábamos en la sala del hotel todos reunidos allí. Sucedió que apareció un majestuoso hindú, con un tablero de ajedrez bajo el brazo, haciéndonos saber que él había sido un aventajado discípulo del Gran Maestro ruso Mijail Tal y que retaba a una partida a quien quisiera jugar contra él. Sólo Pierre, que le dijo al hindú que era un pésimo jugador de ajedrez, ha aceptado el reto. Y comienza la partida con unos movimientos de apertura que, para mí, y confieso que sé muy poco de este juego y sólo debido a antiguas enseñanzas de mi excompañero de Banca Alfonso Ondaro, son muy poco ortodoxos y bastante desconcertantes porque, en contra de lo que dicen los entendidos, nadie se lanza a dominar el centro del tablero. Nosotros cuatro, cansados de esperar a que el hindú mueva las piezas, decidimos jugar al parchís. En el parchís (y rememoro aquella inacabada partida con Gloria Fuertes) las fichas amarillas de Alexander tienen una suerte endiablada. ¡Nunca había visto yo tantos seises y tantos cincos en un solo dado de ajedrez!. Al final no ganan mis fichas verdes (praderas de Zuloaga), ni las rojas de Reynaldo (morfologías de Matta) ni tampoco las azules de Fausto (murales de Kingman) sino las fichas amarillas de Alex (girasoles de Van Gogh). Pierre y el hindú (que ahora nos enteramos que se apellida Singh) han decidido terminar en tablas. Ni el hindú era tan excelente jugador como nos dijo ni el francés era tan pésimo como le dio a entender. Pero ¿quién fue Ataturk para los turcos y para los kurdos?. Grandes discrepancias según se mire... Los turcos consideran a Ataturk uno de sus más grandes personajes políticos de toda su historia. Mustafá Kemal Pasal (llamado por todos Kemal Ataturk) que nació en Salónica en 1881 y murió en Istambul en 1938, fue un militar que, ascendido a general en 1917, encabezó el movimiento nacionalista turco opuesto a las exigencias de los aliados de la Entente en 1919 y que luego fue elegido presidente del Comité Ejecutivo de la Gran Asamblea Nacional de Ankara en abril de 1920. No aceptó entonces para nada el Tratado de Sévres y luchó contra los nacionalistas kurdos que buscaban independencia de Turquía. Como consecuencia de sus victorias ante armenios, kurdos y griegos (1920-1922), obtuvo de los aliados el reconocimiento de las actuales fronteras de Turquía (por eso se le considera el creador de la Turquía moderna) por el Tratado de Lausana de 1923. Y después de deponer al sultán Mehmet VI en 1922 abolió el califato turco en 1924. Antes, en 1923, ya había sido elegido presidente de la República de Turquía (gobernó desde 1923 hasta su muerte acontecida en 1938). Emprendió, bajo su mandato, la transformación del país en un estado laico y moderno. El kemalismo de Ataturk se apoyó siempre en el modelo soviético de economía planificada y antiimperialista y durante mucho tiempo figuró como ejemplo de los pueblos de Asia combatientes por su liberación; por eso fue sorprendente, para los analistas políticos, el débil efecto que el kemalismo tuvo, sin embargo, en sus países vecinos de norte África (quizás como consecuencia de su tendencia antiislámica). Pero... ¿y los kurdos?. ¿Cómo ven los kurdos a esta controversial figura histórica de Ataturk?. Sencillamente como un feroz enemigo de sus libertades, un dictador despótico que los persiguió y los masacró cuanto pudo. Les abolió todos sus derechos. Los kurdos hacen recordar siempre, a quienes quieren escucharles, que Hitler y Mussolini sentían una gran admiración por Ataturk. En este complicado ajedrez político de la región sucedió también entonces otro movimiento táctico que perjudicó gravemente a los kurdos. Irak se declaró monarquía constitucional conforme a la Constitución de 1924 y, en virtud de otro tratado de 1926, se le adjudicaron a Irak los campos petrolíferos de Mosul y Kirku, en territorio kurdo. Este tratado tuvo lugar, sobre todo, a instigación de los ingleses. Si hasta entonces Irak había tenido, para los británicos, importancia geográfica como vía de comunicación a Oriente Medio y vía terrestre a la India, el interés de los británicos se centraba ahora prioritariamente en la explotación del petróleo. La cuestión de los kurdos ha estado, desde entonces, muy ligada a estos intereses. El movimiento independentista kurdo, apoyado por los británicos desde la I Guerra Mundial, fue rechazado ahora por una Gran Bretaña que abandonó a los kurdos y firmó convenios político-económicos con la nueva Irak, mandando incluso a sus tropas a luchar contra sus antiguos protegidos kurdos. Los intereses del petróleo se imponían sobre las anteriores promesas políticas. Y así la provincia kurda de Mosul fue atribuída a Irak en 1925, la explotación del petróleo fue confiada a la Iraq Petroleum Company en 1927 y en 1930 el tratado angloiraquí concedió independencia nominal a Irak. El "oro negro" ennegreció el futuro de los kurdos... Cierro el diario cuando todos nosotros excepto Alexander (que sigue con dolores y le han vuelto las fiebres) y Salat (que se queda a cuidarle) nos disponemos a salir a divertirnos a la ciudad vieja. Queremos visitar el Diararab que nos recomendó el joven turco. El taxista que nos lleva hasta allí es de Ankara, habla perfecto inglés, nos dice que se llama Aydin y que es una lástima que no vayamos a conocer Trebisonda (lugar donde nacieron sus antepasados y el gran Solimán el Magnífico) que está lleno de hermosos monasterios y mezquitas. Nos cuenta que en Trebisonda hay unos eremitas (ascetas que viven en soledad) que nos podrían enseñar muchas cosas piadosas, importantes y trascendentales sobre la vida espiritual en vez de perder el tiempo con los mundanos placeres del Diararab. En fin, es un moralista tremendo y nos dice que vamos a ir de cabeza al infierno. Es un individuo inefable este taxista y no se puede expresar con palabras su excesivo fervor religioso y su estado de mística conciencia. 14.- Ankara, 7 de octubre de 2005: La persecución cultural ¡Shawarma!¡Shawarma! Sensorial paisaje de influorescencias sutiles. Diararab es una sala de fiestas para turistas. Es elegante. Envuelta en una luz impermeable. En el ambiente hay un aroma de pachulí, esa planta de las labiadas de la que, además de su perfume, se extrae un aceite esencial en toda Asia y Oceanía. Nos ha costado sus buenas liras turcas pero la cena ha estado muy bien servida; en base a carnero con sésamo (ajonjolí), galletas y unos dátiles azucarados muy nutritivos. Todo acompañado de champán... Después ha surgido el espectáculo: baile con cimitarras, juegos malabares, tocadores y cantantes a la guitarra y, al final, un excelente grupo de bailarinas con sus clásicos movimientos sensuales. Me acompaña un cóctel de vodka, pero sólo uno porque soy muy poco bebedor de alcoholes. Entre las bailarina hay una que se parece extraordinariamente a Isabel, una chica del barrio de Las Ventas de la que estuve un tiempo tontamente enamorado cuando yo era sólo un chiquillo y mucho antes de conocer a Liliana. Liliana... ¿que estás haciendo ahora?, ¿qué estarán haciendo las niñas?. Siento deseos de volver ya a casa con este pesado corazón del que habló un día el amigo voremista Alberto ("todo pasa despacio y tarda mucho en salir, todo es difícil de ignorar, todo es una generosidad selectiva que te llena de responsabilidad y orgullo")... Dos horas después hemos decidido regresar al hotel para descansar. Mañana tendremos un larguísimo viaje hasta Diyarbakir donde nos reuniremos con los amigos kurdos de Salat. Y ya en la cama, arropado con las cálidas telas de mohair, abro el diario... Debido a las persecuciones de Ataturk, hubo un levantamiento muy serio en Kotchgiri (que logró inicialmente su independencia), pero este levantamiento quedó aislado evitándose así que el resto del Kurdistán hiciera lo mismo. Y fue vencido por las tropas kemalistas en 1921. Los kemalistas buscaron entonces eliminar estos brotes de las minorías étnicas por medio de la asimilación total (una especie de genocidio cultural de las minorías que tuviesen religión cristiana o islámica). Se desarrolló, de esta manera, en Turquía, una política de asimilación de los idiomas, las culturas, las tradiciones, las costumbres... para destruir todo lo que no fuese turco y surgieron frases y sloganes políticos como "Un turco equivale al mundo" o "Cuán feliz es quien se dice turco". Me levanto y me asomo a la ventana antes de ir a dormir. Las estrellas lucen en el cielo de ésta mi última noche en Ankara. Me da vueltas la memoria contemplando la luna. Por una extraña ilación de ideas me recuerda a la Isla de la Luna, que está en Bolivia, en el lago Titicaca, con sus enigmáticos restos arqueológicos incaicos. Enigmas de la luna. Hecho en falta los abrazos y los besos de Liliana a la que rememoro escuchando ambos a Bob Dylan (el contestario Robert Zimmerman) y hablando de ese otro Zimmerman, Bernd Zimmerman, el famoso compositor alemán de "Réquiem por un joven poeta". Vuelvo a admirar esta bella luna turca y ahora me acuerdo del libro "Lunario sentimental", el de la agitada escritura del argentino Leopoldo Lugones que le sirvió de transición entre el Modernismo y el Vanguardismo con sus versos, de temario cotidiano e irónico, escritos en un estilo de extremada pirotecnia verbal y lleno de metáforas inesperadas. ¡O tempora! ¡O mores! como dijo Cicerón en sus Catalinarias. ¿Por qué estaré siempre soñando con las lunas?... 15.- Kayseri, 8 de octubre de 2005: Inonu Ya hay bajas en el grupo. Antes de salir hacia Diyarbakir hay dos compañeros que nos abandonan. Uno es por voluntad propia. El otro por cuestión imprevista. No hubo mucha empatía entre Pierre y Salat. El francés no estaba de acuerdo con muchas de las indicaciones del kurdo. Hay algo muy importante o serio en lo que sus puntos de vista eran diametralmente opuestos. Ninguno de los dos lo ha querido explicar. Respetamos su silencio. Pierre decide, voluntariamente, no seguir el viaje. El otro, mi gran amigo Alexander, no puede continuar porque sus molestias físicas se han agravado. Nadie desea que le suceda algo irremediable. Pierre ha invitado al holandés a que regresen juntos a Francia y le ofrece trabajar con él. Yo sé que el anhelo actual de Alex es afincarse en Francia, pero no para seguir en el periodismo. Está muy cansado mi viejo amigo. Desea cambiar de vida y montar un restaurante de comida holandesa en alguna zona turística del norte de Francia. El piensa en Estrasburgo, Metz o Nancy... pero no en el París de Pierre. Reynaldo, Fausto y yo le hemos dicho a Salat que queremos seguir hasta el final. Y salimos hacia Kirikkale, en donde tenemos previsto desayunar. Kirikkale está muy cerca de Hatussa, un yacimiento arqueológico de Capadocia que fue la capital de los hititas y donde se encontraron numerosas tablillas de arcilla escritas con la literatura más antigua de la Humanidad. ¡Cómo recuerdo ahora mis clases en las aulas del colegio El Sauce de Cumbayá, cuando explicaba entusiásticamente a mis alumnos el contenido de La Leyenda de Gilgamésh!. Maneja ahora el auto Salat y yo, como siempre, voy de copiloto. Anoto en el diario... 1923: Ataturk nombra como primer ministro de Turquía a su amigo y colaborador Mustafá Ismet, más conocido como Inonu. Ismet Inonu declara solemnemente: "Solamente los turcos en esta nación pueden tener derecho. Nadie más tiene ningún derecho". A los kurdos sólo les queda ser sirvientes y esclavos. Como esto es insostenible, en 1925 estalla una insurrección general de los kurdos que dura 2 meses. Al final sus líderes son ahorcados públicamente en Diyarbakir. Como resultado final, cientos de poblados arrasados, miles de hombres, mujeres y niños masacrados, y cientos de miles de kurdos expulsados hacia el occidente de Turquía (casi todos murieron congelados en el durísimo invierno de las montañas del Taurus). Llegamos pronto a Kirikkale sin más sobresaltos que el de un momento muy intenso cuando estamos a puntos de estrellarnos contra un camión cargado de materiales de construcción. En el último instante, un volantazo hacia la derecha, nos salva de la catástrofe. Seguimos, después, lanzados hacia adelante. Pasamos por Yerkoy y tomamos una carretera comarcal en pésimo estado. Ya no deseo seguir escribiendo y me concentro en el paisaje. Abriré de nuevo mi cuaderno de notas cuando lleguemos, para almorzar, a Kayseri. La radio está emitiendo una entrevista con el escritor turco Kemal Sadt Gokzeli. Hablan de la libertad de expresión. Entrevistador y entrevistado están totalmente de acuerdo en una férrea censura porque es necesario controlar dicha expresión (me recuerda a Manuel Fraga cuando era Ministro de Información en el gobierno franquista). Y me quedo casi dormido contemplando un largo rebaño de ovejas. Salat me explica que la domesticación de cabras y ovejas surgió, por primera vez, en estas tierras de Oriente Próximo hace 9.000 años y que hay, en esta región del este de Anatolia, mucho comercio de obsidiana, malaquita y hematita. Yo sabía que la obsidiana es roca volcánica vítrea y que la malaquita es carbonato natural de cobre, pero no había oido nunca hablar de la hematita. Resulta que es un mineral de hierro y sirvió de base para la industria de armas en la Antiguedad (en plena Edad del Hierro). Como el hierro comienza a ponerse la atmósfera por donde transitamos... 16.- Kayseri, 8 de octubre de 2005: La rebelión de Dersim Kayseri es, exactamente, la antigua Cesarea de Capadocia, un centro cristiano importantísimo en el siglo IV y muy citado en las referencias históricas. En Kayseri hay otro museo hitita (ya que fue núcleo de este imperio entre los milenios III y II antes de Jesucristo) y desde su época cristiana (cuando se convirtió en importante foco de esta religión) existen numerosas iglesias rupestres decoradas con pinturas bizantinas. Es bonito Kayseri. Tiene sabor a Historia. Por las afueras de la población camina un pastor con su rebaño de cabras. Momentáneamente pasamos por delante de la antigua Ciudadela y a lo lejos divisamos la nevada cumbre del Monte Argeo (el Erciyas Dag en turco). Estamos a los pies de la cordillera montañosa de Ala Dag y el paisaje ha cambiado ligeramente. Hay bruma. Vemos algunos puentes de madera sobre corrientes de ríos caudalosos y, de vez en cuando, presas hidráulicas... Pero los kurdos no dejaron de sublevarse. Lo sucedido hizo que su carácter se hiciese más cerrado, más arisco, más belicoso, y comenzaron desde entonces fuertes insurrecciones en toda la región kurdistaní, que duraron hasta 1938 cuando Dersim (en la zona montañesa del noroeste kurdo) protagonizó un levantamiento que casi consigue su meta independentista. Una vez más fracasaron los kurdos por un asunto ya casi genético en ellos: el tribalismo. En esta ocasión este tribalismo kurdo fue hábilmente explotado por los kemalistas que, con la máxima "divide y vencerás", hicieron enfrentarse a las bandas kurdas entre sí. Lograron con ello aplastar la rebelión de Dersim. Hemos comido ligeramente en Kayseri (sopa y garbanzos con una variedad de coliflor llamada brúculi). Lo hemos acompañado con un vino de Konya. Estos vinos son famosos desde el siglo XIII... "Por la dura meseta castellana, al destierro con doce de los suyos, el Cid cabalga". El trayecto desde Kayseri hasta Malatya es montañoso (por ejemplo, Viransahir es un arcaico pueblecito totalmente encerrado entre los montes del Erciyas y aquí el tiempo está detenido a 2.266 metros de altura, metido entre la bruma y una sensación de cansancio mortal). Bajando por el Binboga Dag aparece una larga meseta. El ambiente se hace plomizo (casi ferruginoso) y por eso, montados en nuestro "caballito de acero" nos sentimos como los compañeros del Cid. Es preciso recordar al poeta José Zorrilla: "Ese vago clamor que rasga el viento es la voz funeral de una campana; vano remedo del postrer lamento de un cadáver sombrío y macilento que en sucio polvo dormirá mañana...". Y es que aquí, "cabalgando" hacia Malatya, hay un cierto sentido de la muerte en nuestro silencio interior. La atmósfera celeste se cubre con una capa de acerado gris. Sabe a ceniza el aire. Silencio. Silencio. Todos guardamos silencio. 17.- Malatya, 8 de octubre de 2005: El Acta y la Teoría Con las cabezas hechas plomos hacemos un breve descanso en Malatya, desde donde divisamos en la lejanía una montaña donde nos dice Salat que existen las ruinas hititas de Nemrut Dagr y que este nombre trae la memoria de aquel Nimrud que fue personaje legendario de la Biblia (el "valiente cazador ante el Eterno") que es transposición de un héroe mesopotámico que anduvo por aquí. Y es que la Biblia (en su Antiguo Testamento y aunque no lo quieran reconocer los fanáticos fundamentalistas norteamericanos tipo "obúsh") está plagada de leyendas mesopotámicas que recogieron los antiquísimos hebreos. En cuanto a Malatya, que está situada muy cerca del Eúfrates, es la vieja Eski del siglo XIII. Está muy poblada (unos 300.000 habitantes tiene hoy) y posee una gran mezquita a donde acuden con gran religiosidad los musulmanes. No lejos de aquí, en Arslan Tepe, ¡más ruinas hititas!. Dicen que hubo muchos relieves artísticos que fueron transportados desde esta zona hasta los museos de Istambul y del Louvre. El caso es que, volviendo a la historia kurda, durante los gobienros de Ataturk, Inonu, Gurel y Demirel (todos ellos con la misma política de asimilación de las minorías) se fueron destruyendo las marcas de referencia que existían entre los kurdos y se llegó a prohibir el vocablo Kurdistán y su idioma. De esta manera, los kurdos fueron diseminados por toda Turquía, además de los que estaban en zonas de Iraq, Irán, Siria, Azarbaiyán y Georgia. Ya en 1930, el gobierno turco había decretado el Acta de Residencia y la Teoría Histórica Turca de Ataturk por la cual se atribuía a la raza turca (en un exceso de chovinismo mesiánico) el origen de todas las civilizaciones. Esto determinó la ocupación definitiva de todo el Kurdistán y la expulsión de quienes no aceptasen tales postulados. Como consecuencia de ello hubo múltiples revueltas e intentos de resistencia. Y así se han contado un total de 27 levantamientos kurdos entre 1920 y 1944 (o sea, un levantamiento por año como mínimo). ¿Qué sucedió con todos ellos?. Que la táctica de guerrillas muy bien aprovechada por los turcos acabó con todos. Las razones de estos continuos fracasos se pueden resumir en tres. Primero: el sentido regional de estas insurrecciones las convirtieron siempre en levantamientos aislados rápidamente sofocados. Segundo: los líderes kurdos eran inadecuados y faltos de suficiente conocimiento. Tercero: las diferencias internas entre los propios kurdos fueron además agitadas por contrarrevolucionarios infiltrados por los turcos entre sus filas (los kurdos se destruyeron a sí mismo). Después de la rebelión de Dersim todas las escuelas fueron fuentes de adoctrinamiento de la ideología pan turquista. El mundo kurdo, subdesarrollado en extremo, ofreció grandes oportunidades a la burguesía turca (en pleno ascenso de poder) para expandir su economía y sus intereses y, por ejemplo, la construcción de carreteras en la región kurdistaní sirvió para que obtuviesen pingües beneficios de la minería y la agricultura regional. Se inició así un largo período de complicidad en el cual la Cuestión Kurda fue prácticamente enterrada ante la asimilación y el conformismo general. Los kurdos sólo volvieron a despertar sus ansias nacionalistas en 1973... Sentado en un mojón de asbesto (al lado de unas plantas conocidas como barrones), contemplo un enorme número de gallinas acompañadas de patos-botijos. ¡Cuánta gallinácea! ¡Nunca había visto tanta juntas a la vez! Una mujer musulmana, vestida de negro de pies a la cabeza y con un pañuelo negro, me recuerda a mi tía abuela María echando maíz a las galliformes. ¡Aquélla inolvidable tía María que tenía la vieja costumbre de guardar enormes montones de nueces debajo de la cama, no para esconderlas de nuestro voraz apetito infantil (como creíamos entonces) sino simplemente para que se secasen cuanto antes!. Y con la sed del recuerdo de las nueces me acerco a una fuente donde dos mujeres están recogiendo agua. Digo ¡hola! y se alejan como si hubiesen visto a un fantasma. A las mujeres de aquí les está terminantemente prohibido hablar con hombres en la vía pública y más si son forasteros desconocidos. Me regreso al mojón de asbesto a charlar con mi amigo Fausto de mujeres desconocidas... 18.- Diyarbakir, 8 de octubre de 2005: Tierra-baluarte A todo "galope de metal" pasamos la Presa de Keban (en el Eúfrates) y la ciudad de Elazig (con 200.000 habitantes en su haber) y a todo "galope de metal" bajamos hacia Diyarbakir, a orillas del Tigris, ciudad muy repleta de kurdos. ¿Cuántos kurdos hay en realidad? No existen estadísticas oficiales a este respecto y las cifras que se dan, extraoficiales, varían mucho según la fuente que se consulte. Los kurdos, que es la fuente que consulto ahora, dicen de ellos mismos que son aproximadamente (en números redondos para no fatigar la memoria), 34 millones y medio. Los desglosan de la siguiente manera: 20 millones en el Kurdistán Noroccidental (Turquía), 7 millones en el Kurdistán Oriental (Irán), 4 millones en el Kurdistán Meridional (Irak), un millón y medio en el Kurdistán Suroccidental (Siria) y 2 millones repartidos entre las repúblicas ex-soviéticas de Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Tayikistán y Kirguizistán. No existe, repito, una cifra concreta en ningún lado y yo creo, sinceramente, que esta cantidad que dicen los kurdos está ligeramente "inflada" (porque les interesa decir que son cuántos más mejor para sus intenciones) pero tampoco es motivo suficiente para descreerla. Si damos por válida esta cifra, resulta que, en porcentajes, el 58 por ciento de los kurdos están en Turquía, en Irán está el 20 por ciento de ellos, un 12 por ciento del total pertenecen a Irak, un 4,2 por ciento a Siria y el restante 5,8 por ciento se encuentra repartido entre las ya cinco repúblicas ex-soviéticas antes citadas. ¿Y qué es Diyarbakir en este disuelto panorama? Una tierra-baluarte de los kurdos desde el siglo X, mucho antes de ser islamizados, perteneciente en esa época a la familia de los marwanies (que por cierto también tuvieron presencia el el Algarve portugués y en Mérida y Badajoz en el siglo IX). Entre los más famosos antiguos hombres de ésta época siempre recuerdan los kurdos a un poeta ciego y escéptico que se llamó Abu Ala al-Maarri (una especie de Sófocles kurdo, de origen sirio y célebre por la audacia de sus ideas religiosas). Los marwaníes kurdos fueron dueños de un país muy rico por su agricultura, sus minas y sus industrias y desempeñaron un papel de mecenas artísticos. En tiempos de los otomanos las tribus kurdas de los alrededores de Diyarbakir tenían gran importancia. La ciudad, propiamento dicho, existe desde el año 890 antes de Jesucristo y sus campos producen gran cantidad de trigo, paja, hierro, bronce y plata. De aquí partía, en la antiguedad, la "ruta del estaño" que se dirigía hacia el norte de Siria, el Eúfrates Medio y la Alta Mesopotamia. Y también la "ruta del hierro" que llegaba hasta Damasco. Hoy existe en Diyarbakir un museo con hermosas estelas de piedra (especies de monolitos que "hablan" de sus pasadas glorias). En cuanto a la realidad actual es una ciudad próspera pero muy hirviente. Hay mucha tensión ambiental en Diyarbakir y mucha vigilancia policial y militar, ya que en las calles más escondidas de esta metrópoli es donde se refugian los guerrilleros del PKK kurdo cuando no están en las montañas. En una vivienda cercana a las viejas murallas (que se erigieron entre los siglos XI y XIII) es donde vamos a descansar. Es el hogar de una joven pareja kurda (amistosos y pacíficos) que nos ofrecen un té con galletas y un poco de mermelada. En una de sus habitaciones, sobre colchonetas y con mantas (frazadas dicen en Ecuador) nos disponemos al profundo sueño. Desde la habitación vecina suenan los muelles de una cama. Nadie dice nada de lo que pueda estar pasando "al otro lado de la frontera". Sólo Reynaldo murmura un Calila e Dimna somnoliento... pero yo ya no tengo fuerzas para pensar en Muqqaffá ni en Alfonso X el Sabio y los apólogos quedan flotando en mi vacío interior. "Ser prudentes y ceder ante la fuerza en caso de necesidad" (es un consejo moralista del Calila e Dimna que, aunque obra de carácter burgúes, también es muy popular). Y lo acepto vencido por el cansancio mientras Fausto baja las persianas. Un hilillo de luz de madrugada (son ya las 2 de la noche) penetra por entre las rendijas verdes. Todo el ambiente se me hace La Casa Verde de Vargas LLosa, con nuestras historias vitales paralelas, cada uno de nosotros con su código particular. Yo, por ejemplo, ahora estoy flotando entre las verdes praderas del vasco Zuloaga y la verde mirada de un lejano mar que me dice "Vuelve pronto a casa, papá". 19.- Diyarbakir, 9 de octubre de 2005: Dialectos kurdistanos Mañana fresca, fría, un poco doliente de tanto sentir el suelo. Se nos pasa conociendo al grupo de kurdos que nos invitan a ir al Lago Van. Por cierto, uno de ellos (llamado Inakan) me entretiene, a través de Salat, con la vieja historia del Arca de Noé... pero el Noé bíblico (¡que también está basado en una leyenda mesopotámica!) no se llama aquí Noé sino Ut-napiutima, un héroe sumerio que embarrancó el arca en el Monte Nisir (que los hebreos localizan en Ararat). Me aclara que en realidad el Ararat (o Nisir) no es un monte en concreto sino la región conocida como Urartu, que corresponde a Armenia. El caso es que el verdadero monte Ararat (a más de 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar) está situado en Turquía, entre los valles del Aras y del Zangmur, en el límite con la frontera de Armenia. En fin, cada uno cuenta la mitología según su manera de explicar la Vieja Historia... El desayuno es a base de café caliente con dátiles y un poco de pan con mantequilla. Nos hemos cambiado de ropa. Dicen que a partir de aquí, en las montañas, aumenta mucho el frío. Disfrazados de kurdos, con mucho de algodón tipo peluche, partimos hacia Van. Lo que son las cosas... ¡yo había bautizado al gato angorano de Ankara con el nombre de Mus (por lo del juego de cartas) y ahora resulta que hay un pueblo llamado Mus entre los kurdos! Pero no pasamos por allí sino que, una vez rebasado Bitlis, la carretera se bifurca: por la izquierda se va a Mus, por la derecha se llega a Tatvan (en la misma orilla del lago). Vamos por la derecha... Oigo hablar en kurdo. No entiendo nada y pregunto qué idioma es. Me ofrecen tabaco mientras me lo explican detenidamente. El kurdo es un idioma indoeuropeo, del grupo iranio, que presenta tres principales dialectos: el kurmanji, el sorani y el zaza. El kurmanji es el kurdo occidental, se habla en las regiones de Diyarbakir, Mardin, Saert y Julamesh y llega hasta cerca de Erivan (en la Armenia rusa). El sorani es el kurdo oriental y se habla en las regiones de suleimanish y Senn extendiéndose hasta la Persia Central y Afganistán. El zaza es muy minoritario (kurdo meridional), se llama más exactamente zazaqui y se habla en las regiones de Kermandash y el país de los Bakhires y los Lauris, llegando hasta Cilicia y Siria. Pero con el idioma kurdo sucede algo parecido a lo que ocurre con el vasco. Son dos idiomas indoeuropes (aunque todavía hay algunos pocos estudiosos que lo dudan) pero aún no se ha encontrado la primera raíz de ellos. ¿Dónde nació exactamente el kurdo?. Su verdadero origen se pierde en la prehistoria, y como el vasco, tiene diferencias sustanciales con otros idiomas primos hermanos. Este grupo de kurdos me está hablando en kurmanji y antes de llegar a la ciudad kurda de Van vemos abundantes bandadas de palomas y patos. Nos detenemos en Turvan. En esta orilla del Lago Van, mientras las bandas de aves y patos son muy numerosas, decidimos que el camino hasta Van no lo vamos a hacer por carretera sino que vamos a cruzar el Lago en barca. Las palomas vienen y van desde la orilla a los tejados de las casas, En estos territorios del lado sur del Lago Van es donde el conquistador otomano Bayazid tuvo fuertes conflictos armados con los mamelucos (por el control del pequeño principado de Dugaldir, entonces independiente). Mucho sabemos de los mamelucos, milicia turcoegipcia, compuesta originariamente por esclavos, que luego constituyó una dinastía y dominó Egipto desde 1250 hasta 1798. Pero ¿quién fue Bayazid? Si nos aclaran que fue el mismo que conocemos como Bayaceto I ya podemos definir con exactitud. Bayazid fue un sultán otomano que gobernó desde 1398 hasta 1402 y desafió a los cruzados. Terminó vencido y hecho prisionero por Timur Lang. Y Timur Lang, que fue llamado El Cojo, era nada más y nada menos que el célebre Tamerlán de los turcos: heredero y continuador del gran Gengis-Khan. Vuelvo a la actualidad. Las aves y los patos siguen cruzando el lago. Arrojo una pieda y contemplo como las ondas se expanden desde el centro concéntrico hasta la orilla. Mi tío Angel me enseñó de pequeño, en el embalse de Alarcón de la conquense Valverde del Júcar, a hacer resbalar cantos lisos por la superficie del agua. Lo intento. Fausto lo hace mejor. Fausto está supercontento porque se entera que Ecuador ha clasificado al Mundial de Fútbol de Alemania 2006. Yo me entero que España tiene superdifícil clasificar directamente y que tendrá que jugar una repesca. Eso os pasa por empatar en casa... me canta en pareado mi amigo Fausto. Reynaldo no quiere saber nada de fútbol. Chile no va a clasificar... Bueno, esto del fútbol sólo nos sirve como un relax. ¡Qué coas! Ecuador, durante todo el siglo XX no clasificó nunca y en lo poco que llevamos del siglo XXI ha clasificado dos veces. ¡Caprichos del viejo Cronos! ¡Ninguna alegría en el largo período de 80 años y dos milagros en sólo apenas seis!. Por cierto, Cronos es el mismo Saturno romano que devoraba a sus hijos. Tenemos ganas de comer. Nos ofrecen pescaditos fritos. Devoramos los pescaditos al igual que Cronos, padre de Zeus, devora el tiempo... Por cierto ¿cuánto tiempo hace que comí aquellos deliciosos chanquetes malagueños con mis amigos Carlos y Raúl? Depende. Todo depende de cómo midamos nuestra propia edad. Yo soy el joven veinteañero que está comiendo chanquetes, con Carlos y Raúl, en las fiestas de Motril, en pleno puerto del Varadero... 20.- Lago Van, 9 de octubre de 2005: Zyriab, cantos y leyenda lacustre. El lago Van es el más grande de Turquía, con sus 3.700 kilómetros cuadrados de extensión. Está situado entre las bellas montañas del Monte Suphan y las Montañas Ihtiyar Sahap. A 1.646 metros de altitud sobre el nivel del mar, sopla un aire fresco que brisa las aguas. Dentro del Van existen varias islas con antiguos monasterios e iglesias. La más importante es la Isla Akdamar. Hacia ella nos dirigimos en nuestra barca de tipo patera, con un fondo muy plano, que sirve normalmente para la caza de patos... En la Isla de Akdamar hay una iglesia construida en el siglo X. Es la Iglesia de la Sagrada Cruz y sus murallas exteriores de piedra están ricamente talladas con escenas y figuras del Antiguo Testamento. Aquí nos cuentan la leyenda del lago... Se dice que existe un monstruo marino en las profundidades del lago y que lo han visto numerosas personas (entre ellas el gobernador de la provincia). Hay incluso videos que lo muestran. Es un primo hermano de la escocesa Nessie del lago Ness. Dicen que es de color pardo negruzco y que mide 15 metros de longitud. ¿Es posible que exista una especie de animal marino prehistórico en las aguas del Van y en las del Ness? ¿Sólo es producto de la fantasía popular?. Creer o no creer es igualmente lícito; todo depende de la imaginación de cada ser humano. Saliendo de Akdamar, uno de los kurdos de la barca comienza a cantar en su idioma. ¡Está prohibido cantar en kurdo ante las autoridades turcas!. Pero el kurdo está alegre y se siente libre. Salat vuelve a contarme la historia de Zyriab. El más célebre cantor de la antigua historia kurda fue Abulhasan Ali Ben Nafi, a quien todos conocía con el sobrenombre de Zyriab, que significa "oro líquido" o "agua de oro". Personaje legendario medieval, Zyriab fue un poeta kurdo de Bagdad, que vivió en la corte real del lírico califa Harum al-Raschid (786-806), el famoso califa de los Cuentos de Las Mil y Una Noches. En Bagdad, Zyriab tuvo tanto éxito como poeta y cantor, que el poderoso cortesano Isahab Al Mosuk, lleno de envidia y de odio hacia el trovador kurdo, juró públicamente matarlo. Zyriab huyó entonces a Al-Andalus, al Califato de Córdoba donde reinaba otro gran califa amigo de poetas y mecenas y protector de artistas. Era Abderramán II. Y allí, en Córdoa La Sultana, Zyriab revolucionó el mundo de la moda, la gastornomía, las costumbres y, sobre todo, la poesía y el canto. El Pájaro Negro, como se le llamaba también a Zyriab, abrió en el año 711 la primera escuela de canto de la capital cordobesa. Se entretuvo en educar la voz, la frase, la declamación y la lírica de sus alumnos. Y tuvo la feliz idea de introducir la quinta cuerda en el laúd (poniendo así en práctica las especulaciones de Al Kindi). Introdujo, así mismo, la pluma de ave para tañer este instrumento musical. No contento con todo ello, Zyriab creó la nawba (nubla) que se conrvirtió en una suite clásica (vocal e instrumental) englobando las influencias cristianas, judías y bereberes, con el clasicismo oriental. De ella precisamente deriva la actual wesla o suite clásica oriental de origen andalusí. Pero hizo aún más cosas importantes este poeta. Introdujo el ajedrez en Al-Andalus (que tuvo tan pronta acogida en los reinos cristianos que los españoles llegaron a ser los mejores jugadores del mundo -recordemos a Ruy López y Alfonso X- hasta que en el Renacimiento fueron superado por los italianos). Y también fue Zyriab el que puso las bases del flamenco, aprovechando la antiquísima tradición de los cantes y bailes callejeros de la Bética, que se habían extendido desde Cádiz. Así es como surgieron las primeras zambras y lailas de los orígenes del flamenco actual. El kurdo de la patera sigue cantando y desgranando poemas de Sivan Perwer (el cantautor kurdo actual más reconocido a nivel internacional y el más representativo de su pueblo) pero también canta poemas de la dama Golistan Perwer y del caballero Mahmud Kizil de Diyarbakir (ambos actualmente en el exilio desde que se fueron a Alemania cuando Sadam Hussein masacró multitudes de kurdos Yezidas en su loco deseo de exterminarlos). Hoy el Centro Kurdo PEN, dirigido por Pir Xidir, Enkere Buyik, Kemal Tula, Xabat Sahkir y Zorab Alaian, fomentan continuamente actos para dar a conocer la cultura kurda, la forma de pensar y vivir de los kurdos y sus reivindicaciones nacionalistas, entre ellas las canciones que están prohibidas en Turquía. Llegamos a la orilla de la ciudad de Van. El joven kurdo sigue cantando su alegría y sus canciones de reivindicación, de amor a la mujer, de esperanza por conseguir una patria... Un tordo posado en el suelo, al lado de las aguas, nos da la bienvenida. Es un tordo similar a los que se ven en España y en toda América del Sur. El Pájaro Negro, Agua de Oro y Paco de Lucía tocando magistralmente la guitarra... En mis entrañas se reproduce la escena de Pepa Flores cantando al poeta de Santa María ("¡Al timón de la poesía, Rafael, al timón de la poesía!") pero Alberti ya está muerto. Yo tomo mi pluma y escribo (Más allá de las fronteras terrenales / hay un sueño llamado Libertad / ¡Cantad, cantad poetas populares / hasta que todos tengamos dignidad!). Y llegamos a la ciudad de Van. 21.- Van, 9 de octubre de 2005: El renacer de una conciencia ¡Linda la ciudad de Van!. Ubicada en un oasis que es verdadero vergel al pie de un pico rocoso, la ciudad de Van, en la orilla del lago, es la antiquísima capital urartiana de Tushpa, el reino del Oriente Antiguo, de los siglos IX a VII antes de Jesucristo, que después de ser rival de los asirios terminó devastado por las invasiones cimerias... Hay aquí una imponente Ciudadela de aquella antigua época, con muros tallados en roca (las famosas fortalezas urartianas) en donde se encuentran escrituras cuneiformes. Hay una de ella, en especial, que sirve como homenaje al gran Jerjes, aquel rey aqueménida (hijo de Darío I) que reprimió las revueltas de Babilonia y Egipto, aunque luego no logró alcanzar su sueño de dominar a las ciudades griegas durante la segunda guerra médica. Después, víctima de una intriga palaciega, Jerjes fue asesinado. Retomo el entorno histórico de los kurdos en el siglo XX. Durante la II Guerra Mundial, Turquía permaneció neutral. Eso le sirvió para que los norteamericanos (por supuesto que guiados por sus intereses petrolíferos, económicos y estratégicos en la zona) aplicaran su plan Marshall en Turquía. Desde entonces los gobiernos turcos han estado abriendo su territorio a los norteamericanos siempre que éstos lo han necesitado y buscan con ansiedad pertenecer ampliamente a la Unión Europea y al mundo occidentalizado. Esto, que benefició mucho a los turcos, ha sido sin embargo una rémora para las reivindicaciones de los nacionalistas kurdos. Durante décadas hubo gran silencio sobre la llamada Cuestión Kurda. Sin embargo, jóvenes estudiantes kurdos de Ankara y otros lugares del exterior, comenzaron a tomar conciencia reivindicativa en la década de los 60 (década profusamente agitada en el mundo entero). Llegó la década de los 70 y las ideologías marxistas entraron en apogeo en algunas zonas asiáticas. Fue cuando los comunistas prosoviéticos instauraron un gobierno en Afganistán. La URSS luchaba por adentrarse en la zona del Oriente Próximo y los Estados Unidos hacía lo imposible por impedirlo. Todo ello influyó en los universitarios kurdos nacionalistas. Así, en 1972, un grupo de ellos rompió el silencio ofreciendo una conferencia internacional. Su discurso planteaba una postura de enfrentamiento contra lo que ellos consideraban chovinismo y fascismo por parte del gobierno turco. En 1973, un grupo destacado de jóvenes kurdos (Kaytan, Beyik, Karer, Pir...) liderados por las ideas moderadas de Abdullah Ocalan, fundaron el PKK (Partido de los Trabajadores Kurdos). Pronto se extendió su influencia, sobre todo entre los trabajadores y los campesinos del Kurdistán, y durante las últimas décadas del XX hubo muchas manifestaciones culturales kurdas, agentes infiltrados para sabotearlas y acabar con los líderes del PKK, actos de rebeldía por parte de los kurdos, y la postura norteamericana de no apoyar al PKK sino intentar que se disolviese porque tenía ideología comunista. Lo que sucedió fue inevitable. Las posturas se fueron radicalizando. El asesinato de un líder del PKK hacia 1985, la acusación internacional de que habían sido los kurdos quienes perpetraron el asesinato del político sueco Olof Palme en 1986 y las continuas y completas divergencias entre kurdos y turcos respecto a la autonomía del Kurdistán, desembocaron en la decisión kurda de tomar las armas a partir de finales de 1986. Desde una perspectiva profundamente pacifista "el lenguaje de las armas" es siempre odioso. Nunca deben dirimirse las cuestiones políticas por las armas, pero... los humanos que reivindican y los humanos que se oponen a las reivindicaciones suelen terminar siempre usando las armas... Sentados a la sombra de una palmera datilera (tronco simple, largo, esbelto... con un penacho de robustas hojas en su cima), Fausto, Reynaldo y yo estamos siendo observados por un enorme perro sanbernardo que permanece sentado frente a nosotros, que abre la boca y bosteza y que nos mira de una manera algo indolente. ¡Qué lástima que no lleve, en el cuello, ese barrilete de licor que sirve para animar a los que se han perdido en las montañas nevadas! Lo miro fijamente. ¡Es Beethoven! ¡Se parece enormemente a Beethoven, aquel prodigio de las ideas de libertad y justicia de la Revolución Francesa! ¡El cantor de la generosidad y la alegría a pesar de su sordera! ¿Será también sordo este sanbernardo? Para comprobarlo empiezo a entonar lo de "Escucha hermano la canción del nuevo día". Beethoven no se mueve para nada. Reynaldo me observa y ríe. El chileno intenta comprobar también si es sordo o no este perrazo y canta las primeras estrofas de La Muralla. Como el sanbernardo no mueve ningún músculo de su anatomía, se levanta y le recita "En su llama mortal la luz te envuelve" (que es del Crepusculario de Neruda). El sanbernardo se levanta y se marcha aburrido ante la pésima voz de Reynaldo. Crepúsculo en Van. Claridad de anochecer. Crescendo de la intensidad de los sonidos del aire soplando las hojas del palmeral. ¿Quién pudiera ser platero para labrar una joya con los rayos de la luna? Fausto me ofrece una manzana. Como dijo Borges: "Y quedé entre las cosas miedosas y humilladas, encarcelado en manzanas diferentes e iguales como si fuesen todas ellas recuerdos superpuestos, barajados, de una sola manzana". Y es que Borges fue uno de los primeros en comprender la esencia del escenario ciudadano. Cae el velo de la noche sobre la ciudad de Van. Luna de enfrente borgiana. La luciérnaga de Azuela parpadeando al compás de la canción de la verdad sencilla de la portorriqueña Julia de Burgos y la danza que sueña la tortuga de Carballido. No. No estoy delirando. Son sólo recuerdos de literatura hispanoamericana que me llegan al pensamiento mientras escucho el ladrido de los perros de la noche (como hubiera dicho el griego Taso Costanakis si estuviese vivo y sentado aquí junto a nosotros). 22.- Hakkari Dag, 10 de octubre de 2005: Sadam y los kurdos. Partimos hacia las montañas. Cabalgata. Nos han preguntado si sabemos montar a caballo. Nos defendemos medianamente bien. Yo aprendi de niño gracias a las enseñanzas de mi padre en el campamento de Hoyo de Manzanares. Eran tiempo del famoso jinete Paco Goyoaga, que era amigo de papá. El caso es que, ahora, nos defendemos lo suficiente para no caer desbocados por entre las peñas. Estamos en el Hakkari Dag, muy cerca de la frontera con el Kurdistán iraquí. Los kurdos son formidables jinetes desde los tiempos más remotos de su antiguedad... Hemo dejado atrás, en las tierras bajas, las plantaciones de arroz, de algodón, de tabaco... las tierras del maíz y del trigo y las hortalizas y frutales de las riberas y los oasis. Esto son ahora montañas escarpadas de muy difícil acceso. El prepaisaje está lleno de matorrales de estepa, bajas formaciones vegetales, coscojas de corta altura y achaparradas, hierbajos perennes, juncos, algunos esparcidos álamos y sauces. También tuvimos que atravesar un gran bosque de robles. Y luego, esto, las ariscas montañas, amigas de los kurdos. Por el camino me cuentan una vez más que hay kurdos en diversos países y que además de los de Asia hay grupos numerosos de ellos expatriados en Alemania, Suecia, Francia y Estados Unidos. Los kurdos turcos exigen de las autoridades gubernamentales de Ankara una mayor autonomía para su región y, sobre todo, que se respeten su idioma, su cultura, sus costumbres; los kurdos de Irán y sobre todo los de Siria viven más acomodados porque no son apenas perseguidos... pero los kurdos del Irak, al otro lado de la vertiente de estas montañas, han tenido que soportar verdaderas persecuciones e intentos de ser exterminados. Fueron los años en que Sadam Hussein gobernaba en Irak. Sadam Hussein fue para los kurdos iraquíes lo mismo que Hitler para los judíos. Un implacable perseguidor que, enloquecido, buscó mil y una oportunidades para exterminarlos. En 1961 se había producido un levantamiento general de los kurdos en Irak. Esto duró hasta 1975 cuando, a través de un acuerdo con Irán, se decidió poner fin a la rebelión. Pero en 1979 Sadam Hussein subió al poder en Irak y comenzó una sistemática persecución contra kurdos y chiitas. En 1980 estalló la guerra entre Irán e Irak (que duraría hasta 1988). Durante estos ocho años los kurdos (que luchaban contra Sadam) fueron literalmente gaseados y masacrados. Es muy conocida, por ejemplo, la aldea o pueblo kurdo iraquí conocido con el nombre de El Pueblo de las Mil Viudas, porque las tropas de Hussein mataron a todos sus habitantes varones (fuese cual fuese su edad) además de violar a las mujeres. Durante la Guerra del Golfo (ocurrida a raíz de que Sadam se apoderase de Kuwait) los kurdos fueron nuevamente masacrados por las tropas del dictador iraquí. Tanto es así que la ONU, a petición de Estados Unidos, tuvo que crear una zona de exclusión aérea, en el Norte de Irak, para proteger a los kurdos. Es por eso que en la reciente invasión norteamericana sobre Irak, que destronó a Sadam Hussein, los kurdos ayudaron a que las tropas norteamericanas pasasen y ocupasen rápidamente el Norte de Irak. Llegamos a una de las dispersas aldeas montañesas del Hakkari Dag. Estamos en el corazón genético de los kurdos. Estas típicas aldeas de la región están formadas por casas cúbicas superpuestas, construidas con piedra, barro y madera. Este mundo es un ecosistema cerrado: la vegetación, el río, la montaña y el ser humano... todo ello envuelto en una convivencia de familias endógenas, formando clanes y asociaciones tribales. Hoy, sin embargo, la vida moderna ha llevado a muchos kurdos a habitar grandes barrios en ciudades populosas. Las montañas están quedando vacías. Estas bellísimas montañas en las que nacen ríos que son afluentes del Tigris. Un poco más lejos de aquí, en un valle más al este, nace y discurre, por ejemplo, el Gran Zab (afluente muy importante del Tigris creador de las primeras civilizaciones humanas). Hasta aquí, hasta estas recónditas montañas, llegan las historias del legendario héroe mesopotámico Gilgamésh. El Gilgamésh de los antiguos sumerios incursionó, en algunas de sus aventuras escritas en tablillas de arcilla cocida, en lo que llamaron la región de los hombres-escorpiones (los más antiguos pobladores del Kurdistán). Llega la hora de comer y descansar. Estamos reunidos en el hogar de una familia kurda. Por aquí pasó y vivió hace años mi amigo Manolo, originario de la Vallecas cheli madrileña, que es quien me hizo conocer a Salat en la pasada primavera. Conocedor amplísimo del flamenco, muy amigo de cantantes de este arte y de un ex-boxeador vallecano llamado Poli Díaz, este Manolo cheli (que un día me enseñó un hermoso poster de Pepa Flores que la ex niña Marisol le regaló un dia de reunión amistosa) enseñó algunas frases españolas a los pobladores de esta aldea. Con esas frases "rompemos el hielo" y con Salat como traductor pasamos varias horas comunicándonos con la familia. Un muchacho de catorce años de edad, llamado Mahmud, nos dice que sueña un día con ver una patria kurda y que quiere estudiar para ser uno de sus gobernantes. Como le gusta el fútbol saca una pelota y avisando a unos amigos nos ponemos a jugar con ellos al fútbol en una pequeña ladera. El no sabe nada de Distéfano, Pelé o Maradonna, pero tiene como ídolo a Potele, que fue un pequeño delantero del Rayo Vallecano de los años ochenta. ¡Cosas de Manolo El Pikabeta de Vallecas! En las mil extensiones nevadas de las montañas los ríos transcurren ruidosos venciendo los desfiladeros. Las montañas suben y bajan como olas que se mueven. Las montañas a veces se ven como menudos guijarros verdeantes, con cálidos precipicios abruptos a los lados de los ríos, unos ríos que saltan y cruzan por debajo de puentes férreos. Las sombras se extienden entre rocas y caserones. Y una especie falcónida, un ave rapaz diurna que puede ser quizás un halcón de la especie sacre (de color blanco con manchas pardas) cruza por el ámbito azul que hay sobre nuestras cabezas. Sólo falta la aparición de un cetrero para completar esta estampa medieval. 23.- Hakkari Dag, 10 de octubre de 2005; Fiesta con guitarras... Reunión para divertirse. Se celebra una fiesta. Un conjunto de seres mágicos, surgidos de entre las peñas, abandonan por un momento la gravedad de su carácter y celebran un acontecimiento festivo. Somos invitados de honor en el festejo. Demostración de cariño de estas gentes por lo común duras y serias. Habría que ser una especie de Ernest Hemingway para describir detalladamente esta vivencia. Una especie de cronista de la fuerza moral del hombre que se mide con el mundo y con los seres cuerpo a cuerpo... A los kurdos, cuando están de fiesta, les encanta todas las clases de flores y los colores en su vestimenta. Tienen a la Naturaleza dentro del cuerpo y es para ellos un espejo donde identificarse: rocas, cascadas, espíritus y personajes que habitan en ella. Adornan todo con telas multicolores. Los pintores dibujan árboles, animales, estanques, montañas (como hace el famoso Mansour Ahmed) y hoy es lunes. ¿Qué quiere decir ésto? Que el color de hoy es el negro. Los kurdos señalan cada día de la semana con un color: el rojo es para el domingo, hoy lunes se simboliza con el negro, el lima es para mañana martes; el miércoles será el azul el privilegiado; el violeta es para el jueves y el verde para el viernes; por últmo, el color del sábado es el amarillo. Hoy no es sábado pero hay fiebre amarilla en el ambiente soleado... La gastronomía servida es muy sabrosa: sopa harira, penachos de cordero, arroz con pasas y cebolla confitada, pisto moro (que se llama chakahuja), unas croquetas, nombradas kuba, recubiertas con arroz tostado y rellenas de carne picada, salsa harissa para acompañar y unos deliciosos sorbetes de higo más un gran pastel de nueces. Escuchamos, mientras comemos, música de Celal Gulzeses (de preferencia entre los kurdos) y también de la dama Aynur (la canción "Kage Furdan"). Hay aquí violines, flautas, baglamas, salterios y guitarras... y en medio de la fiesta hablamos de literatura kurda. Salat me cita a Fazuli, Hariri (un poeta del siglo XII, autor de varias maqamat y célebre por su estilo preciosista), Salman, Jaziri, Nefi, Nabi, los hermanos Ahmed... una serie, en fin, de autores que bien se merecen un estudio profundo y una amplia investigación para un ensayo. Pero las tres obras ya clásicas de la literatura kurda más representativa son: la Crónica de Cherif, la Epopeya de Mem y Zin y la Balada de Dim-Dim. Cherif Khan Bitlisi escribió en 1596 su famosa Crónica. Este autor es el más reconocible historiador de la antiguedad kurda. Su Crónica abarca desde el origen mítico del pueblo kurdo (con la sublevación del herrero Kawa contra el monstruo Zohab) hasta los floridos principados kurdos del siglo XVI. Es una verdadera referencia histórica de las tribus del Kurdistán. Los kurdos también tienen su particular pareja de Romeo y Julieta. Es la Epopeya de Mem y Zin, escrita en 1695 por Ahmed Khani. Es la historia de un amor imposible entre estos dos jóvenes pertenecientes a tribus enemigas. Es el resultado sociológico de la tragedia que siempre ha habido entre los kurdos por culpa de sus rivalidades tribales. Y es, además, un ejercicio de reflexión sobre la necesidad de crear una nación kurda, que ya existía en tiempos de los imperios persa y otomano. Por último, la Balada de Dim-Dim es un relato épico similar a nuestra Numancia. El esplendor del principado de Bradist y su destrucción por los otomanos. Dim-Dim era una ciudad kurda que sólo fue conquistada por los otomanos cuando todos y cada uno de sus habitantes murieron en su defensa. Un sacrificio heroico de todos sus habitantes. Cantan los poetas populares kurdos... hay aquí quienes se animan con la canción amorosa (kulama), con la canción lírica (delal), con el canto épico (lamike siwara) o simplemente con baladas hacia los actos de la vida cotidiana (bardolari). Estos bardos kurdos nos invitan también a cantar. Reynaldo sabe tocar espléndidamente la guitarra y yo me animo a hacer de cantautor. Mientras él toca con maestría el instrumento yo canto como puedo algunas estrofas de Andaluces de Jaén (a lo Paco Ibáñez) y de Al alba (a lo Luis Eduardo Aute). Después, ya más entonado, me atrevo a cantar una canción propia (escrita una noche en casa de Josechu y Angela en el barrio madrileño de Entrevías) que lleva por título "Por qué te tienes que marchar..." y esto sirve para que Fausto, también animado ahora, cante el pasillo "Cuando tú te hayas ido". Al final nos aplauden cálidamente pero tenemos que irnos ya, envueltos en las sombras, con un hálito de pequeña tristeza, al sentirnos tan insignificantes como somos ante la magnitud de la Naturaleza. No peñas arriba (como escribió José Mária Pereda) sino peñas abajo, hasta llegar al hogar donde hemos decidido dormir en una especie de pajar. Pica la paja. Huele a heno. Es una experiencia más esto de dormir al lado de las caballerías... Algún lobo estepario (recordando a Hermann Hesse) habrá ido a estas horas, a dormir su sueño metafísico a alguna cueva del Hakkari. Y para que podamos dormir olvidándonos de los picores de la paja, Reynaldo narra un breve relato del Aconcagaua; no del famoso pico de Argentina, sino del río que con ese nombre pasa por su querídisimo Valparaíso. Y nos explica que fue el español Juan de Saavedra quien fundó Valparaiso a principios del siglo XVI. De pronto queda sumido en un profundo sueño, como si los 400 años de existencia de su querida ciudad le hubiesen caido encima. Antes de cerrar los ojos pienso ¿qué será de la Humanidad dentro de 400 años? ¿Existirá una nación llamada Kurdistán o estará toda la zona despoblada? ¿Habrán ya dejado de existir los hombres sobre la Tierra? ¿Vivirán de una manera completamente impensable por nosotros ahora? ¿Estarán poblando otros planetas del enigmático Universo? En medio del enigma cierro los ojos y el diario. 24.- al-Mawsil, 11 de octubre de 2005: Regreso a los orígenes. Mosul es al-Mawsil en idioma árabe. Una ciudad importante del norte de Irak, con su millón y medio de habitantes, situada junto al histórido río Tigris. Enfrente, en la otra orilla del río, están los restos de Nínive, aquella legendaria ciudad del VI milenio, capital de la Asiria de Senaquerib... Antes de llegar a Mosul hemos pasado controles en Zahú y Dahuk. En estas ciudades, como en Mosul, aún quedan huellas de la última guerra. Aquí hubo duros combates entre las tropas norteamericanas de George Bush hijo y los iraquíes defensores de Sadam Hussein padre. El caso es que llegamos a Mosul con cansancio hasta en las botas y cuando sus habitantes están en plena efervescencia política porque se avecina el plebiscito general para formar el nuevo gobierno iraquí, en el cual los kurdos van a tener una cierta representación. Conocemos a un viejo arqueólogo iraquí que trabajó durante décadas con un norteamericano que vive en Connecticut. De él aprendo cosas relacionadas con Barda Balka, un yacimiento de utensilio de piedra ("pebles culture") del Kurdistán iraquí; cuyos objetos están asociados a los encontrados en los niveles villafranquenses de Latamné, en el valle del Orontes de Siria (Nahr al-Azi). Esto significa que las primitivas culturas de estas regiones estaban estrechamente ligadas entre sí. ¿Y qué decir de Jarmo? Me cuenta el arqueólogo que en Jarmo (cercano a Mosul) se revela una larga presencia cultural que va desde los tiempos precerámicos hasta los cerámicos propiamente dichos. Allí existían, en la antiguedad, casas de cierta importancia y se han hallado piedras de moler granos y otros utensilio agrícolas (como primitivos arados) de aquellás épocas. por su parte, la cerámica más tardía de Jarmo parece incluso anterior a la hallada en Hassuna (una de las ciudades más antiguas de la llanura del Tigris). El simpático arqueólogo iraquí me está hablando del año 5.600 antes de Jesucristo. Me cuenta también que los homínidos más antiguos del Kurdistán fueron unos arcantropos neendertalensis (fósiles del pleistoceno medio, generalmente ligados a la especie Homo erectus, que comprende en particular el pitecantropo, el sinantropo, el atlantropo y el hombre de Mauer) muy próximos al Homo sapiens, y que vivieron alrededor del año 70.000 antes de Jesucristo, a principios de la glaciación de Wurm. Estos arcantropos tenían una frente oblicua, un cráneo bastante alargado y la cara también larga. Su nuca era muy prominente. Y vivían en cuevas. Sigo aprendiendo. Me explica que los primeros cazadores, agricultores y criadores de ganado kurdistaníes aparecieron en las localidades de Shanidar y Zawi Chemi y sólo fueron sustituídos por una nueva generación de hombres dedicados a la agricultura a partir del año 8.000 antes de Jesucristo. Me pregunta si conozco el origen primario de los kurdos actuales. Le respondo que aprendí que fueron resultado del cruzamiento entre restos de hurritas que se refugiaron en las montañas con los autóctonos que ya existían en ella. Me aporta nuevos datos sobre estos autóctonos. Los más primitivos kurdos montañeses (los hombres escorpiones de las leyendas de Gilgamésh) eran anteriores a los hurritas y ya habían conocido diversas fases culturales cuando se entrecruzaron con estos. Precisamente la fase cultural más antigua de los kurdos autóctonos fue la de Halaf, que se desarrolló entre los años 6.000 y 5.400 antes de Jesucristo. El desarrollo de la cultura Halaf fue muy original (con centros principales en Tell Halaf, Tell Brak y Tell Chagar Bazar) con un arte decorativo que a veces presenta temas naturalistas y otras veces geométricos (muy pocas veces igualados después). Los temas del bucráneo (motivo ornamental en forma de cabeza de buey) y el de la doble hacha, se repiten con una insistencia peculiar. La "diosa madre" está asimismo bien testimoniada, ya sea como motivo de dibujos o como objetos. Y los halafenses ya enterraban a sus muertos bajo procedimientos religiosos. Más tarde llegaron al Kurdistán unos invasores extranjeros procedentes de Mesopotamia que impusieron una nueva cultura: la Ubeid. Fue la cultura que permaneció entre el 4.300 y el 600 antes de Jesucristo, cuando la cerámica pintada fue reemplazada por otra monocroma, gris o negra, que preentaba analogías con la de Uruk. Floreció entonces la metalurgia que se expandió hacia el exterior gracias al gran desarrollo del comercio interregional. Se llenó la zona de agricultores, herreros, alfareros, constructores y numerosos y hábiles jinetes. Al mismo tiempo, en plena cultura Ubaid, se desarrolló otra de carácter paralelo interno y autónomo que se la conoce como cultura Hatti (existió entre los años 2.500 - 2.000 antes de Jesucristo). El nivel técnico de estas culturas autóctonas es digno de encomio. La pasta de cerámica es muy fina y está recubierta por un baño a veces bruñido. Los hornos en que fue cocinada debían alcanzar una temperatura muy elevada. Una habilidad comparable al trabajo que realizaron con la obsidiana y otras piedras duras que sirvieron para la fabricación de vasijas o de amuletos. Algunas de estas piezas, adornadas con motivos geométricos, servían de sellos que garantizaban la propiedad de los objetos sobre los que eran aplicados. Finalmente, surgió también el urbanismo y había calles que estaban empedradas con guijarros. Este es el origen cultural de los kurdos autóctonos que, después (al igual que los mesopotámicos y los hebreos) escribieron sus genealogías a partir de Xixutre (el mismo Noé bíblico del que también hablaron los babilonios con otro nombre) El primer escritor de genealogía kurda fue Beroso, un sacerdote babilónico que la escribió en el siglo III antes de Jesucristo. Y en ella desfilan las leyendas de Hayk, Bel y una larga procesión de descendientes. Tras la animada cháchara con el iraquí, nos damos un largo paseo por la ciudad de Mosul. Hay aquí una gran refinería petrolera que despierta la ambición de todos y es causa principal de guerras y enfrentamientos, y visitamos el famoso mercado de granos, frutas, ganado a pie y lanas. Se ven molinos de trigo y existen numerosas tiendas especializadas en cueros. Por último hacemos una visita a la gran mezquita de Mosul, donde dicen que está sepultado el cadáver del profeta Jonás, que vivió aquí en el siglo VIII antes de Jesucristo y que, según el relato bíblico, pasó tres días en el vientre de una ballena (algunos estudiosos del Antiguo Testamento señalan que el Libro de Jonás es una ficción literaria del siglo IV antes de Jesucristo admitida luego como libro profético). Los profetas hebreos fueron muy buenos oradores pero no solían escribir y sus historias personales (como esta de Jonás, hijo de Amitai) fueron obra de discípulos que gravitaban en torno a ellos y que deseaban perpetuar las predicaciones de sus maestros; de ahí la enorme cantidad de fantasías con las que adornaban sus escrituras. El arqueólogo iraquí me muestra un viejo mapa de la zona: la ciudad de Mosul pertenecía a Asiria y de estos lugares fueron llevados al Mueso Británico y al Museo de Bagdad algunos preciosos ortostatos decorados con escenas de caza. Pregunto ¿qué es un ortostato?. Me explica que es una losa de piedra hincada verticalmente en el suelo, que servía de soporte o de cierre a los monumentos megalíticos. Se acaba nuestra visita al Kurdistán. Mañana saldremos hacia casa desde el aeropuerto, pasando antes por París... Regresamos a nuestros orígenes particulares. Dejo para el último fragmento de mi diario un tema que es digno de reflexión: las mujeres kurdas y su realidad tamizadas a través de la visión de Yasmine. 25.- Mosul, 12 de octubre de 2005: Yasmine... Fin de las vivencias en el Kurdistán. Volamos hacia casa. Tal día como hoy, hace 513 años, Cristóbal Colón llegó a América. Él lo hizo atravesando, durante meses, el mar. Ahora, en algunas horas, podemos llegar a América volando entre nubes vaporosas. Este vapor, mezcla de "algodón" y "seda", me hace pensar en el sueño de los nacionalistas kurdos. Es muy difícil, dificilísimo, que los kurdos logren ver algún día una nación independiente llamada Kurdistán. Hay muchas fronteras ya determinadas que lo impiden y ningún país va a querer ceder, por intereses de todo tipo, partes de lo que ya consideran su territorio nacional. Pero los kurdos siguen soñando con ese día... algunos de sus grupos ya tienen su propia bandera. Con los que he estado conviviendo también: una bandera roja con un círculo de bordes verdes que tiene en su centro una roja estrella de cinco puntas sobre un fondo amarillo. Nos han regalado una de estas banderas que llevamos en el equipaje junto a pequeños recuerdos... Recuerdo ahora a Yasmine con su particular lucha. En realidad no se llama Yasmine (no sé cuál es su verdadero nombre) pero yo la denomino así porque estaba jugando con un jazmín cuando nos conocimos. Fue en la fiesta de las montañas de Hakkari. Observándola, yo rememoraba al Juan Ramón Jiménez de los Jardines Lejanos (rizadas farolas, violines dolientes y nostálgica sonata) con sus palmarias alusiones a la tierra natal. Ella estaba allí y con la ayuda de Salat pudimos conversar. Lo primero que quiso saber es si yo era poeta. Le respondí que de poeta y de loco todos tenemos un poco. Sonrió y me preguntó si tenía mujer y si la amaba mucho. Tengo mujer, le dije, y la amo muchísimo. Entonces ella me explicó que aún existen muchas mujeres kurdas que no tienen libertad para elegir el amor. Ella misma fue un ejemplo. De niña, a los 14 años de edad, la casaron por convenio familiar con un amigo de su padre. No pudo elegir. Pero a los 15 años quedó viuda por causa de la Guerra. Su marido murió en un combate en 1990. Yasmine se refugió en Francia y después estudió por varios lugares de Europa. Ahora tiene 30 años, ha madurado mucho y ya sabe lo que es amar. Seguidora de la Organización Independiente de Mujeres del Kurdistán, Yasmine me cuenta que existe gran cantidad de mujeres kurdas que siguen sufriendo la vieja y opresiva losa de las tradiciones milenarias que las obligan a ser animales de segunda clase. No pueden, incluso, ser violadas por la brutal fuerza de los machos porque son lapidadas. ¡Terrible aberración! Cuando a una de ellas la violan, en contra de su voluntad, no son admitidas como seres humanos y son tratadas como basura, castigadas y hasta asesinadas. ¡Y de hay de alguna de ella si la acusan de adulterio! Tortura segura, cortes de la nariz y otros órganos, maltratos, dilapidación o degollamiento es su futuro... La cifra de mujeres muertas por "causa del honor" en los últimos años varía desde 800 como dicen algunos hasta las 4.000 como señalan otros. La cifra es abultada y da escalofríos pensar en que pudimos haber nacido mujer kurda. Los patriarcas tribales y los fanáticos muecines religiosos las impiden incluso reír y pobre de ellas si se las ve hablando con hombres que no sean miembros de la propia familia. Hay miles de casos de maltrato y mutilaciones por este hecho que es, en el mundo libre, algo tan natural como beber un vaso de agua o respirar. Pero la vida está evolucionando también en Kurdistán. Ahora ya son cada vez más las mujeres kurdas que reivindican los derechos feministas (porque hasta las están marginando a la hora de participar activamente en la política o cubrir puestos de responsabilidad). Ahora son muchas las que procuran luchar por alcanzar los mismos derechos que hace ya muchas décadas se lograron en Occidente. La vida se está urbanizando y cada vez se borran viejas tradiciones campesinales. Pero mientras llega la hora de la liberación femenina, muchas de ellas se deben conformar con tejer en silencio bajo el "látigo" de la presencia de hombres reaccionarios, tradicionalistas, fundamentalistas, cavernícolas en una palabra. Recuerdo al escritor Hrand Nazariantz y su "El gran canto de la tragedia cósmica". De pronto Yasmine me pregunta si he matado alguna vez a un hombre. Le hablo con toda sinceridad y mirándola a sus bellos ojos. No. Nunca jamás he disparado un arma, y espero vivir eternamente sin hacerlo, contra un ser vivo, sea humano o animal. En algún momento todos los hombres tendremos que ser realmente designados como animales racionales. Yasmine guarda silencio y se acaba la conversación, pero antes de despedirse me dice sinceramente: "si algún día te quedas sin patria, sin hogar, sin mujer... puedes venir a vivir con nosotros". Ya las mujeres kurdas tienen sus propias líderes, al margen del partido político que admiren o las ideas y creencias sociales y religiosas que tengan. Son, entre otras: Kajil Khidr, Nazal Begikhani, Layla Zena, Songui Chapouk, Raja Habib, Nesreen Beswari, Hind Makiya, Ala Telabani... un alto número de voces femeninas y feministas en procura de alcanzar la deseada liberación de sus compatriotas y que van por el mundo lanzando sus mensajes para recibir el apoyo de quienes pueden ayudar a tan humana causa. ¡Ojalá que algún día logren estas mujeres olvidadas y maltratadas por los místicos de la inhumana reacción carca, que alcancen sus sueños de libertad!. Que no sea El tratado del inútil combate (como tituló una de sus obras Marguerite Yourcenar en 1931) sino La tierra del deseo del corazón, del poeta irlandés William Yeats... Fin del diario. Lo cierro con una reflexión propia: "Detrás de cada vivencia siempre queda la existencia de un pensamiento sutil que se introduce en el baúl de nuestros recuerdos y se aloja en el rincón de la nostalgia donde siempre se escucha el continuo latir de sus sentimientos. Pasa el tiempo y se rememoran, en algún momento inesperado de nuestras vidas, saliendo del baúl para hacer acto de presencia en nuestra mente y en nuestro corazón. Y los volvemos a revivir como si ya el tiempo hubiese hecho una especie de elegíaca peregrinación hacia el pasado. Entonces nos damos cuenta de que la verdadera vida no siempre estriba en apurar hasta el final el presente inasible, sino que esos recuerdos del pasado, alojados en el rincón del baúl de las nostalgias, son tan importantes como para darnos gritos de sensibilidad. Lo que vivimos es una acumulación continua de momentos que dejan huella y son tan presentes como el instante casual en que los estamos recordando". Feliz existencia, humanos.
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