He asesinado a todo un jardín
buscando obsequiar el olor de las flores,
siento placer por quemar la débil primavera
a nadie le importa hoy, la era de lo artificial,
me retuerzo de risa al ver a las nubes fallar
sumidas en tristeza llorar sobre el febril Mayo.

He alucinado con un mundo mejor
la paz fue ahorcada mostrando quienes éramos,
me hallaba delirando en una plaza siendo feliz
mientras la sinceridad impregnada el toxico aire
todos golpeaban en el corazón a todos
pero cómo ya lo habíamos decidido no había dolor.

La dimensión desconocida era lo real de los amaneceres
muchas cosas bonitas de la vida te asustaban al caminar,
lo intentamos hasta palidecer pero nunca desistimos
Jesús Cristo crucificado dos veces es testigo,
cuando el fuego del rencor no pudo ser sofocado
con las lágrimas del perdón
enviamos a la mar el preciado futuro.

Llevo los zapatos cansados de tanto querer
tocando de puerta en puerta hogares abandonados,
los lunáticos juegan bajo una lluvia de papel
convencidos de estar locamente enamorados,
fueron ellos quienes acuchillaron al romanticismo
entonces el amor verdadero fue cosa de tontos,
las estrellas desaparecieron de la penumbra
el humo de la decepción las doblego a opacarse,
se liberan a los perros rabiosos de cada ser privado
si alguien se atreve en ayudar a sanar sus heridas.

Se han decomisado las ganas de gritar de desesperación
por el doler de las manos al escarbar en tierras áridas,
los obsequios verdaderos ya no se regalan
hogueras enormes hay en poemas dedicados,
veo correr rostros angustiados por oscuras calles
llevan consigo una hambruna emocional enorme,
ruego con lo poco que me sobra por nuestras semillas
en su barca de mis mejores deseos puedan salvarse.