Luz Celeste (Novela - Cómic - Guión Cine) - 28 -
Publicado en Aug 01, 2012
Los 20 Grandes Guerreros bailan, desenfrenadamente, la Danza de La Purificación, mientras el Gran Adivino Huatuc se dirige a toda la tribu en medio de la oscura noche y a la luz de las antorchas.
- ¡¡Pueblo Puka!! ¡¡Es necesario volver a congraciarnos con el dios Illapa para recibir sus gracias!! Los tambores suenan con gran estruendo mientras el cielo se cubre de grandes nubes grises que amenazan tormenta. - ¡¡Oh tú, bella Ozuka, hija del valiente Ozuk!! ¡¡Has sido elegida por nuestros dioses como la mensajera de nuestra salvación!! ¡¡Necesitamos complacer a Illapa!! ¿Qué dice el valiente Ozuk? - ¡Como padre que soy de la muy bella Ozuka, es un privilegio para mí que mi hija haya sido la nominada! - ¡¡El Pueblo Puka nunca te olvidará, bella Ozuka!! - ¡¡Y yo nunca olvidaré al Pueblo Puka!! ¡¡Si he de ser sacrificada para contentar a los dioses de todo el Pueblo Puka, tampoco olvidaré nunca a todos los dioses del Pueblo Puka sin olvidarme de ninguno de ellos ni de los padres que los engendraron a todos ellos!! ¡¡Que sea la voluntad de Illapa!! La orgía de todo el Pueblo Puka se desata con frenesí y, de manera frenética, todos y todas, excepto un pequeño y reducido grupo, disfrutan del próximo olor a sangre. - ¡¡Primero degollaremos al gran mono Mocoa!! El gran mono Mocoa, atado de brazos y piernas con gruesas cuerdas de cáñamo, comienza a lanzar enormes gruñidos enseñando sus terribles dientes. - ¡¡Traed ya al gran mono Mocoa al altar de piedra para que su sangre calme la sed de Osomba Woomba Shoomba, el Gran Dios del Fuego!! Los 20 Grandes Guerreros transportan con fuertes esfuerzos físicos, al gran mono Mocoa hasta el altar de piedra y luego, con sus bien afilados cuchillos metálicos, le van degollando lentamente mientras, extasiados por la gran cantidad del alucinógeno yopo verde, consumido por conducto bocal y nasal, van recogiendo con las cuencas de sus manos la sangre que derrama el gran mono Mocoa. Toda la tribu -excepto Güeppi, su hija Pacha Quishu o Luz Celeste, que es la más bella y hermosa de todas las mujeres, el Confesor Ichuri, el Curandero Jampiri que sigue tumbado en su hamaca, y un grupo muy reducido de hombres, mujeres, niños y niñas que están, tranquilamente observando la escena en silencio- se agrupan en torno al altar de piedra y comienza un estruendoso ceremonial de saltos, brincos, danzas, bailes, movimientos corporales a manera de espasmos y gritos aulladores. Los Siete Pequeños Brujos y el Gran Adivino Huatuc se sacian de beber la sangre del gran mono Mocoa que ha llenado varios cuencos de barro cocido. Beben ansiosamente mientras por las narices y la boca se les va resbalando un líquido verde rojizo y pegajoso que les llega hasta el cuello. Inka Kurax se dirige a los 20 Grandes Guerreros. - ¡¡Convertid en cenizas el cuerpo del gran mono Mocoa!! Prendiendo fuego con sus antorchas a un montón apilado de hojas secas que han sido reunidas alrededor del cuerpo exánime del gran mono, el cuerpo de éste va carbonizándose lentamente mientras expele un olor nauseabundo que les hace taparse las narices a todos los particpantes de la Fiesta de La Purificación. Vuelve a hablar Inka Kurax. - ¡¡Es el olor de Osomba Woomba Shoomba!! ¡¡Con el Fuego Purificador nos ha bendecido!! El cuerpo del gran mono Mocoa queda, por último, reducido a huesos y cenizas. El Gran Adivino Huatuc comienza con la ceremonia de leer los oráculos estudiando las cenizas mientras se introduce un puñado de ellas en la boca y comienza a masticarlas. - ¡¡Oh, Gran Pueblo Puka!! ¡¡El dios blanco está hablando por mi boca!! ¡¡Es necesario ya que Illapa nos perdone!! ¡¡Que comience La Purificación!!. Inka Kurax vuelve a tomar la palabra. - ¡¡Amoco!! ¡Tú eres el Gran Guerrero elegido para atar de pies y manos a la muy bella Ozuka en el tronco del Gran Drago de Las Purificaciones!! ¡¡Cumple con tu divino cometido!! El guerrero Amoco toma entre sus hercúleos brazos a la serena Ozuka que no hace ningún gesto ni exclama palabra alguna y, llegados hasta el árbol, ata las manos y los pies de ella al tronco del drago con gruesas cuerdas de cáñamo. Después, con una antorcha que le entrega Huatuc, prende fuego a la hojarasca que rodea al árbol mientras se desata un griterío infernal de entre los que celebran la Ceremonia de La Purificación. - ¡¡¡Que Illapa aplaque sus iras y nos perdone a todos!!! La respuesta al grito exaltado del Inka Kurax es instantánea. El cielo, cubiero ahora en su totalidad por grandes y espesas nubes negras cargadas de electricidad, desata una monumental tormenta y las luces de los relámpagos encienden toda la escena. El sonido de los truenos ensordece a todos y a todas. Una tormenta torrencial cae sobre toda la ciudad del Pueblo Puka apagándose, de repente, todas las antorchas y la hoguera que debía servir para quemar a la muy bella Ozuka. - ¡¡Corred a refugiaros todos a vuestras chozas!! ¡¡La doble energía está impidiendo otra vez que se lleve a cabo nuestra ceremonia!! ¡¡Dejad que Ozuka quede completamente anegada por la lluvia y que los 20 Grandes Guerreros la atraviesen el corazón con sus flechas!! Entonces interviene el Gran Curandero Jampiri que se ha levantado de su hamaca. - ¡¡Eso no lo voy a consentir yo, Huatuc!! - ¡¡No puedes ir en contra de los designios de Illapa, oh tú, Gran Curandero Jampiri!! - ¡¡Pero puedo hacer justicia porque yo sólo sirvo para hacer vivir y no para hacer morir como haces tú!! Todos y todas corren a refugiarse a sus chozas mientras Jampiri desata a Ozuka y se la entrega a su padre, el valiente Ozuk. - ¡¡No vuelvas a consentir que la elijan de nuevo como sacrificio humano!! Repentinamente la tormenta cesa en su totalidad.
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